ASOCIATE TIENDA AAPRESID |

1/7/16 15:23

Si al manejo integrado de malezas

Varias son las opciones para controlar malezas: rotar, incorporar cultivos de cobertura o realizar barbecho químico. La planificación del barbecho químico es un punto clave al momento de manejar malezas.

Los sistemas agrícolas actuales, han alcanzado niveles productivos sostenidos con una fuerte y alta dependencia del uso de insumos. Los herbicidas constituyen una importante proporción en su empleo para el control de malezas.

Esta situación ha generado demasiados inconvenientes ambientales. Una alternativa que depende -en menor medida- del empleo de herbicidas, es el aprovechamiento de la capacidad de los cultivos para competir por recursos aéreos y subterráneos con las malezas. El incremento de la habilidad competitiva puede llevarse adelante por medio de la obtención de genotipos con capacidad competitiva, a través del mejoramiento genético.

Otra alternativa, es la modificación de las condiciones de manejo de los cultivos, con el objetivo de generar una ventaja comparativa en la captación de recursos, en detrimento de las malezas. Similar a la utilización de arreglos espaciales equidistantes.

Para poder hacer uso de manera corriente de la habilidad competitiva, es necesario una importante actividad de investigación en ambos enfoques, a fin de garantizar la aplicabilidad de esta tecnología.

A lo largo del desarrollo de la agricultura, las malezas han ejercido una interferencia constante sobre los diferentes sistemas productivos, siendo -en muchas situaciones- condicionantes de la productividad de los cultivos.

En las últimas décadas la investigación vinculada con el control de malezas, estuvo estrechamente vinculada con diferentes aspectos del comportamiento de los herbicidas en los sistemas productivos. Este importante conocimiento convirtió a los herbicidas en una herramienta muy útil, brindando importantes beneficios, tanto a los productores agropecuarios como a las comunidades urbanas.
nota Amaranthus

A pesar del desarrollo alcanzado en el uso de herbicidas, las malezas siguen siendo una de las principales adversidades bióticas dentro de la agricultura actual. Estas, mantienen la dependencia del control químico en los distintos sistemas productivos.

Así, en los últimos anos, el aumento de los casos de resistencia de distintas malezas, a diferentes familias de herbicidas, el aumento de la dominancia de especies tolerantes y la disminución de la diversidad específica, han impulsado el diseno de sistemas de manejo, que generen una racionalización del uso de herbicidas. De este modo, no se puede seguir visualizando a las malezas como un problema a resolver, mediante el empleo de metodologías curativas, sino que deben ser consideradas como un componente biótico más; dentro de un sistema integrado de cultivo.

El manejo de malezas debe ser visto como una disciplina integrada.

Su interés, debe estar dirigido hacia herramientas culturales, biológicas, mecánicas y preventivas que permitan alcanzar un manejo racional de las mismas.  Esto implica el desarrollo de estrategias -a largo plazo- que permitan mantener las poblaciones de malezas debajo de ciertos umbrales. Es decir, implementar una agricultura rentable y con menor impacto ambiental.

En principio, el manejo de estas características, debe estar basado en una mejor comprensión del rol de las malezas, como componente del agro ecosistema. Por otra parte, se basa en un mejor conocimiento de la biología y ecología de las poblaciones de malezas.

Antes del desarrollo y difusión de los herbicidas para el control de malezas, los productores  llevaban adelante un manejo integral de las mismas. Utilizaban la interferencia del cultivo, las rotaciones, sistemas de labranza selectivos, limpieza a mano de maquinarias y equipos; así como también, acciones preventivas con el fin de disminuir la incidencia de la vegetación espontánea.

En los últimos 50 anos, estas prácticas integradas fueron progresivamente desplazadas por los herbicidas y las labranzas que han llevado a una simplificación del manejo en los sistemas productivos. Si bien estos, han sido métodos altamente efectivos en el control de malezas, la preocupación por los altos costos de producción, el impacto ambiental negativo y la seguridad alimenticia, han alentado un nuevo interés en métodos alternativos, para el manejo de dichas especies invasoras, tratando de racionalizar el uso de herbicidas.

Teniendo en cuenta lo anterior, se han comenzado a desarrollar distintos metodologías, integrándolas como herramientas apropiadas, para el desarrollo de un manejo racional de malezas.

Una alternativa cultural muy interesante de incorporar, pasa por aumentar la competencia de los cultivos hacia las malezas. Este incremento en la capacidad competitiva de un cultivo, puede plasmarse -por un lado- por medio del mejoramiento genético, que permita obtener genotipos con mayor habilidad competitiva hacia las malezas. Por otro lado, se da a través de técnicas de manejo que favorezcan a los cultivos, en el proceso competitivo.

Cabe destacar, que el mejoramiento genético vegetal, persiguió –históricamente- objetivos que permitieran aumentar los rendimientos y la calidad de los productos obtenidos. A su vez, acompanó el desarrollo tecnológico adaptando el cultivo a la mecanización, mejorando su capacidad de responder a fertilizantes y otros insumos.

La resistencia genética, fue utilizada como una de las alternativas más eficaces, -por habilidad competitiva- ante las enfermedades y distintos tipos de estrés. Sin embargo, no fue considerada dentro de una filosofía, con prevalencia al concepto de eliminación de malezas, sustentado por el desarrollo de herbicidas.

DESCARGÁ EL TRABAJO COMPLETO AQUÍ 

 

FUENTE:
Por: Horacio A. Acciaresi; Gabriel Picapietra; María E. Cena; María V. Buratovich  
INTA – Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Pergamino (2700). Ruta 32 km 4,5.
[email protected]

Antes de que te vayas,
¿te gustó este contenido?

Aapresid.

¡Muchas gracias!

Hablemos!