3/6/20, 10:42
¿En los cultivos de servicios se ‘’esconden” los patógenos que afectan a los principales cultivos agrícolas?
La influencia de los cultivos de servicios (CS) en la dinámica e intensidad de las principales enfermedades que afectan los rendimientos de los cultivos extensivos es un dilema por resolver.
Los fitopatógenos pueden sobrevivir en la semilla, rastrojo o en el suelo (necrotróficos). En estos casos, el rastrojo infectado constituye lo que se llama un “puente marrón”. Otros sólo sobreviven sobre tejido vegetal vivo (biotróficos). Los cultivos cuyos tejidos permiten la supervivencia de un patógeno son conocidos como “puentes verdes”.
Allí sobreviven el tiempo suficiente para infectar los cultivos comerciales de un nuevo ciclo agrícola. Los patógenos foliares que utilizan “puentes verdes” se diseminan por insectos, aire, gotas de lluvia o rocío y a partir de los CS verdes o senescentes (“rolados”). De esta manera llegan a los cultivos comerciales en emergencia o en su fase juvenil, a nivel local y/o a otras regiones afectando desde ese momento el rendimiento potencial.
Estudiar y comprender las posibles implicancias de los CS, hospedantes voluntarios y/o alternativos y malezas, además de su papel específico en el ciclo de vida de los diferentes patógenos permitirá mejorar el manejo del agroecosistema. Los "puentes verdes" en siembra directa podrían proveer una respuesta a la variabilidad de los rendimientos de cultivos extensivos.
Cultivos de servicios y enfermedades de importancia agronómica
Diversas especies se utilizan como CS, solas o en mezclas, destacándose centeno, avena blanca y trigo, Vicia villosa, entre otras (Figura 1).
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Numerosos patógenos pueden parasitar tanto algunos de los CS como ciertos cultivos extensivos, es decir que comparten el mismo nicho.
Algunos de ellos muestran un riesgo alto que podría traducirse en grandes pérdidas de rendimiento. A continuación, repasamos ejemplos.
Las royas del trigo
Las royas, en este caso del género Puccinia, solo pueden sobrevivir de un ciclo agrícola al siguiente en plantas vivas (patógenos biotróficos), principalmente de trigo y, en menor medida, de cebada, triticale, centeno y Phalaris. Su éxito como parásitos se debe a su capacidad de lograr rápidos aumentos poblacionales a través de repetidos ciclos cortos (2 semanas) de generación de esporas. La presencia de un “puente verde” da lugar a mayores poblaciones iniciales, a partir de las cuales ocurre un desarrollo “explosivo”. Las epidemias de royas fueron más graves después de veranos húmedos que permitieron el crecimiento generalizado de hospedantes voluntarios (plantas “guachas”) como antecesor. Por lo tanto, cuanto más susceptibles sean las plantas guachas que crecen durante el verano / otono, mayor sería el riesgo de una epidemia temprana de roya en cultivos invernales. El mayor impacto de la roya temprana será en las zonas cultivables donde el verano y el otono se superponen y es posible la implantación y establecimiento temprana de los cultivos. En las áreas donde los hospedantes voluntarios mueren antes de que se establezcan los nuevos cultivos, es probable que la enfermedad sea esporádica y menos intensa (Bartimote, 2020).
Varias especies de Puccinia son compartidas entre gramíneas de los CS y los cereales de grano (Tabla 1) por lo cual es relevante considerar el comportamiento sanitario de ambos cultivos y focalizar en la elección de variedades, de fechas de siembra y momentos de rolado/control químico, en el diseno de una estrategia productiva integral.
Muerte o damping off, pudrición de raíces y tallo
Los CS pueden ser anfitriones de patógenos habitantes de suelo (patógenos necrotróficos). Por ejemplo, las raíces necróticas de centeno pueden albergar patógenos de maíz como Fusarium graminearum y especies del género Pythium.
En el otro extremo, estudios muestran que el centeno como CS puede reducir el nivel de pudrición de tallo en maíz por Colletotrichum graminicola y diversas especies de Fusarium. Esto posiblemente se deba a que, a través de su rastrojo, el CS conservaría mejor la humedad del suelo previniendo el estrés hídrico en el maíz, al tiempo que representaría una barrera física entre el inóculo y las plántulas.
De la misma forma, otros estudios muestran que la pudrición del tallo de la soja (Sclerotinia sclerotiorum) se redujo con el uso de avena, cebada y trigo como CS antecesores. Y que la pudrición de raíces por Rhizoctonia solani y Fusarium virguliforme en soja se redujo con el uso de centeno como CS antecesor.
Manchas foliares
Las enfermedades foliares de maíz, a excepción de las royas y mildius son ocasionadas en su mayoría por hongos necrótrofos que sobreviven en el rastrojo, entre ellos, Exserohilum turcicum.
Las plantas voluntarias (“guachas”) también son reservorio de patógenos. El marchitamiento bacteriano (Clavibacter michiganensis), tizón foliar (E. turcicum) y mancha gris (Cercospora spp.) pueden potenciarse en presencia de maíces “guachos” infectados. Los híbridos resistentes a herbicidas incrementaron la presencia de plantas “guachas” de maíz, convirtiéndose en una maleza problemática.
La probabilidad que un patógeno pueda infectar dos especies de plantas decrece paralelamente con la distancia genética entre las plantas.
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Las interacciones entre plantas de los CS, cultivos extensivos, malezas, plantas guachas y rastrojos con los patógenos son complejas. La búsqueda de modelos de producción que apunten a mantener la actividad biológica del suelo exige un abordaje integral de estos temas y la comprensión de dicha complejidad, cuestión que constituye un nuevo desafío para la producción.
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Lic. Cs. Biol. Ignacio Erreguerena, Ing. Agr. (Dra.) Norma Formento, Ing. Agr. (MSc) Lucrecia Couretot
INTA – Estaciones Experimentales de Balcarce, Paraná y Pergamino
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