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19/3/21 00:00

Agenda Aapresid: eligiendo pasturas y verdeos para cada ambiente

El 15/3 arrancó la Agenda de marzo con tres bloques para hablar de elección de pasturas y verdeos en el centro-norte de Sta Fe, cuenca del Salado y sur de Bs As.

El 15/3 arrancó la Agenda de marzo con tres bloques para hablar de elección de pasturas y verdeos en el centro-norte de Sta Fe, cuenca del Salado y sur de Bs As. 

 

Pasturas y verdeos para el Centro-Norte de Sta Fe.

Mariano Bonsignor (Peman Semillas) levantó el telón del primer bloque de Agenda orientado a la elección de pasturas y verdeos, en este caso, para el centro norte de Santa Fe. Habló del abanico de forrajeras templadas de la firma que incluye nuevas alfalfas con mayor tolerancia salinidad y verdeos de invierno apuntados a doble función: pastoreo y servicios ecosistémicos. 

En esa línea habló de trébol Munay: “junto a la UNL mejoramos atributos de Melilotus albus como mayor crecimiento inicial y retraso en la floración para aumentar su ventana de uso. Además sumamos calidad con mayor relación hoja/tallo, sin dejar de lado la rusticidad. En cuanto a servicios ecosistémicos, Munay destaca por su volumen de cobertura y su alta proporción de raíces”.

Habló también del desafío de los semilleros en torno a la adaptación a las nuevas necesidades: “es necesario ampliar el abanico de especies, pensar en la biodiversidad a través de herramientas como las mezclas forrajeras de precisión, mejorar la tecnología de insumos como el tratamiento profesional de semillas para garantizar una buena implantación”, precisó Bonsignor. A esto se suma la mejora en tecnología de procesos como el manejo de pasturas, eficiencia de cosecha, etc. 

El productor Aapresid de Videla, Peco Alonso habló de cómo maneja su sistema mixto que incluye recría, invernada y una cabana sobre pasturas base alfalfa y verdeos de invierno. Como verdeo de invierno – en especial en otonos húmedos – elige raigrás por su buena sanidad de hoja, buena calidad y volumen.

El pastoreo es rotativo en franjas diarias y la vuelta se calcula según la temperatura, que regula la tasa de crecimiento de la alfalfa. Sobre el manejo del pastoreo, Alonso citó uno de los grandes pendientes de la ganadería: “el pastoreo rotativo intensivo se muestra como algo nuevo pero es muy básico para mejorar planteos del centro norte de Sta Fe”. 

“La zona tiene entre un 30-40% de campos de inferior calidad que hoy no hacen siquiera pastoreo rotativo. Hay poca tecnología de procesos aplicada al consumo forrajero. Poca gente mueve la hacienda para dejar que las pasturas se recuperen”. En esa línea destacó el rol del personal a cargo. 

Imponer esta técnica permitiría mejoras sustanciales en la competitividad de la actividad: “hay 7 millones de has con campo natural y pasturas con cargas que no superan 1 cabeza/ ha, cuando podríamos aspirar a 2”.

Otra de las tecnologías que resonaron fueron las megatérmicas para mejorar la base forrajera en anos lluviosos como reemplazo de alfalfa. En esa línea, Peman trabaja en ampliar el abanico con especies como Grama rhodes que tolera suelos de menor calidad y permite aprovechamientos de diciembre a marzo. 

 

Pasturas y verdeos para la Cuenca del Salado

Nicolas Bertran (INTA) habló de la importancia de medir salinidad, sodicidad y napa para la sectorización de ambientes como los del Salado. “Se trata de mediciones simples y baratas que pueden determinar el éxito o fracaso de una pastura”

La salinidad condiciona directamente las opciones de forrajeras, mientras que la sodicidad afecta la física del suelo y el riesgo de anegamiento. Sobre conductividad y pH, recomendó sectorizar el muestreo en profundidad para evitar subestimaciones: “un único muestreo de 0-20 puede no revelar problemas de salinidad en los primeros 5 cm, donde pueden limitar el desarrollo de la semilla”. 

Conociendo la distribución de estas variables podemos empezar a jugar con las especies a incluir en cada ambiente: templadas y megatérmicas. agropiro, lotus, melilotus, y hasta alfalfa. “Estamos viendo alfalfas exitosas en suelos VIws”; La clave: saber donde ponerla y donde no. 

“Sólo la correcta elección de especies y mezclas permite duplicar la producción de forraje en estos ambientes. Y si sumamos otras tecnologías de procesos como fertilización y manejo del pastoreo el techo y la estabilidad de producción son aún mayores”. 

Martin Bigliardi (Gentos) se refirió a la transición de campos naturales a pasturas en estos ambientes: “tienen horizontes B fuertes que por un lado impiden el ascenso de napas salinas pero, por el otro, implican una ‘maceta’ mas chica”. 

Uno de los aspectos claves en esta transición es la ‘limpieza del banco de semillas’, de manera de llegar a la siembra de la pastura con lote libre de malezas que no podremos controlar en post emergencia y que van complicar la implantación. “Estos ambientes están dominados por raigrás guacho, gramon, etc. Es clave pasar por procesos de limpieza con barbechos largos, seguidos de cultivos como sorgo y raigrás de transición”. 

En transiciones bien logradas puede pasarse de 1500 a 3000 kg MS/ha. Con buena implantación y fertilización son factibles agropiros implantados de hasta 6000 kg en suelos VIIws. Esto permite pasar de 70-80  a 500-600 kg de carne.

El productor Aapresid Diego Beliera analizó los números de sus predecesores: “haciendo una cuenta rápida, lograr 600 kg carne en ambientes del Salado  x 160 del índice novillo (si bien no es lo que vamos generar con ese recurso) significa 1000 UDS. Si se restan los costos anuales de 80-100 USD que pueden implicar la siembra y mantenimiento de una pastura nos da un neto 900 USD”.

“Es muy difícil que una recría no tenga márgenes del 30-45% en kg de carne. La zanahoria es clara; pero para esto hay que analizar los cultivos ganaderos como los agrícolas”, afirmó Beliera, quien también puso el foco en la limpieza previa de los lotes para garantizar una transición exitosa: “gramilla y cardo determinan la productividad y duración de una pastura”. 

Otras claves de éxito: siembras de calidad a profundidad uniforme y apostar a lotes de riesgo manejable: “no elegir lotes extremos, sobre todo porque hay campos naturales de calidad y que dan mejor resultado de cría que una pastura implantada.”

Gabriel Lema (Kioshi Stone) habló de productos desarrollados por la firma que, basados en nanotecnología, permiten corregir problemas de salinidad y sodicidad a escalas muy pequenas.

Estos correctores vienen en formatos de tratamiento de semilla o aplicación de cobertura total. A través del desplazamiento del sodio y las sales, mejoran el ambiente cercano a la semilla facilitando el establecimiento del cultivo. 

 

Pasturas y verdeos para sur de Bs As

El asesor Ignacio Biblioni también habló de caracterización ambiental, que involucra mucho más que aspectos de suelo y clima sino también cuestiones de accesos al campo, estado de caminos, disponibilidad de contratistas de calidad, estado de las mejoras, distancia a la manga, tipo de empresa, calidad del personal, etc. 

Dentro de esta caracterización, Biblioni reconoció dos grandes casos: campos netamente ganaderos y mixtos. En los primeros, la variable definitoria es el suelo, y el primer paso es identificar los huecos donde falta pasto para luego planificar la cadena forrajera. A la hora de incorporar tecnologías, como implantar una pastura, es clave en estos casos analizar la relación costo/beneficio.

En ambientes que permiten planteos mixtos, quienes definen son: el tipo de recría (corta o larga) y la escala. Cada tipo de recría determina necesidades diferentes de oferta forrajera. Por ejemplo, habrá que maximizar la producción de pasto en OIP en lotes que luego entran en el circuito agrícola, y acá el rol de los verdeos se vuelve clave. En recrías largas conviene apostar a pasturas perennes como base de la cadena.

En cuanto a escalas, las chicas obligan a elegir recursos que permitan sostener la productividad en el tiempo, siendo la estabilidad más importante que el potencial de producción: tal vez es el único recurso con el que se cuenta. Escalas mayores permiten complementar y encadenar recursos como pasturas y verdeos, seleccionando especies y variedades que aseguren en cada caso máxima producción cuando se necesita. Con los mismos objetivos, en escalas chicas conviene pensar en mezclas complejas que den estabilidad, en escalas grandes las mezclas sencillas permiten explorar potencial.  

Biblioni fue otro que apuntó a mejorar tecnologías de procesos como uno de los desafíos de la ganadería. “Por ejemplo, las curvas de estacionalidad de producción de los distintos materiales es información valiosa para la toma de decisiones, pero que suele quedar dentro de las empresas”.  

Otra conclusión del día que no reconoció regiones: ya no hay dudas que los ambientes más diversos son los más estables. Es allí donde la ganadería tiene mucho que aportar.

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