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24/6/22, 00:00

El maíz: pilar fundamental de la sustentabilidad agropecuaria.

A pocos días del próximo Congreso de Maizar, el productor Aapresid Ramon Garcia da su mirada sobre el rol del cultivo de maíz en la sustentabilidad del agro.

Uno de los mayores desafíos que enfrenta la agricultura moderna es revertir los procesos de degradación del suelo causado por la labranza y la implementación de sistemas de producción simplificados. A esto se le suma el impacto que el cambio climático ha tenido sobre la distribución de lluvias y la temperatura en las diferentes zonas. 

Los consumidores no solo quieren alimentos seguros y saludables, quieren que los mismos sean producidos de manera amigable con el medio ambiente y que dicho proceso sea trazable desde el campo a la góndola.

 

Desde AAPRESID, hace más de 30 años venimos impulsando la adopción de sistemas productivos sustentables de alimentos, fibras y energía que tienen como base la no remoción y presencia de cobertura en el suelo, la rotación de cultivos y la reposición de nutrientes.

 

Asimismo, promovemos el paradigma de la Agricultura Siempre Verde, o ASV, que apunta a dejar de lado la idea de los largos barbechos como de periodo necesario para el que el suelo “descanse” y se “recupere” para volver a producir. 

 

De la mano de rotaciones intensas y diversas, la premisa de la ASV es mantener al suelo con cultivos vivos la mayor cantidad de tiempo que el agua disponible permita. Para esto contamos con herramientas como los cultivos de servicios, dobles cultivos de renta, la integración agrícola-ganadera, cultivos intercalados, etc. El objetivo es imitar los ciclos biológicos naturales que dan vida al suelo.

 

Más de 10 años de investigación aplicada en campos de productores de AAPRESID y de la mano de especialistas muestran el rol de la actividad biológica de los suelos como base de su salud y la del ecosistema.

 

Al tener el sistema activo todo el año maximizamos el aprovechamiento de la radiación disponible, las raíces descompactan el suelo y mejoran su estructura e infiltración, reducimos el uso de fitosanitarios al evitar los periodos de barbecho donde las malezas no encuentran competencia, maximizamos la captura de carbono mediante la fotosíntesis, y la fijación de nitrógeno con las leguminosas.

De esa manera los organismos del suelo encuentran una dieta balanceada que mejora los procesos naturales del ecosistema como el ciclado de nutrientes y la captura de carbono de la atmósfera bajo la forma de materia orgánica. Esta dinámica es la que convierte a la ASV en aliada para la mitigación del cambio climático. 

El rol del maíz en los planteos de ASV

En estos planteos el maíz cumple un rol fundamental, por ser uno de los cultivos de mayor eficiencia fotosintética, aportando residuos de cosecha voluminosos, de alta relación C/N.

Gracias a esta característica, los mismos perduran en el tiempo, protegen al suelo de la erosión y dan rugosidad al paisaje, lo que dificulta el escurrimiento de las lluvias y favorece la infiltración del agua en el perfil.

También es un cultivo que tiene una altísima respuesta a la tecnología aplicada, mejora genética, biotecnología y a la mejora del ambiente productivo, permitiendo capitalizar todos los esfuerzos realizados en pos de conservar los suelos. el grano de maíz permite múltiples transformaciones, como fuente de alimento, forraje y energía siendo un gran protagonista en los planteos de economía circular.

Así, si pensamos en el largo plazo, en suelos fértiles, de alto contenido de materia orgánica, bien estructurados que le van a dar estabilidad a la producción, no podemos dejar de lado al maíz, pilar fundamental de la sustentabilidad de nuestros sistemas.

Fuente: Ramon García para La Nacion, 4 de Junio 2022.

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