27/7/15, 10:27
“Fue un privilegio integrar un grupo que revolucionó el país”
Portal del Interior nos invita a conocer a "Pilu" Giraudo. La persona detrás de su cargo de presidente de Aapresid. Una cálida entrevista para no perderse.
Pilu, como la llaman todos, es ingeniera agrónoma, presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID) desde 2014, y además la primer mujer en ocupar ese cargo. Pilu tiene 45 anos. Nació en Zenón Pereyra (Santa Fe).
“Soy la quinta generación de productores en el país así que nací con el campo en mi ida.” Su agenda está siempre cargada. Cuando pactamos la entrevista, venía de participar en Guatemala de una onvención sobre las bases de la democracia de América Latina. Llegó a la ciudad de Córdoba para estar presente en el ciclo de conferencias de 7 Reinas, y antes de partir, nos atendió en el hotel, desayuno por medio.
Refiriéndose a ella misma, sostiene: “Tengo una forma de vivir la vida bastante particular, a todo siempre le encuentro el lado positivo, debo hacer un esfuerzo para ver lo negativo. Creo que mi mente y todo mi ser está preparado para ver lo positivo”. Y en verdad, tener una charla con Pilu es una inyección de paz, armonía, sabiduría, conjugados con una gran pasión y dedicación por su trabajo que atraviesa todos los órdenes de su vida. Es una mujer sumamente cálida, de hablar suave y pausado, que irradia luz, esas personas que brillan con luz propia, de las que solemos decir, “tiene ángel”.
Ser parte de una “locura” Pilu cursó la primaria en su pueblo y durante el secundario estuvo pupila en un colegio de la ciudad de Santa Fe. Luego inició la carrera de Agronomía en Rosario.
“Mientras estaba en la facu, un grupo de productores empezaron a buscar en la siembra directa una soluciónpara revertir la situación que los aquejaba en cuanto a la pérdida de rendimientos, entre ellos estaba mi padre, algunos amigos de él y muy pocos técnicos del INTA, así que nos dieron lugar a los más jóvenes para poder seguir toda esa revolución, las primeras épocas fueron de prueba y error y en 1989 se institucionalizó Aapresid.
En la universidad éramos muy resistidos, nadie quería hablar de la siembra directa, los profesores estaban en contra, la mayor parte de la comunidad estaba del otro lado, y nos tildaban de locos. Diez anos pasaron para que masivamente se baje el nivel de barrera y comenzaran a adoptar el sistema”.
Portal del Interior: ¿A qué se debió una resistencia tan férrea contra la siembra directa?
Pilu Giraudo: Creo que en la resistencia se mezclaban varias cosas. En el mundo, en general, la siembra directa no surge en al ámbito científico técnico sino del productor, depende del lugar donde surge tiene una problemática diferente. Es el productor quien empieza a probar y reformar la maquinaria para poder hacerlo, después llega el ámbito científico a validar y mejorar. Fueron muchos anos haciendo una agricultura y esto representó un cambio radical. Por tanto, por un lado está la adaptación que requiere cada mente ante estos cambios, y también hay instituciones que son más conservadoras.
Además hay que hacer un mea culpa y aprender de nuestros pioneros porque hubo una época que éramos fundamentalistas, y eso tampoco sirve. Es cierto que el tema de la siembra directa fue drástico porque era la solución del momento para frenar la erosión hídrica y eólica, y había gente que no lo aceptaba y entonces desde el grupo se los apartaba y por tanto eso tampoco fue bueno. Se hace camino al andar Pilu cuenta que a la hora de elegir
una carrera, le gustaban muchas.
“En el caso de Agronomía, además de gustarme mucho, venía bien para la familia ya que por un lado está la empresa de mi mamá con sus hermanas en Zenón Pereyra y Formosa, y la empresa de mi papá en Las Petacas. Además alquilamos campos en la región de Colonia Prosperidad, Laspiur, San Jorge. Con la empresa de mi
papá trabajamos 2 mil hectáreas, y con la de mi mamá otras 2 mil”. Actualmente vive en Venado Tuerto, pero antes de radicarse allí recorrió otros destinos.
“Cuando me recibí me casé enseguida con un ingeniero agrónomo, companero de la facultad y luego de un tiempo y con nuestros dos hijos nos fuimos a vivir al sur de Córdoba a un campo muy grande ya que Manuel (ex marido aunque a ella le gusta llamarlo el padre de sus hijos) fue tomado como gerente de Agricultura. Mis hijos son casi mellizos, se llevan un ano y cinco meses, así que me tomé un impasse de casi un ano.
En ese momento, ano 1994/95 empezó el boom de la soja resistente al glifosato y eso hizo que se masifique la siembra directa en el país y a mí me llovían los trabajos ya que era una zona ganadera y querían hacer el paso a agricultura.
Siempre les agradezco a las empresas y productores que me contrataron en ese momento porque yo estaba recién recibida. Luego de allí nos fuimos a vivir a La Cesira, un pueblo de 700 habitantes, al poco tiempo me separé y después me fui a vivir a Venado Tuerto. Allí comencé a tener más presencia en la empresa familia."
PdI: ¿Cómo fueron esos primeros anos de trabajo?
PG: Cuando se lanzó Cambio Rural de INTA fui una de las asesoras promotoras en Pueblo Italiano que era un CREA lechero de Canals que querían hacer el cambio a la siembra directa. Al poco tiempo se armó en Aapresid el Instituto de Capacitación donde eligieron a 15 técnicos de todo el país y nos capacitaron con lo mejor de todas
las áreas y allí empezamos una etapa de divulgación muy grande.
Paralelamente comencé a trabajar con empresas muy grandes del sur de Córdoba cuyos duenos no se sentían capaces de llevar adelante esta modernización de la agricultura.
Allí armamos grupos de asociativismo donde los propietarios ponían la tierra, la empresa la maquinaria, también estaba el arrendatario inversor –antes que aparezcan los pooles de siembra–, y comenzaron a contratarme los
duenos de campos para que los asesorara, esos grupos los mantengo hasta el día de hoy, hace ya más de 20 anos y hemos logrado un crecimiento impresionante a nivel productividad y mejora en el suelo.
Para el arrendatario es una estabilidad muy grande porque no tiene que estar negociando todos los anos, siempre trabajamos a porcentaje. En total hoy estoy trabajando 20 mil hectáreas, entre lo propio y el resto. Juntos a la par Hoy sus hijos, Manuel (21) y Felipe (19) ya están en la facultad. Ella está convencida que “les arruinó” a sus hijos la capacidad de elegir una carrera relacionada al agro.
“Desde la panza y hasta los cinco anos los llevé conmigo a todos lados. La clave es que siempre tuve una chica viviendo en casa, esas personas son parte de tu familia. Hasta el día de hoy muchos contratistas se acuerdan que a mis hijos no los podíamos bajar de los tractores y cosechadoras, para los chicos era toda una aventura. Cuando comenzaron la escuela, yo salía bien temprano de casa para poder volver a la tarde y compartir tiempo con ellos. En Venado Tuerto conocí a Gaby, mi todo, que aún sigue estando en casa. Creo que esa es la condición sine que non, encontrar a alguien que te de la tranquilidad absoluta para dejar a tus hijos a su cuidado."
PdI: ¿Te pasaron alguna factura?
PG: No. Hoy ellos me confirman que no sufrieron mi trabajo. Traté siempre de llevarlos al colegio, si no llegaba a la noche a cenar, llegaba a la hora que fuera para desayunar con ellos al día siguiente y llevarlos al cole. Hoy están estudiando en Rosario, el más grande Administración de Empresas y el segundo, Abogacía y ahora se están metiendo en lo que yo hago, el más grande con una pasantía y el más chico en Aapresid Joven, y eso fue una sorpresa enorme para mí.
Es más, siempre fui una mamá muy exigente y ahora que son grandes trato de disculparme por eso y ellos me dicen que no lo sintieron así. Por tanto veo que ser exigente con los límites, compensado con mucho afecto también, los chicos lo valoran muchísimo. Sí les pasa que no quieren viajar a ningún lado así que con eso me siento culpable (risas).
PdI: Por último, ¿podés mencionar algún referente en tu vida?
PG: "Muchos. Admiro profundamente y trato todos los días de internalizar las formas de la gente que logró enormes cosas, desde llevar adelante un dolor que parece imposible seguir con tu vida, como puede ser la muerte de un hijo, hasta erradicar la desnutrición infantil. Los grandes que conozco son todos humildes y lamentablemente hay escasez de humildad en todos lados, y en nuestro país en particular, creo que ser humilde y de bajo perfil da la posibilidad de formar grandes equipos de trabajo, de conocer y escuchar muchas opiniones.
Lo mejor de todo esto es predicar con el ejemplo. Esta gente todo lo que dice lo hace en su vida. Y tuve una abuela paterna que me dejó una gran ensenanza de vida en ese sentido. Para mí, la humildad es una condición básica para pensar en un referente."
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