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Cultivos de servicios y sus aportes a la biodiversidad funcional de artrópodos
Ensayos de la REM y los docentes investigadores Celina Fernández y Eduardo Punschke de la Cátedra de Zoología Agrícola (FCA-UNR) en la Red de Cultivos de Servicios de Aapresid muestran cómo la diversidad vegetal ayuda a mejorar el control biológico y favo
Es de amplio conocimiento que la simplificación de los sistemas agrícolas extensivos en Argentina es una de las razones principales del desequilibrio ecológico de los agroecosistemas, impactando en la regulación biótica de plagas.
Para ir hacia nuevos paradigmas productivos es necesario considerar a la biodiversidad no como amenaza frente al rinde sino como una herramienta clave a la hora de pensar en soluciones agronómicas. La diversidad vegetal es el motor que incrementa la biodiversidad global del sistema, ya que ofrece servicios ecosistémicos como la polinización, reciclado de materia orgánica y control biológico de plagas de importancia para los cultivos.
Una de las formas de incrementar la biodiversidad en el campo son los cultivos de servicios (CS). Los CS son una valiosa herramienta agronómica que aporta múltiples beneficios: son fuente de materia orgánica, promoviendo la conservación de la estructura del suelo y contribuyendo a reducir su erosión. Por otro lado, compiten con la comunidad de plantas espontáneas no deseadas en el lote, las “malezas”, ayudando a la efectividad de los herbicidas, e incluso disminuyendo la necesidad de aplicaciones.
Las recomendaciones de manejo de CS vienen siendo hechas en base a estos aportes y poco se sabe cómo modifican la diversidad vegetal funcional del agroecosistema, es decir, los aportes que hacen en torno a generar ambientes propicios para el desarrollo de comunidades de artrópodos benéficos como detritívoros, enemigos naturales (predadores y parasitoides) y polinizadores. Es por eso que la Red de Manejo de Plagas se propuso ahondar más en este aspecto.
La Red de CS como laboratorio
Para poder brindar recomendaciones de manejo que incluyan a la biodiversidad funcional como herramienta agronómica, la REM junto a la Ing. Agr. (Mg) Celina Fernández y el Ing. Agr Eduardo Punschke (cátedra de Zoología Agrícola FCA-UNR) desde 2024 vienen llevando a cabo ensayos en lotes productivos de localidades de Santa Fe (Videla y Rafaela) y Entre Ríos (Paraná), pertenecientes a la Red de Cultivos de Servicios de Aapresid. El objetivo es evaluar y comparar la diversidad, riqueza y abundancia de artrópodos, y agruparlos según su función biológica en el agroecosistema: fitófagos (aquellos que se alimentan de plantas, los cuales pueden o no ser considerados plagas), predadores y parasitoides (aquellos que ejercen control biológico sobre plagas) y detritívoros (descomponedores de la materia orgánica).
Los tratamientos se evaluaron en diversos CS de distintas familias botánicas: Gramíneas (avena, raigrás y centeno); Brassicáceas (mostacilla y nabo) y Leguminosas: vicia, que a su vez se contrastan con barbecho a modo de testigo.
Como metodología de muestreo se utilizaron redes entomológicas de arrastre para insectos que viven en el follaje y trampas pitfall (de caída) para insectos epígeos del suelo (Fig. 1). Ambos métodos son complementarios, lo cual permitió estudiar en detalle la comunidad de artrópodos que interactúa con cada cultivo.
Figura 1. Trampas pitfall (de caída) (izq.) y redes entomológicas de arrastre (der.) usadas para evaluar la fauna entomológica asociada a cultivos de servicios en Santa Fe y Entre Ríos.
Primeros resultados: ¿Qué cultivos favorecen más a la fauna benéfica?
Los resultados del primer año de ensayo revelaron que ciertos cultivos son más ventajosos para la fauna benéfica.
Se contabilizaron en total 2433 artrópodos en trampas pitfall, donde se destacaron detritívoros (995 ejemplares). En los monitoreos con redes entomológicas de arrastre se registraron 5594 artrópodos, predominantemente fitófagos (3146 ejemplares).
En cuanto a aquellos cultivos que tienen una floración con alta producción de néctar y polen (alimento de parasitoides y predadores en estado de adultos), y que a su vez florecen por largos períodos -como Brassicáceas (nabo y carinata) y vicia- presentaron mayor abundancia, riqueza y diversidad de enemigos naturales (Fig. 2).

Figura 2. Abundancia de artrópodos según grupos funcionales, capturados con A: trampas pitfall y B: red de arrastre; en cultivos de servicios de diferentes familias botánicas. Fuente: REM & Cátedra de Zoología FCA-UNR.
Los predadores, parasitoides y detritívoros más abundantes
Se destacó la presencia de especies claves a la hora de controlar plagas en diversos cultivos. Entre los predadores más abundantes en todos los cultivos se hallaron: Orius sp., “chinche pirata”, que tanto en sus estados juveniles y adultos son predadores de trips, pulgones (Aphididae) y “arañuela roja” (Tetranychidae); Geocoris sp. (Hemiptera), controladora de pulgones, (pequeñas) larvas y desoves de lepidópteros; y arañas del follaje (Thomysidae) que se caracterizan por predar isocas, pulgones y otras plagas.
Dentro de los benéficos también se registró la importante presencia de parasitoides, avispas diminutas que depositan sus huevos en diferentes insectos y cuyas larvas terminan matando y controlando a la plaga. Los parasitoides más abundantes fueron: los Aphidinae (Hymenoptera: Braconidae), parasitoides de pulgones (Fig. 3) y los Platygastridae (Hymenoptera), parasitoides de huevos de las principales chinches plagas de cultivos (Fig. 4).
Sin embargo, cabe destacar que en cultivos de gramíneas se capturaron una alta abundancia de predadores que habitan sobre la superficie del suelo, como son arañas epífitas de suelo y los coleópteros: Galerita collaris y Lebia sp. (Coleoptera: Carabidae), importantes en el control de coleópteros del suelo y/o “isocas de cortadoras”, entre otros.
Figura 3. Avispas parasitoides de pulgones registradas en cultivos de servicios.
Figura 4. Avispas parasitoides de desoves de chinches registradas en cultivos de servicios.
El aporte de materia orgánica de todos los CS, quedó evidenciado en la mayor abundancia de artrópodos detritívoros que se hallaron en todos los cultivos en comparación con el barbecho, aún así, los cultivos de Brassicáceas y leguminosas también mostraron una tendencia a favorecerlos comparándolos con gramíneas . Algunas especies de las que se capturaron fueron (Fig. 5): los “escarabajos estercoleros”, Sulcophanaeus sp., Quilópodos; Diplópodos, Isópodas, Colémbolos y moscas Sciaridae (Diptera), de las cuales sus larvas se alimentan de detritos vegetales.
Figura 5. Algunos detritívoros capturados en cultivos de servicios. De izquierda a derecha, Sulcophanaeus sp., Quilópodos y Diplópodos.
¿Qué pasó con los fitófagos plaga?
En cuanto a los artrópodos fitófagos, se destacó la presencia de chinches (Nezara viridula, Piezodorus guildinii y Edessa meditabunda) principalmente en vicia. Al salir de su diapausa invernal, estos pentatómidos buscan alimentarse para activar sus ciclos biológicos en cultivos que florecen y fructifican en primavera. Al mismo tiempo, sus enemigos naturales (parasitoides Tachinidae y Platygastridae) son atraidos por las poblaciones de chinches agrupadas que se alimentan de vainas de vicia o frutos de Brassicáceas y es aquí donde comienzan a ser controladas de manera precoz, evitando así llegar a picos poblacionales altos en los sucesivos cultivos de soja que comprometan los rendimientos.
Sumado a esto, las Brassicáceas se caracterizan por producir compuestos fitoquímicos específicos que atraen insectos fitófagos “especialistas” de estas plantas, los cuales no constituyen generalmente un problema para cultivos estivales ni gramíneas invernales. Este es el caso de: Plutella xylostella o “polilla dorso de diamante” (Lepidoptera); Microtheca ochloroma (Coleoptera); y áfidos como: Myzus persicae y Brevicoryne brassicae (Hemiptera), que fueron capturados con ambos tipos de muestreo. Más aún, estos insectos son alimento alternativo para predadores y parasitoides que luego se alimentarán de plagas importantes en cultivos de renta, como ser el complejo de vaquitas predadoras (Coccinelidae), crisopas, arañas del follaje, entre otros.
Próximos pasos, del CS al cultivo de renta
Si bien es necesario validar los resultados con un segundo año de ensayo, se pudo evidenciar el aporte de los CS en lo que respecta a servicios ecosistémicos clave como control biológico de plagas. Se registraron insectos benéficos que cumplen un rol clave para la salud de los agroecosistemas, aportando soluciones agronómicas basadas en el manejo de la biodiversidad.
Por ello, se buscará profundizar en los relevamientos de la segunda campaña, a fin de consolidar estos resultados y analizar sus implicancias para el cultivo siguiente.
Es crucial adoptar una mirada sistémica que permita comprender y aprovechar el rol de la biodiversidad funcional de los CS como un factor de manejo que impacta positivamente en la estabilidad biológica y en el rendimiento de todo el sistema productivo en su conjunto.
Más información:
Cultivos de servicios, ¿una herramienta para potenciar a los insectos benéficos?
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