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7/1/14 14:35

La sustentabilidad se construye entre todos

Martin Descalzo Souto, Gerente del Programa Agricultura Certificada, comparte la visión de Aapresid y los pilares fundamentales que deben estar siempre presentes.

En Argentina producimos alimentos en cantidad y calidad para un mundo en expansión. Un mundo que crece en población y en demanda de alimentos, no sólo en cantidad sino también en la calidad.
En gran parte del mundo la clase media está elevando su calidad de vida lo cual impacta en la composición de su dieta, ya que incorporan principalmente carne de pollo y cerdo, los cuales requieren de granos para su alimentación.
Sin duda que hay un tema pendiente muy significativo y urgente, una gran parte de la población mundial está por debajo de sus necesidades alimentarias y nutricionales, que requiere soluciones urgentes y escapa al alcance de esta nota.
Lo notable de esta Argentina que produce alimentos en cantidad y calidad, es que además lo hace de forma sustentable con un alto grado de performance.

La producción sustentable con alto grado de performance esta dado por diversos motivos, entre ellos podemos destacar:

productores abiertos a las tecnologías de insumos y de procesos.
Investigación y desarrollo de insumos y tecnologías
tendencia creciente a la asociatividad y al trabajo en red
siembra directa

Hace 20 anos teníamos en argentina una agricultura en pleno proceso de cambios muy trascendentes: comenzaba a desarrollarse una agricultura que no requería mover el suelo para sembrar, con la que se logró reducir el uso de combustibles fósiles en un 40% respecto de la labranzas convencionales, también se redujeron las emisiones de gases de efecto invernadero, mejoró notablemente la eficiencia en el uso del agua, se redujeron los problemas de erosión hídrica y eólica, aumentó la actividad biológica y la fertilidad de los suelos, se logró ampliar las ventanas de siembra y cosecha.

En esos anos se desarrollaron los conocimientos para aplicar la siembra directa a gran diversidad de ambientes, cultivos y situaciones. También se desarrollaron las tecnologías que acompanaron y la biotecnología que constituyo un pilar importante para manejar malezas y plagas con un nuevo paradigma productivo. Imaginemos hoy nuestros campos sin siembra directa. La producción de los cultivos hubiera subido y bajado con la misma intensidad, tendríamos suelos erosionados y degradados de difícil recuperación. Hoy la realidad indica que el 78,5% de la superficie agrícola argentina se encuentra en siembra directa, el aumento de la productividad agrícola argentina y la expansión de la frontera agrícola son resultados evidentes.

Mucho se ha hecho y mucho es lo que queda pendiente de ser realizado. Estamos mucho mejor que otros países pero seguimos hoy teniendo varios temas pendientes para poder hablar de sustentabilidad con mayúsculas. Por ello es pertinente comenzar a enfocarnos en los cambios que debemos gestar de cara a un futuro cercano.

Desde el programa de Agricultura certificada de Aapresid proponemos un sistema de producción y de gestión del negocio agropecuario que se enfoca en los tres ejes de la sustentabilidad: los aspectos económicos sociales y ambientales que son los pilares de la responsabilidad social empresaria. No solo es necesario hacer las cosas bien sino también dar prueba de ello, el esquema es auditado por entes acreditados que emiten el certificado correspondiente, en caso de cumplir con el protocolo de Ac.

Agricultura certificada (Ac) es una herramienta que se apoya en Buenas prácticas empresariales, un sistema de gestión de calidad y una serie de indicadores de salud de suelo y de eficiencia de uso de combustibles y uso de agua. La implementación de esta certificación aporta a la eficiencia empresarial y demuestran el compromiso con el ambiente y la sociedad, van más allá de cualquier precio diferencial, el valor está en el esquema en sí mismo.

Cuando hablamos de Buenas prácticas Empresariales nos referimos a las buenas prácticas agrícolas, laborales y ambientales.
De esta manera dentro de las buenas prácticas agrícolas, incluimos 5 aspectos clave:

1- Siembra directa y el manejo de la cobertura del suelo. En relación a este aspecto, de acuerdo a estimaciones realizadas por Aapresid, el 78,5% de la superficie agrícola se siembra con siembra directa, lo cual es muy bueno pero es mejorable en términos del grado de cobertura del suelo, tema estrechamente ligado con el siguiente punto. Esta primera práctica es fundamental si consideramos el suelo como recurso escaso y de altísimo impacto en la productividad de los cultivos.

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2- Rotación de cultivos. La misma propone esquemas con diversidad de cultivos en la secuencia agrícola. Un punto importante que deberíamos mejorar es la relación entre gramíneas y soja, la actual relación es desfavorable a las gramíneas lo cual se traduce en menor cobertura de suelo. Asimismo la diversidad de cultivos en la rotación también implica rotar principios activos y alcanzar una menor incidencia de plagas y enfermedades.

3- Nutrición balanceada de cultivos. Esta sugiere un criterio de reposición de nutrientes, y si bien los niveles de uso de fertilizantes han subido significativamente los últimos 10 anos, no son los deseables para que se repongan los nutrientes que se extraen en las cosechas. Este es otro punto donde hay mucho camino por recorrer, hoy en argentina a nivel general no se está fertilizando en relación a los rindes que se obtienen, ello se traduce en una merma en los niveles de fertilidad de los suelos. Las condiciones actuales del negocio hacen que sea difícil aplicar todo el fertilizante requerido para la nutrición balanceada, el alto grado de campos alquilados y la relación insumo producto suelen ser algunos motivos que lo explican.

4- Manejo integrado de plagas. Aquí se platea un seguimiento de los cultivos evaluando las plagas y sus predadores, a fin de aplicar fitosanitarios de acuerdo a los umbrales recomendados y las condiciones del cultivo. Contemplar esta práctica es clave para minimizar el uso de fitosanitarios y maximizar los controles naturales de plagas.

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5- Uso eficiente y responsable de fitosanitarios. La misma plantea la correcta elección del producto a utilizar de acuerdo a la necesidad a resolver, la regulación del equipo pulverizador,  la adecuada capacitación del operario a cargo de la aplicación, el uso de los elementos de protección recomendados y cumplir con la reglamentación vigente. También es clave que la aplicación se realice cuando las condiciones meteorológicas sean adecuadas para optimizar la calidad de la aplicación y que los principios activos lleguen al cultivo, minimizando las derivas y la evaporación. Otro de los aspectos relacionados a esta buena práctica es el tratamiento de envases vacios de fitosanitarios, los cuales deben lavarse e inutilizarse.

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Las buenas prácticas laborales se apoyan en la adecuada capacitación del personal en temas de seguridad de higiene, la utilización de elementos de seguridad y el cumplimiento de las normativas vigentes.
Las buenas prácticas ambientales se enfocan en la protección de los recursos hídricos y la protección de las áreas de de alto valor de conservación.

En relación al sistema de gestión de calidad, el mismo propone contemplar la producción como un proceso en donde se documenten y registren las actividades, se apunten los desvíos y a partir de un análisis periódico se pueda realizar una mejora continua. El principal impacto de este sistema de gestión de calidad esta dado en la eficiencia y en el control de las diversas áreas de ejecución.

Finalmente los indicadores son referencias para medir objetivamente la evolución en la salud del suelo (fertilidad física y química) estrechamente relacionados con las buenas prácticas mencionadas.
Ventajas de un nuevo enfoque:
Quienes adoptaron la certificación de Ac mencionan una serie de beneficios como la optimización en la gestión de la información, mejoras en seguridad e higiene, mayor compromiso de la dirección y de los empleados, ventajas competitivas para acceder a negocios concretos y mejoras en la relación con la comunidad.

AC aporta al productor una visión nueva y diferente, alejándolo del concepto de productor primario o agropecuario para acercarlo a una visión de empresa, sin importar el tamano o la ubicación geográfica.
Desde Aapresid creemos que estas pautas propuestas son un camino posible para producir alimentos en cantidad y calidad con sustentabilidad. Porque sembrar directamente no es suficiente, la SD debe ser concebida dentro de un sistema, no simplemente como la forma en la que colocamos la semilla en el surco. Y ese sistema debe plantear una siembra directa continua donde la estructura del suelo recupere su condición natural y en el marco de Buenas Prácticas empresariales (Agrícolas, laborales y sociales) que permitan un desarrollo del agro estrechamente vinculado con toda la sociedad.

Es sumamente necesario contar con profesionales capacitados en estos temas e integrados, es por ello que incluimos en nuestras actividades la constante capacitación de Ingenieros y técnicos agrónomos con el objetivo de contactarlos con aquellos productores que se decidan a comenzar el proceso de implementación de Ac.

El accionar de Aapresid a través de sus grupos regionales, investigación y desarrollo a través del sistema chacras y con una visión prospectiva continua trabajando en pos de una agricultura productiva, sustentable e integrada con la comunidad.
La sustentabilidad se construye entre todos, quienes pertenecemos a esta comunidad agroindustrial debemos considerar y comprometer a todos los públicos de interés a sumar conocimientos, experiencias y ganas de hacerla realidad desde el espacio donde cada uno realiza su actividad.

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