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19/9/14 14:52

Tecnología y sustentabilidad

Un análisis sobre la aplicación responsable de la tecnología. La llegada de una nueva generación de plantas más eficientes para controlar plagas y malezas y el uso de tecnología aérea, solo resta realizar cambios radicales en los sistemas de producción.

Frente al desafío de la Argentina de responder a la creciente demanda de alimentos, potenciada por el crecimiento de la población mundial, investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) destacaron el aporte que puede hacer la biotecnología para responder a problemas actuales de la agricultura, como la aparición de resistencias, y para aumentar la productividad de los cultivos sin afectar el área de siembra y los recursos ambientales.

Al respecto, Eduardo Pagano, docente de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA, indicó que se espera la llegada de una nueva generación de plantas más eficientes para controlar plagas y malezas, con eventos biotecnológicos que incorporan genes de resistencia a insectos, apilados con otros que resisten a herbicidas, más allá del glifosato. Estos materiales se encuentran en diferentes fases de evaluación o a la espera de ser aprobados por organismos oficiales de control.

Pagano participó como coordinador de la mesa “Uso responsable de las tecnologías" en el reciente XXII Congreso Anual de AAPRESID, celebrado en la ciudad de Rosario. En base a las conclusiones de las charlas, aseguró que la biotecnología representa una herramienta útil para aumentar la productividad de los cultivos. Pero observó que un desarrollo tecnológico sustentable debería incluir no sólo la introducción de un gen foráneo en una planta, sino también cambios radicales en los sistemas de producción, como sucedió en las últimas décadas con la adopción de la siembra directa, y otras buenas prácticas agrícolas, como la rotación de cultivos.

La aparición de eventos apilados permitiría agregar una herramienta más al manejo integrado de plagas. En este sentido, Pagano afirmó en una nota: "Muchos genotipos que hoy presentan dos o más transgenes están destinados a un control simultáneo de malezas y de insectos, pero es creciente la aparición de aquellos que expresan más de una proteína insecticida cuyo propósito fundamental es el manejo de la resistencia".

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Asimismo, sostuvo que los avances biotecnológicos no prevén reemplazar a los refugios, sino ofrecer una alternativa de manejo, que también podría ser contraproducente si se utiliza de un modo indiscriminado: "En la medida que se apilen eventos sobre eventos, se aumentará la presión de selección, propiciando la aparición de resistencias cruzadas que serán más difíciles de controlar".

Con respecto a este tema, en el marco de la misma Plenaria del XXII Congreso de AAPRESID, el Ing. Agrónomo Alejandro Tozzini expuso acerca de combinar el refugio con otras medidas, como pueden ser las Buenas Prácticas y el Manejo Integrado. Con respecto a esto destaco entre ellas:

  • Rotación de cultivos.
  • Rotación de modos de acción insecticidas (MoA)
  • Utilización de eventos acumulados con diferentes MoA.
  • Monitoreo de plagas y aplicación de insecticidas en base al umbral de dano.
  • Monitoreo de malezas y adecuado control, tanto en los barbechos como durante el ciclo del cultivo.

Tozzini aseguró que tenemos buenas tecnologías Bt, tenemos buenas prácticas agrícolas, tenemos criterios para un manejo integrado de plagas y tenemos “el refugio”,  nuestra MISION es aplicarlos de manera combinada para proteger las tecnologías, para proteger los lotes y para ganar en sustentabilidad.

Más allá de esta alerta, todo indica que en el futuro aumentará la utilización de eventos apilados, y que la Argentina reproduciría la experiencia de Estados Unidos. En el estado de Illinois, por ejemplo, ubicado en pleno cinturón maicero de ese país, los genotipos apilados ocupan el 60% del área sembrada, casi el doble de superficie implantada ocho anos atrás. "Allí se usan híbridos que expresan dos proteínas Cry (extraidas del gen Bt) destinadas a controlar Diabrotica virgifera y conferir resistencia a lepidópteros, respectivamente, a las que se suma otro transgen para tolerancia a un herbicida (glifosato o glufosinato de amonio)", dijo Pagano.

Con respecto a la tolerancia a herbicidas, el panorama presenta algunas analogías con el control de insectos, teniendo en cuenta el crecimiento de la problemática asociada a la expansión de malezas resistentes, después de dos décadas de sembrar genotipos de soja tolerantes a glifosato.

"También en estos casos se plantea la utilización de dobles transgénicos como alternativa eficiente para el control de malezas resistentes", apuntó Pagano, y adelantó que, próximamente, los productores tendrán a su disposición materiales resistentes a más de un herbicida, como glifosato e inhibidores de la acetolactato sintasa.

De la misma plenaria participó Juan Carlos Papa, quien expuso acerca de preservar la utilidad de las tecnologías destinadas a malezas,

  • Reconociendo la naturaleza biológica y dinámica del problema de malezas (que ocurre en una escala espacio-temporal que trasciende el lote individual y una campana)
  • Readquiriendo la cultura manejo de las malezas y capacitándose permanentemente
  • Evitando la evolución y la dispersión de resistencia y tolerancia a herbicidas.
  • Reduciendo el riesgo de fitotoxicidad.
  • Respetando al entorno, al ambiente y a la sociedad.
  • Mediante el Manejo Integrado de Malezas, los problemas de malezas no se resolverán solo con herbicidas. Como bien sabemos se debe tener una actitud proactiva y estrategias de prevención, monitoreo prolijo exhaustivo y frecuente, tener registros y realizar una planificación, rotación de herbicidas y mecanismos de acción, utilizar la tecnología de aplicación correcta y variables según herbicida, ambiente y malezas.

Papa concluye que el problema de malezas en Argentina es complejo y tiene raíces que  trascienden meramente lo tecnológico, con importantes componentes económicos, sociales, culturales y conductuales. La dificultad está en reconocer y asumir el problema. Cree, además, que las soluciones aportadas por la biotecnología seguramente contribuirán a mitigar el problema pero sólo si son aplicadas dentro de un contexto de tecnología de procesos. Si insistimos en emplearlas como tecnologías de insumos, seguramente lo agravarán.

Para que las soluciones biotecnológicas perduren, es muy necesario un cambio de actitud que acompane a un cambio en el paradigma predominante. Destaca que es clave retornar a la aplicación efectiva  de los conceptos del Manejo Integrado de Malezas.

También expuso junto a Pagano, Tozzini y Papa, el Doctor y Presidente de FeArCA (Federación Argentina de Cámaras Agro aéreas) Orlando Martínez, quien también se refirió al tema en cuestión.

En su exposición el doctor destacó: “lo más importante hoy en día es poder sacar el miedo que tiene la sociedad sobre la deriva que los aviones tienen, nosotros hoy podemos demostrar cómo se realiza un trabajo, como se puede controlar y cómo podemos dar fe de lo que se hace, ya que todo queda registrado y también se puede ver en tiempo real”. Desde el punto de vista legal Orlando opina: “trabajamos durante un ano con el Ministerio de Agricultura de la Nación y varios actores, AAPRESID entre otros, para sacar pautas de aplicaciones urbanas y periurbanas, lo cual fue una revisión de 160 trabajos nacionales e internacionales, por lo tanto contamos con los elementos suficientes para hacer una ley de agroquímicos, pero nosotros queremos ir más allá, ya que el avión no tiene nada que ver con el agroquímico, por tal motivo queremos realizar una ley de aplicaciones aérea y terrestre”.

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Haciendo referencia a las aplicaciones aéreas, Orlando destacó que un punto importante a tener en cuenta para el uso responsable de tecnologías es el diseno del avión, su configuración especifica, el diseno del equipo aspersor (los aspersores líquidos tienen control de caudal en tiempo real, control de espectro de gotas). Además los aviones agrícolas tienen control de altura y deriva, GPS, guía satelital, patrones de aplicación, mapas de aplicación en tiempo real, cobertura (franja y superficie de aplicación) e indicador de temperatura y humedad. Todos estos elementos, con su correspondiente capacitación para usarlos correctamente, hacen al uso responsable de la tecnología.

Pagano cree que el aumento de la complejidad genética de las variedades comerciales supondrá también una transformación en los sistemas de producción. Teniendo en cuenta la experiencia de los últimos anos -con cultivos que incorporaron un gen de resistencia a herbicidas y otro para controlar insectos, y estrategias que no fueron 100% eficaces para evitar la aparición de resistencias-, debemos pensar en replantear nuestros sistemas de producción para hacer frente a los desafíos que nos brinda la biotecnología", concluyó.

Fuente: http://www.revistachacra.com.ar/0/nota/index.vnc?id=un-aporte-mas

Análisis realizado en base a plenaria “Uso responsable de tecnologías” del XXII Congreso de AAPRESID “La Misión”.

 

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