Aapresid es hoy, junto a CREA, una de las dos organizaciones técnicas agropecuarias más importantes del país, líderes en el desarrollo de nuevas tecnologías y su aplicación, para hacer una producción agrícola más sustentable y amigable con el medio ambiente. Su presidente, María Beatriz “Pilu” Giraudo, habló con la revista de FeArCA, sobre cómo ven ellos la situación actual en cuanto al uso de fitosanitarios.

¿Cuál es la visión desde Aapresid de los problemas actuales con los fitosanitarios?

Desde Aapresid vemos a las Buenas Prácticas Agrícolas como son las bases de la Agricultura Certificada. Hay un trabajo de muchos técnicos, de generar consensos, de organismos públicos y privados, no solo de Argentina, sino de todo el mundo, para poder cubrir el marco legal y reglamentar con todo lo que tenga basamento en la ciencia para hacer las cosas siempre lo mejor posible. Pero no por eso dejar de asumir que no hacemos todo perfecto, algunos hacen las cosas mejor y otros peor.

Como punto número uno debemos pensar que todos hagamos las cosas como corresponden, no solo los productores, sino todos los actores que estamos involucrados en la cadena agroindustrial, porque hay una realidad en la que una parte es el uso de los fitosanitarios en las aplicaciones, la seguridad de los operarios y la comunidad agroalimentaria, pero hay otra parte muy importante que son las companías involucradas en el desarrollo de los fitosanitarios.

 

Ahí es fundamental todo lo que es la capacitación, concientización y desarrollo previo para que los productos estén en uso comercial. Esa parte la defendemos muchísimo y trabajamos, no exigiendo que se haga algo, sino que promovemos reunirnos los distintos actores y trabajar juntos para que eso se lleve a cabo de la manera correcta. 

 

 

Creo que estamos dando los primeros pasos, el hecho de reunirnos en una Red de Buenas Prácticas Agrícolas. No debemos caer en la tentación de reescribir la historia de lo que cada una de las instituciones transitamos, sino que, al contrario, para lo que tiene que servir esta red es utilizar lo que todas las organizaciones estamos haciendo, lo que está disponible y en base a eso trabajar en una propuesta superadora que nos involucre a todos.

 

Aprovechar que cada una de las organizaciones tenemos una misión específica dentro del conjunto de las BPA y en la medida en que podamos avanzar en ese sentido, sin lugar a dudas vamos a tener éxito. Es también el gran problema que tenemos con la enemistad con la sociedad que nos senala como culpables o contaminadores.

En este sentido, se habla de la comunicación. ¿Cómo lo ven desde Aapresid?
¿Qué se ha hecho y qué falta?

 

Desde Aapresid asumimos un enorme mea culpa de no habernos dado cuenta de que para una institución que se creó hace más de 30 anos para recuperar los suelos deteriorados, era fundamental contárselo a la sociedad. Lamentablemente no lo hicimos, siempre decimos que el conflicto de la Resolución 125 fue un cachetazo enorme para nosotros, nos puso en evidencia la falta gravísima de no comunicarnos con la sociedad y también de no participar en política pública.

 

Estábamos metidos para adentro del campo. Todos estos anos, si algo aprendimos es que no tiene ningún sentido ninguna innovación ni desarrollo tecnológico si no tenés las políticas adecuadas que te acompanen para la aplicación o los incentivos para su adopción. En ese sentido avanzamos mucho comparativamente con lo que hacíamos. Tenemos distintos proyectos, un ícono dentro de la comunicación con la sociedad es el Aula Aapresid.

 

Este proyecto, que como productores primero lo empezamos en el ámbito escolar, luego lo seguimos con los consejos deliberantes o los legisladores provinciales, con muchas otras organizaciones hemos hecho convenios, como con Carbap, para llevarlo a sus dos provincias.

Lo que hacemos es contar qué hacemos en el día a día en el campo y sobre todo escuchar, qué miedos tienen, qué dudas tienen, es muy enriquecedor porque nos ayuda a mejorar y podemos llevar mucha tranquilidad. Te das cuenta inmediatamente que a medida que conversás con estas personas que tienen estos prejuicios lo que queda en evidencia es la falta de conocimiento.

 

En la medida que ese intercambio de ideas se da, rápidamente se revierte la situación, lo que pasa es que hay que tener espalda para llegar. En ese sentido estamos muy firmes en que nosotros vamos a todos los lugares en donde se debatan ideas, sobre todo cuando hay organizaciones que pensamos diferente, consideramos que es básico para seguir mejorando, pero sí o sí que sea con argumentación científica. Lo peor es que se toman decisiones de reglamentación en base a estas percepciones o cuestiones ideológicas, pero la responsabilidad nuestra de los productores de alimentos es enorme, no solo con Argentina, sino con gran parte del mundo que nos necesita.

Entonces no podemos darnos el lujo de no sentarnos a conversar entre los que pensamos diferente, pero si lo hacemos que tenga validación científica. Necesitamos del respaldo de la ciencia sí o sí.

¿Ves un cambio de mentalidad como resultado del Aula Aapresid?

 

Si, sin lugar a dudas, en algunos lugares lográs cambiar la percepción radicalmente, se toman los datos científicos y la experiencia de tantos anos y se logra avanzar. En otros lados, si no lográs esas decisiones lo que ayuda es a bajar los decibeles del conflicto. En ese sentido se puede empezar a negociar un cambio y a tener reuniones periódicas para lograr un cambio. Con el nuevo gobierno se nos abre una oportunidad gloriosa, nosotros decimos que es muy diferente si esta defensa la hacemos sólo desde el ámbito privado, porque te quita peso.

 

Si podemos plantear lo que está medido y podemos plantearlo y defenderlo con tranquilidad, siempre viendo la posibilidad de que, si científicamente se demuestra lo contrario, los primeros que vamos a dejar de usar esa tecnología somos nosotros.

Si esta convicción la transmitimos el ámbito público y el privado simultáneamente, seguramente que vamos a acortar las brechas más rápidamente. Aparte ayudar a que se tomen decisiones más homogéneas, porque cada municipio y provincia tiene su arbitrariedad y lo que se pierde es muchísimo. Cuanto más amplias son las zonas restringidas de las comunidades se vuelve peor la situación ambientalmente, porque la población no tiene en cuenta que la proliferación de plagas domésticas en esas áreas exige el uso de productos que son muchísimo más tóxicos que los que usamos en el campo.

Hacia dentro, hacia el productor, ¿cómo ves la adopción de las BPA?

 

Nosotros decimos en estos días que la pelota está en nuestra cancha. Decimos qué responsabilidad que tenemos ahora, porque decimos que desde hace doce anos “no estamos acertando con las políticas”, tenemos un potencial enorme, podemos ser aliados estratégicos del estado provincial y nacional para poder lograr desarrollo en todo el país, tenemos la capacidad, idoneidad, el desarrollo tecnológico, organizacional e institucional.

 

No teníamos las políticas públicas. Ahora nos abrieron las puertas y tenemos que demostrar que estamos a la altura de las circunstancias, por supuesto que no tenemos todas las soluciones y que tenemos que tener paciencia porque somos parte de un país que tiene muchísimos problemas y el campo puede ser un colaborador estratégico. Pero lo mejor que tenemos que hacer ahora es volver a la adopción de paquetes de estrategias agrícolas que nos devuelvan la normalidad en los sistemas de producción.

En la producción está el productor de punta, pero hay una masa que está afuera. ¿Cómo hacer para que esos productores ingresen a las BPA? Nosotros trabajamos intensamente de la mano del INTA, tenemos el Sistema Chacras, que es el desarrollo de tecnologías para cada zona en particular y que ese desarrollo tecnológico es de libre disposición. Además de la investigación con el INTA y las universidades también está involucrado el sistema de extensión del INTA, entonces la territorialidad y la escala del INTA nos da la tranquilidad de poder tener algo para poder llegar a todos estos lugares.

 

También somos parte de la mesa de entidades de la Secretaría de Agricultura Familiar del Ministerio de Agroindustria, que es otra línea de trabajo, porque en Aapresid decimos que las BPA no discriminan en escala. Se necesita que trabajemos juntos de manera combinada, los organismos públicos y privados para adaptarlas para todas las escalas.

¿Qué cambios ves desde el gobierno en la relación con organismos como ustedes?

 

Con el gobierno anterior trabajábamos permanentemente porque como productores de alimentos y custodios de la naturaleza no podés decir con este trabajo y con éste no. Por supuesto que con este gobierno podemos decir que tenemos línea directa, hablamos el mismo idioma, estuvimos trabajando en forma previa, con todos los candidatos, no solo Aapresid, sino con las otras organizaciones del campo, dando coherencia, que era una necesidad común.

Eso obligó a que los candidatos presenten una propuesta y hoy estamos viendo que la propuesta se va cumpliendo y que el ofrecimiento de trabajar juntos se plasma en que trabajamos juntos y la convicción desde los que asumieron en distintos cargos de trabajar en la articulación público-privada se cumple, porque estamos en contacto permanente, tratando de colaborar.

 

Creo que se abre una oportunidad enorme para la agroindustria argentina. Ojalá podamos demostrar que estamos a la altura de las circunstancias. No tengo dudas de eso, pero lo digo para escucharme y escucharnos todos del compromiso que tenemos. Por otro lado, creo que marca el cambio rotundo que hicimos todos los argentinos que es participar, porque antes se miraba de afuera y se criticaba. Hoy nos dimos cuenta de que el país se construye juntos.

¿Qué se está haciendo directamente en cuanto a las aplicaciones?

 

Algo que analizamos por el tema de las aplicaciones son los protocolos de certificación, lanzamos la certificación para los contratistas y usuarios de maquinaria agrícola. Si bien está certificación sirve para siembra, aplicaciones y cosecha, nosotros empezamos ahora con la de aplicadores, primero con terrestres y ahora estamos trabajando con FeArCA para disenar los protocolos. Para tener una respuesta más a este embate, que dé garantías de que las cosas se hacen bien.

 

 

Cuando empezamos a trabajar juntos lo primero que pensamos es "¿cómo no empezamos a trabajar hace quince anos?" Algo que nos inculcaron los pioneros es que todo este desarrollo se dio porque todos compartieron, errores y aciertos, siempre cada uno aporta desde lo que sabe y así se va construyendo esta posibilidad de mejorar y en el Congreso Aapresid de 2015 pudimos mostrar a los primeros aplicadores certificados y ahora estamos trabajando con IRAM para normalizarlo y que pueda ser de uso masivo.

 

Es otra herramienta más del trabajo que hacemos con las provincias del carnet para habilitación para aplicadores y operarios. En definitiva, vamos conformando una cadena de buenas prácticas que fortalece la propuesta de hacer las cosas lo mejor posible. Lo más importante que deben saber los grupos “ambientalistas” que defienden con ideología y con fundamentalismo más que conocimiento científico es que todos los involucrados en la producción de alimentos somos los primeros que tenemos un foco tremendo en esto. Ninguno quiere utilizar una tecnología nociva al hombre o al medio ambiente, porque el primer perjudicado es el productor.

 

En una de las Chacras Aapresid en Chivilcoy con el INTA y la UBA estamos midiendo residuos en sangre en la población de los fitosanitarios que usamos, y lo hacemos con gente de las poblaciones cercanas y del campo. Al punto que medimos que, en las ciudades, curiosamente, tienen más cantidad de residuos, porque hay muchos productos de uso doméstico que no tenemos dimensión de lo tóxicos que son y que usamos muy irresponsablemente. Por eso el objetivo es que trabajemos todos juntos, todos queremos que sigamos produciendo, porque es lo que necesitamos y que se cuide la salud humana.

Fuente: Revista FEARCA
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