30/9/22 00:00

Insumos biológicos, el futuro dirá

En un contexto que exige reducir el impacto ambiental, los insumos biológicos aparecen como la gran promesa para, por ejemplo, el control de plagas. ¿Pero cómo y hasta qué punto reemplazarán las tecnologías más traduccionales?

Imagen 1: ¿Aportan las biosoluciones al aumento en los rendimiento?

Existe un contexto, principalmente internacional, donde los consumidores están cada vez más interesados en saber cómo se producen sus alimentos, demandando el menor impacto ambiental posible. No por nada llamados “biosoluciones”, los insumos de origen biológico aparecen en este contexto como la gran promesa para sostener la producción de forma sustentable.   

Pero aun con este panorama: ¿por qué su adopción por parte de los productores es tan lenta? La respuesta no es unifactorial, y puede deberse a: la falta de desarrollo de estos insumos, la ausencia de información local, la comparación permanente con las tecnologías químicas, al desconocimiento, o simplemente una cuestión de practicidad y manejo habitual.

Sin dudas los bioinsumos pueden jugar un rol en el escenario actual y futuro,  y su aporte a la sustentabilidad plantea una gran oportunidad. Pero primero deben presentarse como una alternativa real, siendo económicamente viables y permitiendo obtener rendimientos aceptables.

La utilización de los bioinsumos implica un cambio de visión y manejo de los sistemas, en donde los profesionales cumplen un rol protagónico y estratégico. 

¿De qué hablamos cuando hablamos de bioinsumos?

Las biosoluciones son productos de origen natural que, de acuerdo a su uso, se pueden clasificar en biofertilizantes, bioestimulantes o biocontroladores. En Argentina están en una etapa de adopción inicial, pero se cree que el crecimiento no tardará en marcarse.

Pero, ¿de qué hablamos específicamente? Un caso concreto y bien conocido es el uso de inoculantes en soja, pero existen otros que recien estan en etapas de estudio y desarrollo, en los cuales se están empezando a experimentar los beneficios que podrían aportar al rendimiento, la calidad y/o estabilidad de la producción, y a la resolución de problemas como la competencia con las malezas, la eficiencia en el uso de los nutrientes y de recursos clave como el agua. 

No todo es lo mismo cuando hablamos de biosoluciones

Los biofertilizantes, son los que apuntan a mejorar o potenciar la nutrición de un cultivo. Entre ellos se encuadran los mencionados inoculantes de bacterias de fijación biológica de nitrógeno utilizados en soja y en vicia.

Por su parte, los bioestimulantes actúan sobre la mitigación del estrés que sufre un cultivo, promoviendo el desarrollo de raíces, las partes vegetativas y/o los frutos. En esta categoría con un desarrollo incipiente se incluyen, además, los mejoradores de suelo. 

Imagen 2: Trigo con daño por heladas.

Por último, y con menor desarrollo pero con muchas inquietudes en cuanto a su conocimiento, se encuentran los biocontroladores que son sustancias naturales que controlan insectos plaga y enfermedades. Un caso conocido es el Bacillus thuringiensis (Bt), útil en el control de insectos. En este último grupo se encuadran también los metabolitos, bacterias u hongos. así como macroorganismos como, abejorros y los insectos benéficos.

¿Cómo actúan los biocontroladores?

Si bien no es el más desarrollado en la actualidad, este grupo es sin dudas es el que más futuro tendría y al que muchas  empresas de investigación están apuntando sus cañones. 

Dentro de este grupo existen diversos mecanismos de control. Se pueden identificar por un lado los que producen la infección de un determinado insecto plaga. Otro caso son los que controlan insectos a través de la metabolitos presentes en los tejidos de las plantas de las cuales se alimentan, como es el caso del Bt, diferentes de otros que ejercen su control por competencia como lo hacen las micorrizas como hongos de suelo.

¿Que vienen a aportar estas biosoluciones?

Hay que  entender que en los biocontroladores los niveles y velocidad de control son muy diferentes a los productos de síntesis química. Esto requiere otro enfoque y de manejo, donde el trabajo debe venir de la mano de la prevención, y quizás de la necesidad de un número mayor de aplicaciones, así como  en la visualización y valoración de cuestiones importantes como insectos benéficos o cualquier otra herramienta biológica o cultural que se sume al control. 

Así, lo que se vislumbra sobre estas biosoluciones es que sean capaces de actuar como complemento a las estrategias de protección con fitosanitarios. 

En esa línea, lo más recomendable sería iniciar el manejo de la plaga en cuestión con técnicas biológicas preventivas y con baja carga poblacional, de manera de que,  cuando se llegue a umbrales de control pueda aplicarse una táctica química, seguramente de una manera menos agresiva.

Salir de la lógica “adversidad-cura”

Los insumos biológicos en lo que refiere a curativos hoy están en una fase muy inicial de desarrollo. Más allá de esto, es importante no poner expectativas en estos insumos como la solución milagrosa y salir de la lógica de ‘adversidad-cura’. 

Es necesario entender que la dinámica es de procesos, y es ahí donde hoy los biológicos tienen su mayor impacto. Esto va a requerir un mayor  entendimiento, detalle y conocimiento de los productos, así como de la relación cultivo-agente causante-ambiente. 

Por otro lado, y a diferencia de la mayoría de los productos de síntesis química, los biológicos tienen la ventaja de actuar en muchos sitios de acción, reduciendo los riesgos de aparición de resistencias y potenciando la protección que proveen las herramientas químicas ya utilizadas. 

En la mirada sistémica de una producción es cada vez más importante el nivel de detalle que se pueda lograr. Los sistemas son complejos y estos productos se presentan a futuro como una herramienta más, complementaria a lo que hoy se conoce como protección de cultivo, aportando al manejo integrado y sustentable, con una mirada amplia y teniendo en cuenta muchos factores que en la actualidad o en un pasado cercano eran soslayados. El futuro dirá. 

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