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10/4/15 10:14

El manejo integrado de malezas (MIM)

Lejos de las estrategias aisladas, es necesario volver a hablar de manejo para enfrentar la problemática. Repasamos algunas medidas a tener en cuenta.

Autor: Marcelo Metzler

Hoy en día no se puede encarar la problemática de malezas con medidas o estrategias aisladas, sino que deben enmarcarse dentro de un conjunto de técnicas que permitan prevenir y contener la aparición de las mismas y no pensar solamente en su eliminación en el corto plazo. En resumen, es necesario volver a hablar de manejo.

Al respecto me parece interesante que repasemos algunas de las estrategias que, aplicadas de forma integrada y articulada pueden ayudarnos a enfrentar el problema. Así por ejemplo, los Cultivos de Cobertura compiten por recursos (agua, luz y nutrientes) disminuyendo el tamano y la densidad de malezas además de potenciar la acción y disminuir el número de controles químicos en el lote.

La Rotación de cultivos y de modos de acción de herbicidas son dos prácticas muy importantes dentro de un MIM. Rotar cultivos permite ampliar el espectro de modos de acción que se pueden utilizar.

Marcelo Metzler

Pero respecto de esto último, debe tenerse en cuenta que la rotación de modos de acción debe implementarse tanto a nivel de barbecho como durante el ciclo del cultivo, con especial énfasis en aquellos herbicidas residuales, que exponen por más tiempo a la acción del producto a aquellas malezas de emergencia escalonada.

Esto aumenta la presión de selección sobre las mismas e incrementa la probabilidad de la aparición de resistencia.

Otro aspecto a tener en cuenta es no confundir la rotación de distintos principios activos con la de diferentes modos de acción. Un error común puede ser el de alternar imazetapir y clorimuron, que si bien pertenecen a distintas familias químicas (imidazolinonas y sulfonilureas respectivamente) tienen el mismo modo de acción (inhibidores de la ALS).

El Monitoreo de malezas permite la identificación de las especies presentes en el lote, la estimación de su densidad y tamano, para luego decidir el momento y el tipo de tratamiento más adecuados. Además, si serealiza de manera pertinente, puede alertar sobre “escapes” en el control (si el monitoreo se realiza por un período de tiempo lo suficientemente largo), determinar la causa de los mismos y actuar en consecuencia. Un ejemplo de ello sería detectar posibles focos de resistencia de manera temprana.

Evitar la siembra sobre las malezas vivas es otra acción importante, ya que aparte de impedir la competencia inicial que ejercen sobre el cultivo, abre el abanico de posibilidades para su control (la siembra sobre un manto de malezas vivas restringe las herramientas disponibles a utilizar, además de disminuir las probabilidades de éxito).

El acortamiento de la distancia entre surcos otorga al cultivo una ventaja en la competencia inicial con la maleza, sobre todo en siembras tardías donde las condiciones de luz y temperatura favorecen al crecimiento del primero.

La limpieza de las cosechadoras es de fundamental importancia para evitar la dispersión de las malezas en el resto del lote. Es una práctica muy recomendada para el caso de sorgo de Alepo resistente a glifosato, maleza para la cual es recomendable asimismo dejar los lotes o áreas donde se encuentre presente para cosechar al final.

Por último, las labranzas conservacionistas, contrariamente a la opinión de muchos, contribuyen a cortar los ciclos biológicos de muchas malezas (Cynodon hirsutus, Gomphrena spp, Borreria spp, etc.), tal como lo reportan numerosos trabajos de especialistas en la materia.

Además, este tipo de acciones utilizadas en situaciones puntuales y no como norma de manejo, hacen posible la sustentabilidad del modelo productivo bajo siembra directa, aliviando la presión sobre los herbicidas, que son el principal pilar para el control de malezas en este modelo productivo.

 

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