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27/12/17 14:04

Suelos negros: alianza para proteger las tierras más fértiles

Una red internacional, de la que participa Aapresid, lucha contra la degradación.

Por Santiago Nocelli Pac

Por suelos negros, Molisoles, nos referimos a suelos con un horizonte ancho superficial de color oscuro. Debido a su riqueza, estos suelos son generalmente puestos a producir bajo altos estándares de exigencia por el hombre y, en consecuencia, son más propensos a fenómenos de severa degradación. Debido también a que retienen grandes stocks de carbono almacenado, por su riqueza pueden también convertirse en grandes fuentes de emisión si están mal manejados. Trabajados en su extensión y con intensidad en las distintas regiones del mundo, son el sustento de las canastas alimentarias del planeta.

Para ser un poco más específicos en su descripción: son de marrones oscuros a negros debido a su alto contenido de humus, alta saturación en bases (más calcio, magnesio, potasio y sodio vs. protones, que causan acidez); están bien estructurados y tienen una profundidad de al menos 40 centímetros.

 

En red

La INBS fue establecida con el fin de generar una plataforma para compartir conocimientos entre países con suelos negros, para discutir problemáticas en común relacionadas a su conservación y manejo sustentable y la necesidad, de manera urgente, de fomentar el intercambio técnico y cooperación internacional. Lanzada en marzo de este ano, durante el simposio global de carbono orgánico en la sede de la FAO en Roma, con la presencia de autoridades de Argentina, Brasil, China, Estados Unidos y Rusia, la red buscará promover acciones entre estos países con suelos negros con el fin de identificar oportunidades y necesidades en materia de investigación, que serán integrados y reflejados en un reporte mundial a tal fin: estatus global, productividad actual y principales desafíos de los suelos negros.

En el caso de la Argentina, las principales amenazas a estos suelos y todo el resto de ellos son, en orden de importancia: la erosión por agua y viento en 118 millones de ha, salinización y sodificación con 300.000 hectáreas en áreas bajo riego, reservas de carbono en caída, compactación y pérdida de calidad estructural de la capa superficial (la más fértil), agotamiento y desbalance de nutrientes y por último disminución de la biodiversidad como consecuencia de la deforestación, desaparición de pastizales y degradación de humedales.

Como miembros de la Alianza Mundial por el Suelo y ganadores de la reciente edición del Premio Mundial Glinka de Suelos, entregado el 5 de este mes en la sede central de FAO en Roma, el compromiso de instituciones como Aapresid no puede más que redoblarse frente a tamano desafío.

Fuente: La Nación

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