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30/4/20 15:15

¿Cómo optimizar la nutrición del trigo en tiempos difíciles?

En el marco del ciclo de Aapresid en casa, el asesor Martin Torres Duggan habló de estrategias para decidir la fertilización en la fina que se viene. ¡No te pierdas la charla completa!

Duggan habló del panorama para trigo y explicó que la relación de precios entre fertilizante/grano de trigo es más favorable que la campana pasada, por lo que es un ano interesante para reponer stock de nutrientes. “A pesar del contexto político y económico desfavorables, la nutrición sigue siendo rentable”

El análisis de suelo para el correcto diagnóstico es una herramienta fundamental: “un análisis de suelo que cuesta de 2 a 3 USD/ha puede traducirse en ganancias en rinde e ingresos extra de entre 100 y 200 USD/ha”.

¿Cómo definimos estrategias de fertilización?

Las variables a tener en cuenta para definir la estrategia son: dosis, fuente, momento y localización, y cada una debe ajustarse de acuerdo a las necesidades del sistema productivo. La definición de la dosis depende del diagnóstico de fertilidad, pero también de las condiciones ambientales (presencia de sales, pH, entre otras)

En cuanto al momento de fertilización con N en trigo, Duggan recomienda considerar NaN (valor de referencia para trigo 2.2 – 2.4 ppm) y nitratos a la siembra. Luego, conocer el ISN (índice de suficiencia de nitrógeno) a fin de macollaje puede ayudar a decidir necesidades de re-fertilizacion, recordando que es aquí cuando se define el número de granos. Se puede incluir una fertilización en antesis para aumentar la proteína de grano.

El manejo de la dosis y fraccionamiento depende de la disponibilidad hídrica del perfil y la ocurrencia y distribución de las precipitaciones.

En cuanto a la fuente y forma de aplicación, hay que pensar que existen dos grandes grupos: fertilizantes con y sin urea. Los primeros se degradan más lentamente por lo que en ambientes con más temperatura tenemos más probabilidad de perdida por volatilización. Existen alternativas naturales como el estiércol y purines de lagunas. Tienen como ventaja que además de N, aportan materia orgánica (MO). Sin embargo, no es simple identificar la concentración exacta de nutrientes que incorporamos con estas fuentes.  

Siguiendo la misma lógica pero para fertilización fosforada (P), debe conocerse el nivel inicial en suelo, siendo el P Bray un indicador posible. El P puede aplicarse al voleo o en banda. A temperaturas bajas y a bajos niveles de P es más eficiente la segunda, no habiendo diferencias entre formas de aplicación a temperaturas elevadas, buena disponibilidad de agua y buen nivel de P (8 –10 ppm).

En fertilización con azufre (S) el nivel de respuesta y la rentabilidad de la misma es considerable en los suelos de la región Pampeana. A diferencia de otros nutrientes, el momento de aplicación del S no es una variable determinante ya que suelos con texturas medias en general no registran pérdidas de este nutriente. Así, puede aplicarse desde la siembra hasta el macollaje.

Por último, Duggan habló de los cultivos de servicios (CS) como herramienta complementaria a la fertilización tradicional. La vicia por ejemplo se convierte en una alternativa de aporte de N al sistema. Este aporte no sólo se ve en el cultivo sucesor sino también en el siguiente.

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