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20/8/13 15:34

“El productor, ante una campaña de resistencia”

El investigador Osvaldo Barsky analizó el nuevo modelo agrícola en el marco del XXI Congreso Aapresid "Otra Tierra".

La retirada de algunos de los grandes grupos de inversión del negocio agropecuario pampeano por falta de rentabilidad provoca un fenómeno “muy curioso y para nada buscado” de reposicionamiento de actores tradicionales en la región, algo que no tiene que ver con ninguna política oficial concreta hacia el sector sino que obedece a razones de mercado “no buscadas”.

Así lo expresó el sociólogo e investigador del Conicet Osvaldo Barsky, quien participó del panel de cierre del último congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), donde además aseguró que el sector está frente a una campana “de resistencia” debido a la baja de los precios internacionales, el alza de los costos internos y la aparición de nuevas fronteras tecnológicas que incluyen malezas resistentes al glifosato y degradación de los suelos de monocultivo de soja.

 
Nuevos sujetos agrarios

Según el investigador, existen en Argentina unos 300 mil productores agropecuarios, de los cuales unos 90 mil hacen soja, “un mundo de una heterogeneidad enorme, donde no hay ni un campo, ni un tipo básico de productor.

“Hay una multiplicidad fantástica de actores y, además, hay una forma muy compleja de acceder a los recursos”, dijo Barsky, ya que es imposible dividir entre propietarios y arrendatarios como hace 80 o 100 anos y las configuraciones toma formas cambiantes y dinámicas.

Dentro de esa sociología agraria, Barsky resaltó que “se está produciendo un fenómeno muy curioso ahora”, que tiene que ver con la lógica de negocios del campo, ya que los grandes cupos “se están retirando por las condiciones adversas de rentabilidad”.

“Por más que tengan a favor la economía de escala algunos se van más rápido que otros”. La Pregunta es quién ocupa esos espacios vacíos, y la respuesta del investigadores que “siempre aparece alguien”, en parte porque el campo sigue siendo un buen negocio.

“Tampoco existen muchas otras oportunidades alternativas de inversión”, advirtió, como consecuencia tanto del cepo cambiario como por la parálisis de la construcción, que era fuerte receptoría del excedente agropecuario pampeano.

Por esos motivos, y también porque muy probablemente los precios de los arrendamientos bajarán, los campos abandonados por los grandes grupos “serán rápidamente ocupadores por otros productores” ya que el campo “no es como la industria donde si a alguien le va mal, cierra la fábrica”. 

DSC_9938“La tierra inexorablemente de alguna forma se vuelve a ocupar, y entonces vamos a tener una variabilidad de actores”, afirmó.

Esto se traducirá en un fenómeno “muy curioso y para nada buscado”, ya que si bien existe una tendencia hacia la concentración, sobre todo en términos de capital, “de golpe vamos a tener un viraje no imaginado por nadie, y no porque el gobierno tiene una perspectiva progresista sobre el agro y dijo vamos a cambiar a otra estructura o vamos a desconcentrar. No, pasa porque pasa, como pasan todas las cosas en Argentina. Son fenómenos que ojalá estuvieran buscados, pero que sólo suceden”.

De todas formas, desde su visión el concepto el concepto de pool de siembra es una expresión abstracta “que no quiere decir nada”. “El pool puede ser el farmacéutico de la esquina que se junta con tres amigos, ponen unos mangos cada uno y contratan un ingeniero agrónomo”, afirmó.

 
Duenos y arrendatarios

 Estas transformaciones en el entramado de actores presentes en el terreno gira en torno a las dos grandes categorías que operan en el sector, aún bajo formas impuras y muy complejizadas: los propietarios y los arrendatarios.

Respecto a cuál de estos actores tiene mejores perspectivas económicas para enfrentar un ano que se presenta como muy ajustado, el especialista aseguró que si bien existe un espectro muy amplio de variabilidades, “la gente que va a poder aguantar más es la gente que tiene tierras, aunque todavía hay que ver qué entendemos por dueno, qé por arrendatario y qué manejo del suelo tienen”.

Barsky recordó en ese sentido que cuando se hizo en 2007 una encuesta del INTA respecto al proyecto de ley de arrendamientos, se trató un tema “muy debatido y poco estudiado” como el impacto del manejo de los arrendatarios, versus el de los propietarios. Ese trabajo, contrariamente “a lo que marca el mito”, concluyó que quienes trabajan la tierra ajena tenían mejor que los duenos.

“En realidad el elemento determinante es el tamano de la explotación, quienes tienen mayor tamano y mayor capacidad agronómica hacen mejores prácticas, aunque cada caso es cada caso” apuntó.

A pesar de la multiplicidad de configuraciones que existen, la particularidad de Argentina a nivel mundial es que el país tiene una capa muy importante de propietarios chicos que se fueron de los campos y pasaron a arrendarlos, lo que les permitió durante los últimos anos embolsar “una cantidad de plata en el bolsillo infernal” para “vivir perfectamente de eso”.

No se trata, entonces, de la figura del clásico rentista grande venido desde el fondo de la historia, sino que “estamos ante un fenómeno donde la capa de propietarios es más chica que la capa de los que arrendaban”.

De igual manera, la figura de la explotación familiar también reviste una multiplicidad de elementos que complejiza su análisis: “la familia rural a veces toma contratistas y ya es más bien una empresa familiar de gestión, no es la empresa donde laburan hasta los nenes, nada que ver, y a todo se lo llama explotaciones familiares”.

En definitiva, para el autor de la “Historia del agro argentino” intentar hablar negro sobre blanco de estas grandes categorías agregadas en sociología rural “hoy es un drama porque se agregan, se reproducen y se difunden, y después nadie entiende nada, en cada lugar existe un ramillete enormemente grande y complejo de actores, aunque siempre se pueden detectar algunas tendencias principales”.

Contrariamente a lo que muchos sostienen, para Barsky durante los últimos anos no hubo un proceso de concentración de la propiedad agraria, aunque sí de capital. “Siempre sostengo que la propiedad de la tierra siguió fragmentándose, no hubo concentración de la propiedad, lo que hubo y es lo que aparece en los censos, es mayor concentración del capital”. Al menos hasta esta campana, donde los grupos empezaron a buscar otros horizontes de inversión.

Barsky explicó en ese sentido que, si se toman las últimas tres décadas, hoy hay menos unidades agropecuarias “porque son unidades de alguien que tiene 500 hectáreas pero arrienda 2000”. Esa concentración del capital, subrayó, “no es ni buena ni mala en sí misma, es una característica”.

 
Resistir, es la tarea

En un análisis más coyuntural, el investigador afirmó que los próximos meses “serán duros y con condiciones adversas para el sector, ya que falta clima de negocios”. Con precios a la baja y costos en alta, al productor le tocará “resistir esta ecuación económica tan mala”. “No es loco pensar en una caída aún mayor de los precios internacionales”, alertó, aunque aclaró que no se volverá a niveles del ano 2000.

“Los valores todavía son altos, pero con un 35% de retenciones y un tipo de cambio a 5.50 con costos altísimos habrá que resistir”, dijo, y agregó que esto perjudicará el manejo del suelo porque se está haciendo soja sobre soja.

En ese punto, Barsky se detuvo en críticas hacia las políticas oficiales para el sector: “el drama es que no se pueden discutir políticas agrarias, la muestra más brutal de esto fue el plan agropecuario nacional, que tiene un diagnóstico que salió bien de casualidad, pero que no tienen ninguna propuesta de política, por lo que no es un plan”.

También aseguró que son las políticas gubernamentales “las que han sojizado mucho más el país”.

Por fuera del papel de las políticas oficiales, el especialista reconoció que también desde el sector aparecieron “nuevas fronteras tecnológicas” para abordar, y que incluyen ítems como la aparición de malezas resistentes al paquete tecnológico, o el empobrecimiento del suelo.

Fuente: Agroclave

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