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10/5/11 11:48

El abc de la arveja

Cuáles son los aspectos de manejo más importantes a tener en cuenta para lograr el éxito productivo en el cultivo de arveja.

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Introducción
Las referencias de la arveja datan de 10.000 anos AC, siendo introducida en Europa desde Asia por los romanos y griegos, ya como cultivo, hacia el ano 500 AC. En general se asumía a las legumbres como alimento de inferior calidad respecto de la carne. En la era Cristiana se expande por Asia y el resto de Europa.
Las primeras identificaciones datan de 1.500, donde los botánicos encuentran especies de diferentes colores y texturas de grano. Mendel, el padre de la genética, hizo sus experiencias con arvejas hacia el ano 1860.
A principios del siglo 20 con la tecnología del congelado, facilitó el aprovechamiento de arveja, haciéndola popular en diversas regiones del mundo, incluso Argentina. Hoy, de acuerdo a FAO, los principales productores de arveja son Canadá, Francia, China y Rusia, con una producción de 3.1, 1.3, 1.3 y 1 millón de toneladas respectivamente. De acuerdo con la estadística oficial, en Argentina se producen 41.000 toneladas (SAGPyA).
En la actualidad, la arveja se cultiva en diversas áreas, alcanzando una superficie que llegó, en la campana 2006/2007, a las 70.000 has, sólo en el sur de Santa Fe, constituyendo así una alternativa al trigo como cultivo invernal.

Características de la planta y fenología
La arveja es una leguminosa de la familia de las Fabáceas (leguminosas), subflía Papilionoidea. El hábito de crecimiento de las variedades cultivables es indeterminado, con respuesta fotoperiódica cuantitativa a días largos. Las etapas desde germinación están en función de la temperatura, debiendo acumular a la emergencia entre 120 y 166 °C (Tb=0), mientras que a floración, necesita acumular entre 650 y 700 °C dependiendo de la variedad.
Para la descripción de las diferentes etapas de desarrollo se propone la escala sugerida por Knott (1987), en la que se definen los 4 estados principales: emergencia, crecimiento vegetativo, reproductivo y senescencia. Esta clasificación es clave para poner un punto en común en la identificación de la fenología de arveja, con el propósito de usarlo en todo lo referente al manejo del cultivo (Tabla 1).

Tabla 1. Escala Fenológica de Knott, 1987.

Variedades
En el INASE hay más de 56 variedades inscriptas como comerciales, la gran mayoría de origen Estadounidense (34%), Holandés (15%) e Italianas (13%), todas ellas con características diferenciales que van desde el color de la semilla (verdes y amarillas), textura del grano (lisas y rugosas), característica de la planta (foliosas y semiáfilas o zarcillosas), y con pesos de 1000 semillas que van entre los 150 gr hasta más de 300 gr. 
De esto último se desprende que la densidad de siembra para lograr un stand de entre 80 y 100 plantas por metro cuadrado, puede ser desde 170 a más de 300 kg/ha de semilla.
En cuanto al rendimiento, ensayos del INTA Arroyo seco de la campana 2007-2008 (Prieto and Antonelli, 2008), es posible alcanzar rendimientos de hasta 4.000 kg/ha con variedades como Viper (Figura 1), mientras que cuando las condiciones son adversas, los niveles de producción son muy bajos e incluso nulos (Prieto et al., 2009).

 

Fechas de siembra y adaptación
Las variedades de arveja cultivadas son de ciclo corto, sembrándose desde principios de julio hasta mediados de agosto como fecha límite. La arveja es muy sensible a las bajas temperaturas en la etapa de germinación (Fase 0 de acuerdo con Knott, 1987), por lo que es recomendable de alguna manera evitar sembrar con pronóstico cercano de lluvias y excesivo frío. Una vez emergida, tolera el frío, aún con temperaturas de 0°C. En el caso de suelos con alto nivel de cobertura, las fuertes heladas suelen afectar a las hojas más tiernas, pero luego rebrotan normalmente. Por otro lado, en la etapa posterior a la floración, cuando se fija el número de granos, es muy sensible tanto a las altas temperaturas (mayores a 32 °C) como a las heladas, fenómenos ambos que producen abortos de semillas y caída de frutos.

Estructura de cultivo
En la actualidad, hay experiencias exitosas en siembras en hileras a 19, 21 e incluso 26 cm, aprovechando la disponibilidad de sembradoras de granos gruesos. 
En condiciones normales de desarrollo y crecimiento, la planta puede alcanzar los 50 cm de altura al momento de floración (inicio del período crítico), siendo la intercepción de radiación máxima, aún con distancias entre hileras de 26 cm. Este crecimiento es función de las condiciones de crecimiento y de las características de las variedades.

Nutrición
Las necesidades nutritivas de la arveja son descriptas en la Tabla 2. Como es una especie que produce granos con un alto valor proteico (20 al 24 %), es exigente en nitrógeno, siguiéndole en importancia cuantitativa el potasio, luego el magnesio y en menor medida fósforo y azufre.

Tabla 2. Necesidades nutritivas de Arveja por tonelada de grano producido (Fuente Potash Phosphate Institute, Atlanta, Georgia)
 
Nitrógeno
La capacidad de fijación de nitrógeno por parte de la arveja suele ser muy alta. Se han medido aportes de hasta 185 kg/ha por esta vía (Rennie y Dubetz, 1986). De aquí que es la fuente de nitrógeno mas económica para el productor.
Fósforo
La región de mayor susceptibilidad al empobrecimiento de fósforo coincide con la zona de producción de legumbres (Cruzate y R.Casas, 2003). Los niveles actuales de fósforo están en un rango que va de 5 a 10 ppm, por lo que es necesario fertilizar con fósforo si se quiere obtener buenos niveles de rendimiento.
En la EEA INTA San Pedro se originaron los primeros trabajos de fertilización de arveja (INTA, 1987), donde los autores recomiendan fertilizar con niveles de fósforo extraído por
Bray 1, menores a 15 ppm.
Azufre
Las necesidades de azufre son de 4.3 kg para producir una tonelada de grano, algo menor que lo requerido por soja.
En general, no se hallaron respuestas al agregado de S en suelos donde se está fertilizando otros cultivos con este nutriente. Concretamente, no se halló respuesta a la fertilización con S en arveja, (Martínez y Cordone, 2008).

Protección
Insectos
Dentro de las plagas insectiles que afectan el cultivo de arveja, pueden citarse por el impacto que tienen sobre el rendimiento, a los pulgones de la arveja (Acyrthosiphon pisum) y el pulgón verde del duraznero (Myzus persicae). Las primeras colonias aparecen previo a la floración, y si bien no hay en el país umbrales para esta especie en arveja, es necesario monitorear semanalmente y ante la aparición de las primeras colonias controlar. En Canadá utilizan un umbral de 2 a 3 pulgones por brote a partir de floración, coincidiendo con los hallados por autores europeos.
Le siguen en importancia la oruga bolillera (Helliothis sp.) de aparición eventual, comiendo casi exclusivamente grano, previo perforado de la vaina, llegando a producir dano hasta luego de madurez fisiológica, e incluso contribuye a la desmejora de la calidad comercial, ya que en la trilla humedece el grano y con la tierra se mancha completamente.
Otras plagas que se pueden dar son el trip (Frankiniella sp.), el brucho o gorgojo del grano
(Bruchus pisorum), y las isocas cortadoras (Agrotis sp).
Enfermedades
Los problemas sanitarios del cultivo de arveja son descriptos por INTA San Pedro (1987), pudiéndose clasificar en enfermedades de cuello y raíz, entre las que se mencionan al Marchitamiento producido por Fusarium oxysporum f pisi, que produce clorosis en hojas inferiores y desarrolla a las superiores. En el cuello y raíz produce decoloración, pudiendo llevar incluso a la muerte de las plantas en casos severos. 
Otra enfermedad es la Podredumbre de cuello y raíz, producida por diversos agentes como
Fusarium solani f pisi, y el complejo de hongos causante del Damping off (Pythium sp, y
Rhizoctonia sp).
Para estas enfermedades, las alternativas de control pasan por el tratamiento de semillas, la rotación de cultivos y el uso de variedades tolerantes a estas enfermedades.
En el caso de las afecciones foliares, una de las más importantes por el dano que causa el
Tizón bacteriano (Pseudomonas pisi) que se manifiesta en manchas irregulares que de generalizarse dan un aspecto de hoja seca color pardo claro. En tallos forma estrías que pueden afectarlo totalmente y en vainas y semillas produce lesiones de aspecto graso. La bacteria es así transmitida a la semilla.
Ya dentro las enfermedades foliares causadas por hongos, el Oidio (Erysiphe sp), con sus típicas manchas pulverulentas en hojas y decoloración en vainas, favorecida por condiciones de alta humedad.
El Tizón causado por Mycosphaerella pinoides, produciendo manchas pardo rojizas y también afecta cuello y raíz. Es una de las enfermedades de mayores pérdidas en cuanto a la productividad del cultivo, especialmente en anos lluviosos.
Una de las enfermedades de mayor difusión, la Antracnosis (Ascochyta pisi), promovida por intensas lluvias de primavera, afectando principalmente a las vainas y semillas, y en menor medida al follaje.
El Mildiu (Peronospora pisi), en ambientes húmedos y frescos se presenta muchas veces en mayor medida en variedades de porte más bajo y de carácter folioso. Al final del ciclo suelen aparecer otras enfermedades como Septoriosis (Septoria pisi).

Manejo en la rotación
Sin duda la introducción de la arveja en la rotación de cultivos se vio altamente favorecida por la introducción de los maíces transgénicos tolerantes a Diatraea saccharallis y a la siembra directa. Habitualmente la arveja era seguida en la secuencia por soja, pero la secuencia arveja-soja brinda un pobre aporte de rastrojos. 
Los productores hallaron en el maíz de segunda una excelente alternativa a la soja, dado que por un lado los resultados de producción son más estables, aunque sin los picos de rinde de los maíces de primera en anos favorables, y por otro lado, hallaron la solución para lograr el volumen de rastrojos necesario para proteger al suelo y lograr reducir el balance negativo del carbono.

Cosecha
Desde hace muchos anos la cosecha se hace en forma directa, sin necesidad del cortehilerado.
En algunas situaciones de enmalezamiento, o bien por problemas de uniformidad en la madurez, se recurre al desecado del cultivo mediante el uso de paraquat. Esto permite uniformar el lote y en algunos casos adelantar unos días la cosecha. 
En el caso de cultivares de porte rastrero, foliosos como Cobri o Facón, a veces es necesario cosechar en uno o dos sentido de siembra, “a contrapelo” para disminuir las pérdidas de cosecha. Esto se da fundamentalmente en los casos en que se producen acamado por fuertes vientos y lluvias en la primavera.
La humedad de cosecha es de 14 %, y en líneas generales no hay mayores inconvenientes para lograr obtener mercadería sana.

Fuente
Ing. Agr. Gabriel María Prieto. AER INTA Arroyo Seco – [email protected]
www.agrouranga.com/Images/Fotos

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