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28/2/20 09:40

Lo que la jornada REM de cogollero nos dejó

El 20 de febrero la Red de Manejo de plagas REM de Aapresid y la Regional Rafaela lideraron en Pres. Roca una jornada avocada al manejo de cogollero, una plaga de gran incidencia en maíces tardíos del centro-norte del país. A continuación, los ejes del evento.

Conociendo la plaga: reconocimiento y monitoreo.

El Ing. Agr. Federico Massoni de la EEA INTA Rafaela repasó la biología de cogollero (Spodoptera frugipera): se comporta como cortadora en estadios iniciales, especialmente en lotes con malezas gramíneas que sirven de hospederos alternativos. Sin embargo, el principal dano es como defoliadora en etapas vegetativas, y en ataques severos, como cogollera. En estadios reproductivos dana la espiga. Se está viendo dano como barrenadora, lo que puede llevar a confundirla con D. saccharalis por lo que es clave diferenciarlas”.

El especialista hizo hincapié en el monitoreo tempano, aún previo a la siembra. “Luego, hacer foco en estadios vegetativos tempranos buscando desoves y raspados o perforaciones”.  El umbral de dano es de 20% de plantas con danos de escala Davis 3 o superior, la presencia de 2 larvas vivas cada 10 plantas y desoves.

En cuanto a genética, ensayos con elevados niveles de infestación en siembras tardías, mostraron diferencias de rendimiento del 20 % entre maíces no Bt y PWU o VT3PRO, y del 5% entre materiales no Bt y MG.

 

El valor de la biotecnología

La Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) habló de la importancia del cuidado de la tecnología disponible. Una de las prácticas clave son los refugios. “Como el cogollero tiene alta movilidad el refugio debe ser estructurado, es decir, no mezclado en la bolsa (RIB)”, advirtió la Ing. Agr. Fabiana Malacarne. Debe sembrarse un 10% del lote con material no Bt en igual fecha de siembra y ciclo, a un máximo de 1500 mts. “Debe visualizarse cierto dano en los refugios de manera de asegurar la generación de individuos susceptibles; por ello debe hacerse un máximo de 2 aplicaciones insecticidas al umbral de dano del 20% y con presencia de larva vivas”.

El control de malezas y rastrojo, la buena implantación, la rotación de cultivos y el monitoreo constante son otras de las herramientas para retrasar la aparición de resistencia, un proceso que no puede evitarse.

 

Recorrida de ensayos: curasemillas, eventos e insecticidas.

Durante la recorrida de ensayos, se observó que el uso del curasemilla Lumivia –activo clorantroniliprole - permitió un atraso de la llegada a umbral de unos 7 días.

Otro de los experimentos comparó el comportamiento de los eventos biotecnológicos VT3PRO con proteínas Cry1A.105 y Cry2Ab para el control de lepidópteros y PowerCore Ultra (PWU), con proteínas Cry1F, Cry1A.105, Cry2Ab y Vip3A. El VT3PRO retrasó la llegada a umbral unos 15 días respecto del No Bt, siendo además el dano significativamente inferior. El PWU no alcanzó el umbral de aplicación durante el periodo de ensayo, lo que evidencia la eficiencia del evento Vip en el control de esta plaga.

Respecto a los ensayos de insecticidas en materiales no BT, la primera aplicación se realizó en V4, coincidente con la llegada al umbral. A excepción del testigo químico (Lambdacialotrina), todos los tratamientos disminuyeron el nivel de dano al siguiente monitoreo, lo que muestra efectividad de control.

 

Para decidir la aplicación el monitoreo debe ser semanal, y el umbral debe tener en cuenta la evolución de la plaga y el tiempo efectivo hasta la aplicación, ya que en una semana los cambios pueden ser marcados. El mejor control insecticida no superó el 70% lo que destaca la importancia del cuidado de la tecnología Bt.

La tecnología VT3PRO requirió una aplicación con insecticida para obtener niveles de dano que no afecten al rendimiento, mientras que la PWU no requirió ninguna aplicación.

 

Calidad de aplicación.

El asesor Lihuel Sartini ofreció tips para maximizar la eficiencia en las pulverizaciones para cogollero. Como primer punto destacó la verificación de la calidad de aplicación mediante al uso de tarjetas hidrosensibles: “entre 50 y 70 impactos/cm2 es la cantidad mínima necesaria para productos de contacto, mientras que con sistémicos puede lograrse buen control con 30 impactos/cm2”.

También destacó la necesidad de generar gotas pequenas, de hasta 250 micrones para garantizar la máxima penetración: “cabe recordar que estas gotas son también las más susceptibles a la evaporación, sobre todo en verano, lo que hace necesario el uso de antievaporantes”.

El aumento en la eficiencia permite disminuir el volumen de aplicación/ha, pero también aumenta la probabilidad de generar incompatibilidades en el caldo de aplicación. Por tanto, “es fundamental realizar una prueba a escala de balde con los productos a aplicar, así como conocer la calidad del agua para identificar la necesidad de correctores o emulsionantes”, cerró Sartini.

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