3/11/14, 12:31
Los beneficios de una rotación a largo plazo trigo-soja/maíz
El sistema productivo fue analizado en una jornada del INTA y Aapresid, en la zona de Camilo Aldao.
La semana pasada se realizó en Camilo Aldao una jornada organizada conjuntamente por el INTA, Aapresid y el Instituto Internacional de Nutrición Vegetal (IPNI), para mostrar a campo los resultados de quince anos de experimentación en un establecimiento de permanente rotación trigo-soja de segunda/maíz, inclusive observándose a campo los efectos de esos ensayos versus un campo vecino de 20 anos de monocultivo de soja. “Quince anos de construir ambientes” fue el lema elegido para este encuentro a campo que invitó a la reflexión siempre bienvenida de optimizar el uso de recursos pero con sostenibilidad y pensando hacia adelante y no en el corto plazo.
En la jornada realizada en el establecimiento Don Osvaldo estuvieron técnicos especialistas y referentes de la nutrición en suelo de las instituciones y empresas convocantes pero definitivamente fue importante que el anfitrión, es decir el dueno del campo donde se hacen estos ensayos, sea un combo inmejorable de productor y profesional en incansable busca de superación como es el ingeniero Hugo Ghío, quien sostiene que no hay que arriar las banderas de la tecnología para cerrar números.
“Cuando uno se pone a mirar el valor de los insumos y el valor de los productos, las relaciones dan. No da a lo mejor para pretender los mismos valores de antes. Podemos restringir muchas cosas pero no la tecnología porque es lo más grave que podemos hacer”, enfatizó, sosteniendo que los problemas que han aparecido como de malezas resistentes o el ascenso de napas van haciendo comprender que el modelo de producción debe cambiar: “Por eso la gente está más abierta, más atenta y proclive a ver que hay otro camino que encarar para la producción. Y siempre pensar en la sustentabilidad ambiental como una necesidad que tenemos los productores”.

El establecimiento de Ghío viene de larga data agrícola y si bien se comenzó a fertilizar en los 70 fue en el 90 que se detectó deficiencia de azufre (“nitrógeno y fósforo no era suficiente”) que limitaba la producción y según sus propias palabras ahí fue el gran salto. Este establecimiento desde el ano 1996 tiene una rotación maíz-trigo/soja, sin soja de primera y con problemas de pendiente y por consiguiente erosión y suelo degradado.
Destacó Ghío el rol de una gramínea en la rotación: “el trigo es un cultivo inestable para nosotros pero de cualquier manera lo necesitamos, si queremos consumir el agua de las napas altas ya que no podemos pretender proyectar nuestra agricultura hoy en un ambiente de 900-1000 mm consumiendo 500 y el cambio va a estar justamente en los cultivos de invierno.
Si no, estamos generando un problema en el ambiente”, acotando ilustrativamente que con la napa a menos de 2m como ha llegado en los últimos anos, “lo que era una bendición ahora es un problema, nos está costando mantener los niveles productivos, y también tiene que ver con cambiar modelos”, insistió, también haciendo alusión a las responsabilidades sociales en este tema que preocupa en los últimos tiempos a la producción agrícola de la región así como a las localidades extendiéndose su importancia.
A su vez, el ingeniero Vicente Gudelj, técnico del INTA que participa del seguimiento de larga data del ensayo, se refirió a la reposición de nutrientes, algo que se ha llevado a cabo en el establecimiento: “ Reponer es devolver al suelo lo que en la cosecha se llevan los granos. Un maíz se lleva 12 kg de N por tonelada de grano, un trigo o una soja se lleva 20 y una soja se lleva 6 kg de fosforo por tonelada”, advierte el técnico del INTA.
Estas experiencias comenzaron entre 1999 y 2000 en función de balances de nutrientes negativos. “Planteamos tratamientos de reposición de nutrientes a largo plazo comparándolos con las dosis del productor y las dosis sin alguno de los nutrientes y un testigo sin fertilizar para evaluar a largo plazo los rendimientos físicos y compararlos con la región y poder cotejar algunas propiedades físico químicas del suelo”, describe Gudelj. Los tratamientos bajo la rotación M-T/S de tres cultivos anuales incluyeron azufre, nitrógeno, nitrógeno-fósforo, nitrógeno-fósforo-azufre y reposición de NPS y NPS más micronutrientes y se realizaron en un lote degradado y en otro considerado bueno.
“El gran resultado es que la producción física en ambos ensayos del establecimiento fueron superiores con la reposición de nutrientes”, resume el técnico, graficando que “después de quince anos donde hubo ocho de maíz y siete de trigo-soja, tanto en el maíz como en el trigo hemos ganado una cosecha en ocho anos, y si se lo compara con los rendimientos de la zona son muy superiores así como respecto a productores más de punta”.
Fernando García, director del Instituto internacional de nutrición vegetal (IPNI) es un referente nacional en el tema y también disertó en la jornada de Camilo Aldao, quien sugirió “reducir las brechas de rendimiento entre lo que logramos y lo que podríamos lograr con la acción de tecnologías de procesos y/o de insumos, donde podemos ver que de rendimientos actuales de 2700 en soja, 6800 de maíz y 3100 de trigo, eventualmente podríamos conseguir en condiciones de secano 3900, 11600 ó 5300 kg/ha de rendimiento, respectivamente. Es decir, podríamos llegar a rendimientos un 30 a un 40% superiores, sobre bases de por sí bastante buenas comparadas a algunas otras agriculturas del mundo”.
Según datos presentados por García, a nivel global se observan incrementos debidos a la fertilización, que van entre el 30 y el 50%, mientras que en una red de ensayos en la zona se han visto respuestas a la fertilización de entre el 27 y al 120%, a la vez que en los ensayos del campo visitado en la jornada los incrementos fueron del 95%.
Finalizadas las disertaciones se realizaron salidas a campo, dentro de las cuales se presentaron dos calicatas sobre dos sistemas de producción, una efectuada sobre un lote vecino con más de 16 anos de soja de primera sobre soja de primera (monocultivo) y la otra calicata estaba sobre el lote del establecimiento anfitrión con la secuencia de quince anos M-T/S .
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