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11/11/15 11:37

Siembra directa, una mirada prospectiva

La historia de una revolución. El cambio del paradigma, los cambios, los beneficios y los desafíos futuros. La visión de Santiago Lorenzatti, director de Prospectiva Aapresid.

 
Santiago Lorenzatti
Director de Prospectiva tecnológica de Aapresid

La siembra directa revolucionó la agricultura. Su llegada implicó un verdadero cambio de paradigmas, desterrando a las labranzas como herramienta básica para hacer agricultura.

De ser sólo una herramienta para proteger de la erosión y cuidar el agua almacenada en el suelo, la siembra directa es el sistema que permite gestionar eficientemente a la oferta ambiental con el objetivo de maximizar la productividad de manera sustentable.

Esta nueva formar de hacer agricultura implica la interpretación de la real y amplia de la oferta ambiental de cada zona productiva y en la adecuación de una estrategia agronómica que maximice el uso eficiente de esos recursos disponibles; incorporando aquellos insumos externos limitantes, de manera de maximizar la producción sustentable.

El hecho de inmovilizar el suelo y cubrirlo con rastrojos genera un cambio en el ambiente edáfico. Inicialmente el foco de observación e investigación sobre el cambio en las propiedades del suelo estuvo orientado en el  cambio de las propiedades físicas y químicas del suelo y se encontraron así nuevos valores fisicoquímicos que caracterizan y diferencian a la siembra directa en comparación con la labranza convencional.

SD 5

El suelo cubierto logra recuperar su estructuración, alcanzando mayor estabilidad. Además, aumenta su macroporosidad, mejorando aspectos relacionados con la dinámica del agua y del aire.

Menos agua escurre superficialmente, minimizando la erosión; aumenta la infiltración y disminuye la evaporación directa desde la superficie.
Las menores pérdidas de agua permiten que la misma sea almacenada en el suelo y esté disponible para los cultivos, habilitando a una mayor eficiencia en el uso del agua a través del ajuste de intensidad y diversidad de la rotación de cultivos.

La acumulación de rastrojos en superficie y su posterior descomposición tienen como consecuencia una readecuación del stock de carbono en el suelo. Así, en la medida que la rotación aporte suficiente cantidad de rastrojos en cantidad y calidad, podrá experimentarse un aumento de la materia orgánica en los primeros 5 a 10 centímetros de suelos. 

Por otro lado, esos cambios que suceden en el suelo impactan en la diversidad de comunidades microbiana y su dinámica. Muchas de las cuales están involucradas en mediar los procesos de descomposición de la materia orgánica y del ciclado de nutrientes; pero otras pueden ser perjudiciales a los cultivos ya que se comportan como patógenos. Al respecto, los microorganismos del suelo causantes de enfermedades de raíz y tallos de los cultivos se tornan en una nueva limitante de la siembra directa que debe ser abordada como el gran desafío a resolver.

Todos estos cambios, si bien son evidentes desde el punto de vista práctico; no siempre son comprendidos en profundidad. El suelo pasa a ser una verdadera caja negra, dónde se pueden conocer las entradas y las salidas pero no siempre entender y desmenuzar los procesos involucrados. Y es justamente en este punto dónde la biología de suelos recobra importancia; ya que todos estos procesos están mediados por organismos del suelo.

En consecuencia, y sin ánimo de exagerar, se puede afirmar que la biología de suelos es la actual llave para terminar de comprender los procesos que suceden en los suelos en siembra directa; y a partir de ese nuevo conocimiento, ajustar las herramientas tecnológicas que permitan, producir más de manera sustentable.

 

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