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30/3/23 00:00

Cancro del tallo y del capítulo en girasol

¿Llegó para quedarse?

Viendo que el inóculo está distribuido en la región y que el ambiente puede favorecerlo, campaña tras campaña, la prevalencia de esta enfermedad es cada vez mayor en los lotes, lo que hace que los productores girasoleros tengan que sumar una nueva preocupación al abanico de adversidades que manejan.

El cancro del tallo (Phomopsis helianthi) es una enfermedad que afecta al cultivo de girasol, y que a nivel internacional ha generado pérdidas que van del 10% al 70% del rendimiento esperado. En el sudeste de Buenos Aires, se comenzó a observar a campo en 2016 y se generalizó a toda la zona en la campaña 2020, campaña en la cual también se observó por primera vez infectando el capítulo de los girasoles. Teniendo en cuenta que el inóculo ya está presente en la región, y que las condiciones climáticas habituales pueden favorecerla, se está transformando en una de las grandes preocupaciones de los productores y agrega otro ingrediente a los sistemas complejos que deben gestionar.

El evento Niña, acentuado durante estos últimos meses, dejó precipitaciones muy por debajo de lo normal, castigando los rindes esperados. Dentro de los factores bióticos que condicionan el rendimiento, el manejo de enfermedades es determinante para alcanzar los potenciales. En esa línea, la encuesta realizada en la campaña 2021/22 por la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) a socios de Aapresid, revela que el sur de la provincia de Buenos Aires - una de las principales zonas girasoleras del país -, estuvo fuertemente afectada por “Cancro del tallo”. El 47,5% de los encuestados señalaron a Phomopsis como la principal enfermedad registrada en su cultivo, aunque solo el 6,3% de ellos tomó la decisión de realizar un control químico.

Grafico REM

Principales enfermedades registradas en girasol - Sur de Buenos Aires - Encuesta REM - Campaña 2021/2022

La Phomopsis del girasol incluye dos enfermedades conocidas como cancro del tallo (CT) y podredumbre seca del capítulo (PSC), causadas por el complejo Diaporthe helianthi (anamorfo)/ Phomopsis helianthi (telomorfo) y otras especies emparentadas. Se trata de un hongo que comienza su ciclo patológico con infecciones de ascosporas penetrando por el borde de las hojas inferiores y progresa hacia las superiores a través de los haces vasculares, siendo su dispersión favorecida por el viento, condiciones de humedad alta y precipitaciones. Hay que tener en cuenta que, al finalizar el ciclo del girasol, se pueden formar peritecios en los tejidos afectados que permanecen en el rastrojo como inóculo inicial para el próximo cultivo. Estos peritecios pueden sobrevivir en los rastrojos hasta cinco años.

Los sintomas (Imagen 1) se pueden reconocer como pequeñas manchas marrones con margenes cloroticos (amarillos), en el borde de las hojas más viejas durante la etapa reproductiva temprana. En las hojas, los síntomas se  ven como una mancha clorótica en forma de “V” con el vértice hacia la base del pecíolo y a medida que avanza la enfermedad empieza a retorcerse el borde de la hoja hacia arriba (termina necrosando completamente la hoja). Luego, la infección se propaga desde las hojas a través del peciolo hasta llegar al tallo (Imagen 2). Acá las lesiones se desarrollan centradas en la inserción del peciolo con el tallo y se vuelven húmedas con un color bronceado a marrón. Las lesiones en el tallo aumentan su longitud hacia arriba y hacia abajo, alcanzando los 15-20 cm, y pueden rodear el tallo, provocando el marchitamiento y quebrado de las plantas afectadas.

Pero además las hojas en estadios vegetativos, la infección tiene otro punto de entrada en estadios reproductivos: las brácteas. Allí también causa una mancha en forma de “V”, con el vértice hacia la base del capítulo, pudiendo llegar a afectar totalmente el mismo, disminuyendo el llenado de grano y el porcentaje de materia grasa. En este estadio, también puede llegar al capítulo ingresando por las últimas hojas del tallo. 

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Imagen 1: Síntoma de necrosis internerval (Crédito de foto: Agroestudio Viento Sur SRL)     

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Imagen 2: Síntoma de cancro del tallo (Crédito de foto: Agroestudio Viento Sur SRL)

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Imagen 3: Síntoma de cancro del capitulo (Crédito de foto: Agroestudio Viento Sur SRL)

Detalles de la campaña

En esta campaña, caracterizada por el déficit hídrico y la heterogeneidad de las precipitaciones, se están viendo rendimientos que van desde los 1600 a 3000 kg/ha en el sudeste de Buenos Aires. 

En entrevista con Aapresid, el Ing. Agr. Esteban Bilbao de “Agroestudio Viento Sur SRL” comentó que las primeras apariciones de la enfermedad se dieron en el mes de febrero, y fueron avanzando hasta alcanzar un 50% de incidencia, a diferencia de años anteriores, donde se llegó a incidencias del 100% en gran parte de los lotes.

También remarcó que la baja incidencia actual de cancro del tallo en girasol se vio favorecida por el bajo crecimiento y desarrollo del cultivo, donde los canopeos más bajos de lo normal favorecen la aireación. Escenario diferente se dio en ambientes donde el cultivo se desarrolló con normalidad y donde se vieron altos niveles de incidencia y severidad. El cancro del capítulo, no fue la excepción, y su aparición también fue retrasada alcanzando valores de incidencia entre 20 y 50% con severidades medias en el sur de la provincia.

Control

Para el control de esta enfermedad, hay que mencionar que no se cuenta con fungicidas que sean contundentes, ni genotipos resistentes, aunque sí tolerantes a Phomopsis. Esto pone el acento en la importancia de realizar un manejo integrado a partir de la combinación de tácticas para disminuir su avance. 

Dentro de las principales consideraciones a tener en cuenta, la  selección de híbridos tolerantes es el punto de partida para hacerle frente. Otra manera de reducir la incidencia es la correcta y prolongada rotación de cultivos, aunque esta práctica baja su efectividad si la enfermedad ya está muy instalada en la zona, como pasa en el sudeste de Buenos Aires.

También se debe favorecer la aireación del cultivo a través de la correcta elección de la densidad de siembra, evitando superar las 45.000 pl/ha, llevar la distancia entre hileras a 70 cm, y evitar el exceso de nitrógeno para no favorecer el desarrollo excesivo del canopeo. 

En lo que respecta al control químico de Phomopsis, la información disponible no es abundante, y los resultados son bastantes erráticos, tanto para cancro del tallo como cancro del capítulo. Quedando de manifiesto que se deben centrar las acciones en fungicidas con alta concentración de estrobilurinas.

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