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24/2/17 12:46

Brasil apunta al récord y Argentina quiere acompañar

En las últimas semanas, y desde que comenzó este movido 2017, el panorama productivo fue mutando progresivamente en Sudamérica. Estimaciones de producción récord para Brasil de soja y maíz y para Argentina del cereal.


El foco del mercado comienza a trasladarse desde el polo productivo sojero del hemisferio norte (EUA) hacia nuestros lotes y posteriormente hacia los puertos, desde donde Brasil ya comienza a tener primacía comercial a nivel mundial. La producción y la recolección de la oleaginosa evoluciona soberbiamente, a medida que se recolecta la misma descubriendo rindes récords y se va sembrando el maíz de safrinha.

Las estimaciones productivas del USDA para nuestro gigante vecino vienen mostrando una interesante evolución. En su primera estimación de mayo pasado aventuraron 103 M tn, cifra que se recortó hasta 101 M tn en septiembre y que luego en octubre fue aumentada en 1 M tn, y luego en enero en 2 M tn más, totalizando 104 M tn. Esta cifra se mantuvo en febrero y representa un récord absoluto, y a pesar de ello, parece que fácilmente será superada por la producción real, al haber ya estimaciones privadas que rondan las 108 M tn.

Consecuentemente, algo similar se estima con la exportación, con el USDA manteniendo 59,5 M tn y los privados afirmando que será de más de 61 M tn. Lo importante es comprender que el tiempo meteorológico fue muy benigno con Brasil, lo que no solo permitió que las casi 34 M ha sembradas evolucionaran sin grandes inconvenientes, sino que además permite que la cosecha de la soja avance más tempranamente de lo habitual y que esto genere que la siembra del maíz de safrinha sea dé en mejores condiciones.

[caption id="attachment_15701" align="alignnone" width="519"] Foto: Clarín Rural[/caption]

En nuestro país, vale la pena destacar que las estimaciones locales, cuyos principales exponentes son la BCR y la BCBA, se hicieron eco del “susto” que hubo con las lluvias de la época de las fiestas. Fue por eso que en ese momento recortaron sus estimaciones y luego las volvieron a elevar. El USDA, conservador como siempre, no tocó su “exagerada” estimación de 57 M tn sino hasta febrero, momento en el cual realizó un tímido recorte productivo de 1,5 M tn, llevando la estimación final hasta 55,5 M tn, guarismo muy cercano a los que se postulan localmente (54,5 M tn BCR y 54,8 BCBA).

Entonces, viendo que EUA cosechó un récord de 117 M tn, que Brasil espera levantar mínimamente 104 M tn y nosotros cerca de 55 M tn, ¿qué le aporta volatilidad a este mercado? La demanda, que no afloja y que cuando vislumbra cualquier tipo de inconveniente (sea precipitado o no), rápidamente genera un rally, como el que ya conocimos la campana pasada.

Con respecto al maíz, el panorama no es tan distinto en lo que atane a Sudamérica, ya que en este caso ambos países (Argentina y Brasil) cosecharán producciones récords. Argentina vuelve a tomar su lugar como jugador fuerte a nivel mundial de este mercado, con una cosecha estimada en 36,5 M tn y un saldo exportable de 25 M tn. Brasil hace lo suyo, con una producción de 86,5 M tn y un saldo para comerciar de 28 M tn.

¿Qué tener en cuenta de aquí en adelante, suponiendo que no haya inconvenientes en cosecha?

La intención de siembra en EUA, de la cual se pueden oír distintas voces argumentando en favor y en contra de la “victoria” de la oleaginosa sobre el cereal para ver cuál de los 2 se siembra en más superficie. Al momento, se estima que los farmers sembrarán 88 millones de acres de soja esta primavera, de los 83,4 millones del ano pasado, recortando las siembras de maíz a 90 millones, de los 94 millones del 2016. Los menores costos y sumada a la alta relación de precios (2,6) hace factible esto último. Pero, si efectivamente se siembra menos maíz, quizá la relación vuelve a valores promedio (2,4-2,2) por el aumento del precio del mismo y no por baja de la soja.

La luz al final del túnel la brinda el climático de EUA, que nos encontrará con buenas producciones y que de darse algún contratiempo climático puede reaccionar fuertemente, especialmente si consideramos que en el mercado de soja la demanda no está acostumbrada a la falta de mercadería. Para el maíz, el efecto puede verse multiplicado si efectivamente se siembra menos, aunque le juega en contra los niveles de stocks mundiales, cosa que no se da con la oleaginosa.

Fuente: Mariano Bignon – BLD

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