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7/2/22 00:00

El agua se hizo esperar, ¡pero llegó!

Nos adentramos en el corazón agrícola, para conocer el estado de los cultivos luego de las lluvias.


Foto: Maíz. Fuente: Ariel Masgrau.

Después de varias semanas donde gran parte de la región agrícola se vio afectada por una marcada escasez de agua, y una ola de calor que quedará para el recuerdo, durante la segunda quincena de enero se registraron precipitaciones que vinieron a calmar un poco la sed de los cultivos y aliviar los períodos críticos. Cinco Socios Aapresid de diferentes Regionales de la zona núcleo,  nos contaron cómo vivieron este fenómeno y los detalles del estado de los cultivos después de las lluvias.

“La segunda semana de enero, tuvimos una de las peores semanas de los últimos años, con temperaturas superiores a 40 grados y sin precipitaciones importantes desde hacía más de dos meses”, así inició su testimonio el productor cordobés Ariel Masgrau, Presidente de la Regional Monte Cristo y Coordinador de Producción de Tecnocampo SA. En la zona se registraron lluvias de 40mm en diciembre y 22mm hasta la primera quincena de enero. El alivio llegó el 17 de enero, con 140mm, agregó.


Foto: Soja de segunda. Fuente: Ariel Masgrau.

Aseguró que “el maíz en V4-V6 sobrellevó la semana de estrés y en general se recuperó muy bien”. Además explicó que el crecimiento vegetativo de la soja se vió muy resentido, lo cual en algunos casos complicó el cierre de surco, salvo en lotes sembrados con menor espaciamiento. “También fue notable ver cómo los lotes con mejor manejo -rotación, cobertura, mejor control de malezas-, fueron los que mejor aguantaron el horno a principios de enero”, finalizó.

Más al sur de la provincia de Córdoba, Mariano Drincovich, asesor privado y miembro de la Regional Vicuña Mackenna, nos comentó que las últimas lluvias no tendrán efecto sobre los maíces de primera, ya que su ciclo está concluido. Las condiciones fueron excelentes durante casi todo su ciclo, por lo que se espera una muy buena cosecha, agregó. En cambio, en el caso de los maíces de siembra tardía, señaló que la lluvia llegó en el momento oportuno para poder recuperarse. 

Por otro lado, si bien las sojas tempranas fueron afectadas por la ola de calor, las lluvias llegaron para mejorar el final del período crítico, explicó. Respecto a las sojas de siembra tardía, el agua llegó justo a tiempo para que entren en el período crítico de la mejor manera. “El efecto negativo de éstas lluvias, será la pérdida de algún porcentaje de superficie, dependiendo de cada campo, debido a que las zonas bajas quedaron inundadas”, agregó. Además advirtió que para la soja será de suma importancia el manejo de patógenos, debido a las condiciones predisponentes.  

En cuanto al girasol, el agua llegó en un buen momento para los que se sembraron tarde, aunque para los que están actualmente en floración tendrá un impacto negativo debido a la falta de polinización, puntualizó.


Foto: Girasol. Fuente: Mariano Drincovich.

Hacia el sur santafecino, Marcos Guazzaroni, quien es asesor privado y Asistente Técnico Regional de la Regional Venado Tuerto, recordó que en agosto del 2021 y ante pronósticos de año “Niña”, las decisiones agrícolas se basaron en dos variables: el nivel de recarga hídrica de los suelos a una profundidad de 2 metros y la presencia o no de napa freática, considerando su calidad. En ese sentido explicó que los lotes que no cumplían con algunas de estas condiciones, se destinaron a siembras más tardías. Es así como, “los maíces sembrados en diciembre se encuentran en condiciones óptimas, entrando a período crítico, aunque la película todavía no terminó”, reconoció.

En la región, diciembre culminó con 40mm y hay maíces de primera para los que se estima un 50% del rendimiento, comparado con un año normal. Como si fuera poco, se sumó una fuerte pedrada el 14 de diciembre, con daños totales y donde hubo que resembrar, agregó. 


Foto: Maíz. Fuente: Marcos Guazzaroni.

Continuando el recorrido, en el norte de la provincia de Buenos Aires, Edmundo Nolan, de la Regional Pergamino-Colón, destacó que la ola de calor y la sequía pusieron a los cultivos bajo mucha presión, y agregó que hasta fin de enero las lluvias fueron de 70 mm dando un acumulado de 254 mm desde septiembre. “Vimos cultivos tardíos con cultivos de servicio como antecesor que repuntaron con estas lluvias, pero las siembras tempranas sí se vieron más afectadas y los maíces tempranos se llevaron la peor parte”, resaltó.  

Por otro lado, agregó que en la región este año volvió el girasol, aportando diversidad, aceite, semillas, raíces y por supuesto, la tradicional foto de verano.


Foto: Girasol. Fuente: Edmundo Nolan.

“En nuestro trabajo por generar sistemas agronómicos cada vez más sustentables y más resilientes, donde todos nos veamos beneficiados, vamos aprendiendo paso a paso”, concluyó. 


Foto: Maíz afectado por la sequía. Fuente: Edmundo Nolan.

Nuestra última parada fue hacia el centro bonaerense, donde Darío Sabini, Presidente de la Regional 25 de Mayo, indicó que las precipitaciones que se dieron entre el 16 y el 22 de enero sumaron en promedio unos 260 mm.

Destacó que el cultivo más afectado fue el maíz de siembra temprana, resultando en pérdidas que superaron el 50% del rendimiento potencial. “Por este motivo, se adelantó la cosecha para silaje y van por el mismo camino los verdeos de verano y pasturas, reduciendo el volumen y calidad de la oferta forrajera”, observó. Por éste lado pasa la preocupación del sector ganadero, falta que se notará durante el verano y al momento del destete, en febrero-marzo, y su posterior recría. 

Con respecto a la soja de primera, ésta no alcanzó su máximo desarrollo y se observa aborto de flores, detalló. Sabini es positivo al respecto y estima que con estas lluvias las pérdidas serán menores, y seguramente se cubrirán los costos de producción. “La soja de segunda, ahora en sus primeros estadíos, es posible que con tiempo de descuento, pueda arrancar y desarrollarse en forma normal”, confió. 

Concluyó en que si bien la sequía es un problema climático del presente, impacta no solo sobre los rendimientos -a veces no llegando a cubrir los costos de producción-, sino que también puede condicionar la disponibilidad de recursos para la campaña siguiente.

Aguante corazón, aguante. La campaña gruesa 21/22 continúa, mientras algunos cultivos se recuperaron y siguen en juego, otros pasaron a la historia. Y como dijo Guazzaroni, sin lugar a dudas, éste “será un año recordado por todos”. 

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