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15/10/21 00:00

Perspectivas y estrategias para soja ante un año Niña

El día 29 de septiembre la Regional Videla encabezó una jornada virtual donde se abordaron tendencias climáticas y estrategias para encarar la próxima campaña de soja.

Reviví el evento completo ACÁ

El evento “Un Productor en Acción” (UPA), moderado por el presidente de la Regional Octavio Forni y el Asistente Técnico Regional (ATR) Navier Picco, hizo foco en la compleja cuestión climática que se espera para los próximos meses y en las estrategias agronómicas para hacer frente a las condiciones adversas de esta campana.

Perspectivas climáticas: ¿qué podemos esperar?

Los modelos de previsión muestran el comienzo de un evento Nina a partir de octubre 2021 hasta febrero 2022, con mayor auge en los meses de noviembre y diciembre. Esto impactará en lluvias inferiores a las normales durante la primavera, principalmente en la región litoral del país y ocurrencia de altas temperaturas por períodos prolongados, adelantó el meteorólogo Leonardo De Benedictis.

Para febrero se observaría un incremento de agua acumulada en el perfil del suelo, en la medida que el fenómeno climático se vaya retirando. Se esperan muchos días de temperaturas superiores a los 35ºC, especialmente en febrero y marzo. 

A partir de abril se prevé una normalización de las precipitaciones, con posibilidad de alguna helada temprana y, finalmente, la estabilización de las condiciones hacia el mes de mayo.

Soja: estrategias ante la posible falta de agua

Lo primordial es caracterizar muy bien el ambiente y en función de ello seleccionar el grupo de madurez (GM) o subgrupo y hábito de crecimiento más acorde, para luego aplicar la “sintonía fina”, y elegir al genotipo en particular, explicó Diego José Santos del INTA Paraná.

Para la elección de las variedades es conveniente hacer previamente una evaluación, comparando el rendimiento de cada una con el rendimiento promedio de los ambientes en donde se probó - es decir el rendimiento relativo (RR) -, mediante tablas que muestren la pendiente indicadora de estabilidad.

“En secano o bajo la influencia de un ano Nina, se deben buscar materiales con pendiente baja (menor a 1), es decir adaptados a ambientes de inferior calidad, pero aun así no se deben descartar aquellos que tengan altos RR y/o GM más largos”, remarcó el especialista.

Santos aclaró, respecto a los materiales precoces, que sólo son recomendables si se cuenta con un buen ambiente que garantice un plus de oferta hídrica, por ejemplo lotes con napa cercana a la superficie o posibilidad de riego. Este ano en particular, se debe prestar especial atención al uso de materiales de ciclo completo por la posibilidad de un otono muy lluvioso.

Por otra parte, toma gran importancia la cobertura del suelo, por lo que es recomendable evaluar la supresión temprana de cultivos de servicios y, adicionalmente, incluir prácticas que aseguren una nutrición balanceada e inoculación para maximizar respuestas.

Al momento de la siembra, el profesional aconsejó realizarla posterior a una lluvia, cuidando el espaciamiento entre surcos para evitar grandes estrechamientos. Por último, destacó la importancia de seguir de cerca a los factores reductores, principalmente malezas, pero sin perder de vista insectos y enfermedades como Macrophomina y Fusarium.

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