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30/4/24 00:00

Ampliando los conocimientos sobre el “resurgido” carbón de la panoja en maíz

Especialistas generan por primera vez información que permite diferenciar híbridos de maíz por su comportamiento frente a esta agresiva enfermedad que ganó terreno en las últimas campañas.

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Un viejo conocido: carbón de la panoja en maíz. Los síntomas incluyen deformación y polvo negro en las panojas (iz.) y espigas (der.). También se puede presentar achaparramiento de la planta, filodia y multi floración. Créditos (fotos): De Rossi et al. (2024).

No todo es achaparramiento en maíz; también existen otros patógenos que están pasando relativamente desapercibidos pero que merecen atención continua. Uno de ellos es el causante del carbón de la panoja, Sporisorium reilianum.

Esta enfermedad se transmite principalmente por el inóculo que puede sobrevivir en el suelo hasta 7 años en forma de teliosporas y a través de semillas infectadas. Las teliosporas del hongo infectan las plantas de maíz durante la emergencia y luego invaden los tejidos florales previo a su diferenciacion, causando a posteriori la formación de cuerpos negros llenos de esporas (soros) principalmente en las panojas. Esto resulta en la reducción del rendimiento casi total en la planta infectada y de la calidad del grano

Un viejo conocido en expansión

Las primeras detecciones del carbón de la panoja en cultivos de maíz en Argentina datan de los años 1935 y 1941, para luego casi desaparecer de los sistemas de producción durante décadas. Sin embargo, en la campaña 2020/2021 resurgió con algunos focos en la zona núcleo y ha vuelto a generar preocupación, ya que su presencia se está expandiendo en el territorio y acrecentando en intensidad campaña tras campaña.

Un trabajo reciente liderado por el fitopatólogo Roberto De Rossi (Universidad Católica de Córdoba) mostró que el avance de esta enfermedad en los últimos 4 años se vio tanto en porcentajes de incidencia como en detecciones en nuevas regiones (Fig. 1). Sin embargo, a pesar de esta expansión y de que no se trata de un patógeno nuevo, aún no es una enfermedad ampliamente conocida y hay poca información al respecto.

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Figura 1. Mapas de distribución de la presencia y porcentaje de incidencia del carbón de la panoja en 2020/2021 y del período 2020/2024. Créditos: De Rossi et al. (2024). 

En respuesta al resurgimiento de esta enfermedad, los especialistas en fitopatología, mejoramiento genético y producción agrícola están colaborando estrechamente para entender mejor la dinámica del patógeno y desarrollar estrategias de manejo efectivas

Algunas claves de manejo

Las estrategias de manejo son principalmente preventivas y se enfocan en evitar la dispersión de la enfermedad y la infección durante el desarrollo de la plántula

Los tratamientos de semillas con fungicidas podrían ser una alternativa de manejo, pero en la actualidad aún no existen tratamientos registrados que puedan controlar efectivamente esta enfermedad, aunque se están desarrollando moléculas para este propósito. 

Detectar los primeros focos y realizar un diagnóstico adecuado son pasos fundamentales para el manejo. Las primeras acciones a realizar al localizar plantas afectadas en el lote son la extracción y posterior quemado de las mismas. Como así también la limpieza exhaustiva de la cosechadora para evitar la dispersión del inóculo.

Se debe tener en cuenta que en lotes con presencia de esta enfermedad se recomienda no volver a sembrar maíz al menos por dos a cinco años con el fin de evitar nuevas infecciones. 

La estrategia más conveniente para mantener a raya esta enfermedad y volver a sembrar en lotes previamente afectados es el uso de híbridos resistentes o de mejor comportamiento frente a este patógeno. No obstante, los procesos de selección de los semilleros no han sido específicos para este patógeno, por lo que, hasta el momento, no se contaba con información local que pudiera determinar cuáles materiales corresponden con la mejor alternativa. 

Por este motivo, De Rossi y equipo comenzaron a realizar ensayos en colaboración con distintas instituciones, semilleros, técnicos y productores para cuantificar la incidencia de esta enfermedad comparando la genética de maíz disponible en el mercado. Si bien los resultados son preliminares, pudieron ver diferencias notables en el comportamiento de casi 40 materiales distintos frente a la enfermedad en 2 localidades de la provincia de Córdoba, lo que puede ser consultado en su último informe de avance.

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