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1/7/11 11:12

Implantación de colza en siembra directa

Debido al efecto que ejercen los rastrojos sobre la normal implantación y establecimiento del cultivo de colza, se evaluaron las densidades de siembra óptimas a adoptar en estos sistemas.

Introducción

Una de las premisas en la siembra de colza en sistemas de directa consiste en la selección del lote a utilizar. En este sentido, son recomendables aquellos lotes que se desocuparon más temprano y que los cultivos precedentes hayan dejado bajos volúmenes de rastrojo.
Los rastrojos abundantes tienden a complicar la implantación del cultivo de colza a través de dos mecanismos. Por un lado se compromete la colocación de la semilla a la profundidad deseada y el correcto cierre del surco y, por el otro, las plantas tienden a sufrir más los efectos de las heladas en las primeras etapas del desarrollo.
Por lo expuesto, el ajuste de la densidad de siembra es un tema central para el sistema de siembra directa, a fin de compensar la probable menor eficiencia descripta.
El objetivo del presente trabajo fue estimar el coeficiente de pérdida de plantas a adoptar en siembra directa, a fin de alcanzar una densidad óptima de 80 plantas por metro cuadrado.

Materiales y métodos

Durante el ano 2009, sobre un suelo Argiudol típico, en el que el cultivo antecesor fue soja y el anterior a éste maíz, se dispusieron seis tratamientos organizados con un arreglo factorial de dos factores, donde: 
Factor A: Con rastrojo: Testigo sin remoción de rastrojos del cultivo antecesor.
Sin rastrojo: Remoción de los rastrojos para la confección de rollos.
Factor B: Tres coeficientes de logro (plantas logradas con respecto a las sembradas): 0,3, 0,5 y 0,7, resultando tres densidades de siembra: 12,2, 7,3 y 5,2 kg/ha. 
El diseno experimental fue de parcelas divididas con tres repeticiones, asignándole a la parcela principal el tratamiento de los rastrojos y a la subparcela la población teórica de plantas. 
Previo a la remoción de los rastrojos, realizada el 18/05/07 con un rastrillo de descarga lateral, se efectuó una estimación del volumen remanente de los mismos en cinco muestras de 1 m2.
La colza utilizada fue el híbrido primaveral SW2797, presentándose la semilla protegida contra insectos (“peleteada”). La siembra se efectuó el 03/06/09 en parcelas de 2,8 m de ancho por 20 m de largo y a 0,20 m de espaciamiento entre hileras, fertilizando por debajo y al costado de las semillas con 70 Kg N/ha en forma de urea granulada (46% N). Para el control de malezas, previamente a la siembra (19/05/09) se aplicaron 2 l/ha de glifosato y durante el ensayo fue necesario la aplicación de 80 cc/ha de dicamba.
Para evaluar la eficiencia de implantación, se efectuaron tres recuentos de plantas sobre 3 metros lineales, y en tres sectores de cada unidad experimental, en los estados cotiledonar (23/06/09), dos hojas (06/07/09) y en roseta (21/08/09). 
A fin de conocer la biomasa final del cultivo, el 20/11 se realizaron muestreos de un metro lineal de surco por unidad experimental en los 3 tratamientos sin rastrojo, debido a que los restantes se habían perdido completamente.
La cosecha se realizó mecánicamente con una cosechadora de parcelas equipada con plataforma triguera sobre tres surcos y para todo el largo de la parcela. 
Las variables se analizaron con ANOVA y las medias se compararon con el Test de LSD de Fisher con una significancia del 5%. 
A partir de los datos históricos de ocurrencia de heladas se realizó una estimación del riesgo de pérdida del cultivo según la fecha de siembra de la colza.

Resultados

El volumen de rastrojo determinado previo a la siembra fue de 7640 ± 962 Kg MS/ha (CV= 12,6%), bastante superior a lo estimado para ensayos similares en campanas previas. Al respecto, Villar y Cencig (2008), indican que rastrojos de soja en cantidades entre 4100 y 4600 no tuvieron un efecto contundente sobre la eficiencia en el establecimiento y persistencia de las plantas de colza.
La fertilidad potencial en el horizonte superficial (Cuadro 1) estuvo dentro de valores promedios y muy bien provisto de fósforo, mientras que el agua útil almacenada hasta 1,5 m de profundidad fue de 69,1 mm, valor considerado escaso.

Cuadro 1: Análisis químico de suelos (0-20 cm). EEA Rafaela 18/05/2009.

MO (%)

P (ppm)

NO3 (ppm)

SO4 (ppm)

pH

2,54

56,7

7,6

6

6

 

Las lluvias fueron escasas en otono, pero permitieron efectuar una adecuada siembra y el logro de una emergencia uniforme. El invierno fue extremadamente seco y el ingreso a la primavera favorable, especialmente septiembre (Cuadro 2).

Cuadro 2: Lluvias durante el ciclo del cultivo 2009, EEA Rafaela.

Ano

Lluvias mensuales (mm)

Abr.

May.

Jun.

Jul.

Ago.

Sept.

Oct.

Total

2009

21,0

23,7

19,4

44,1

0,4

72,4

62,5

243,5

1930 – 08

93,9

47,4

29,3

23,0

25,8

40,7

84,6

344,7

 

La campana se caracterizó por un arranque favorable para la emergencia, producida el 16/06/09, pero con sucesivas heladas. Cuando el cultivo se encontraba en B6 - B8 (escala CETIOM: 6-8 hojas) fue severamente afectado, sobre todo durante el período 9 – 14 de julio en que las heladas fueron muy intensas (Cuadro 3) comprometiendo la supervivencia de las plantas sobre todo en el tratamiento con rastrojo en superficie (Cuadro 4).

Cuadro 3: Heladas agronómicas (a la intemperie). Rafaela, 2009.

Fecha

 

Helada agronómica (ºC)

 

Fecha

 

Helada agronómica (ºC)

0,05m

Superficie

 

0,05m

Superficie

1-jun-09

-1,3

-1,3

 

9-jul-09

-9,6

-9,4

2-jun-09

-4,9

-4,3

 

10-jul-09

-3,5

-3,9

3-jun-09

-2,8

-3,3

 

11-jul-09

-5,2

-5,8

5-jun-09

-1,3

-1,1

 

12-jul-09

-2,3

-2,7

6-jun-09

-4,4

-4,0

 

14-jul-09

-9,4

-9,9

7-jun-09

-1,5

-1,7

 

16-jul-09

-4,6

-5,1

9-jun-09

-3,6

-3,1

 

17-jul-09

-3,0

-3,7

10-jun-09

-1,9

-2,1

 

18-jul-09

-2,1

-2,9

12-jun-09

-4,8

-5,6

 

22-jul-09

-0,6

-1,3

16-jun-09

-1,9

-2,1

 

23-jul-09

-6,0

-7,2

23-jun-09

-2,7

-3,7

 

24-jul-09

-7,7

-8,7

24-jun-09

-7,5

-7,9

 

25-jul-09

-3,8

-4,2

25-jun-09

-2,6

-3,2

 

26-jul-09

-5,2

-5,4

27-jun-09

-2,0

-2,4

 

27-jul-09

-2,2

-3,6

30-jun-09

-3,4

-3,8

 

28-jul-09

-3,6

-4,2

2-jul-09

-3,7

-4,0

 

29-jul-09

-6,2

-7,1

 

Cuadro 4: Plantas por metro cuadrado en tres momentos del cultivo de colza. Rafaela, 2009.

Tratamiento del rastrojo

Coeficiente de logro

plantas/m²

1er conteo
23/06/09
cotiledón

2do conteo
06/07/09
B2

3er conteo
21/08/09
B6-B8

SIN RASTROJO

0,3

278

210 a

43 A

0,5

172

121 b

27 AB

0,7

111

93 bc

15 B

CON RASTROJO

0,3

258

84 cd

1

0,5

146

55 de

2

0,7

109

32 e

1

 

En el primer conteo de plantas no se produjo interacción entre el tratamiento de rastrojos y el coeficiente de logro (CL). El factor que incrementó significativamente el número de plantas emergidas fue la densidad de siembra y en todos los casos se superó ampliamente el valor de 80 pl/m².
Luego de ocurridas las primeras heladas, cuando el cultivo se hallaba aún en un estado fenológico susceptible, se produjo una gran mortandad de plantas. Los tratamientos en que este efecto fue mayor fueron los que mantuvieron el rastrojo en superficie; en éstos, solo cuando la densidad de siembra fue la más elevada (CL: 0,3) se obtuvo el número de plantas buscado. Por su parte, los tratamientos sin rastrojos en superficie superaron ese valor. 
Posteriormente se produjeron nuevas heladas y con mayor intensidad que las precedentes (Cuadro 3). Esto provocó la pérdida total de los tratamientos con rastrojo en superficie, razón por la cual se eliminaron del análisis. En ninguno de los tres tratamientos que lograron llegar a cosecha se obtuvo el stand de plantas objetivo.
La baja disponibilidad hídrica dada por un escaso nivel de agua útil inicial y la poca ocurrencia de precipitaciones, sumado a numerosas e intensas heladas en estados tempranos del cultivo, complicó el desarrollo del cultivo de colza. En estas circunstancias, se obtuvieron muy bajos números de plantas aún con densidades de siembra elevados (hasta 12,2 kg/ha). Los tratamientos con rastrojo en superficie acrecentaron aún más los efectos debido a que las plántulas crecieron de manera ahilada, por lo que sus tallos fueron más finos y débiles. Además, cuando hiela el rastrojo mantiene el frío por más tiempo, haciendo que el efecto de la helada sea aun mayor.
La biomasa aérea final y los rendimientos obtenidos fueron bajos pero similares a los obtenidos en colzas de la zona, durante esta campana (Cuadro 5). Mientras que la biomasa no arrojó diferencias significativas, el rendimiento en grano fue significativamente superior en las densidades más altas (12,2 y 7,3 kg/ha).


Cuadro 5: Biomasa aérea y rendimiento en grano de colza para tres densidades de siembra según “coeficiente de logro de plantas”. Rafaela, 2009.

Tratamiento del rastrojo

CL

Biomasa aérea (Kg MS/ha)

Rendimiento
(Kg/ha, 9% Hº)

SIN RASTROJO

0,3

8471,2

1131,6 a

0,5

8275,6

1168,4 a

0,7

6675,4

712,2 b

Promedio

7807,4

1004,1

CV (%)

22,1

15,0

Análisis de riesgo por heladas tempranas

Un aspecto básico del manejo de cualquier cultivo es la definición del período en que puede ser sembrado. 
Teniendo como base el conocimiento que el cultivo de colza es muy sensible a temperaturas inferiores a -5 ºC antes de la sexta hoja y de acuerdo con que la probabilidad de que se den para Rafaela este tipo de eventos se incrementa a partir del 20 de junio (Gráfico 1) se puede advertir que la colza debería estar en estado de roseta (6 hojas) antes del 20 de junio.

[Clic sobre la imagen para ampliar]


Gráfico 1: Probabilidad por decena de mes para la ocurrencia de heladas en Rafaela

El cultivo de colza en este ensayo requirió de 145ºC día para emerger (temperatura base 0ºC) y de 740ºC día desde emergencia a 6-8 hojas, éste último valor es bastante superior al que brinda el programa Cronocanola de la UBA (541ºC día, para un cultivar de similares características), lo que puede deberse a que en el presente estudio las plantas vieron su crecimiento retrasado producto de la baja disponibilidad hídrica. Considerando entonces los 145ºC día sumados a los 541ºC día, se necesitarían unos 686ºCdía desde la siembra hasta 6 hojas. Con estos valores, y con los registros históricos de temperaturas medias de la EEA Rafaela, se puede inferir que la siembra debiera hacerse antes del 3 de mayo para evitar danos provocados por heladas tempranas. En concordancia, Villar (1995), determinó que la emergencia de la colza debiera realizarse en la primera quincena de mayo.

Consideraciones finales

Los elevados volúmenes de rastrojo de soja no perjudicaron la emergencia de la colza, pero sí acrecentaron el efecto nocivo de las heladas sobre las plantas de colza.
En situaciones de déficit hídrico, las heladas afectaron aún más el desarrollo del cultivo.
Bajo estas circunstancias, sería conveniente incrementar la densidad de siembra a valores no usados en los anos favorables, o bien, reemplazar el cultivo por otro con menores riesgos de helarse.

Fuente

CENCIG Gabriela1, VILLAR Jorge. Profesionales del Área de Investigación en Producción Vegetal, INTA EEA Rafaela
DEMARCHI, Germán. Estudiante de Agronomía, Universidad Nacional de Villa María.

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