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29/9/23 00:00

Soja: las brechas de rinde en el NEA llegan al 38% ¿cómo reducirlas?

La Red Soja NEA de Aapresid presentó los resultados de la campaña 22/23 y hace un repaso de lo aprendido tras 16 años de trabajo analizando los factores que más afectan la performance del cultivo.

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Las grandes brechas de rendimiento en las sojas del NEA subrayan la necesidad de reducirla mediante mejoras ambientales y de cultivo. En ese camino, la Red Soja NEA de Aapresid lleva 16 años proporcionando un espacio de intercambio de conocimientos entre productores, técnicos y empresas para optimizar el manejo del cultivo en la región.

Aprovechando la publicación del último Informe anual de la Red con los resultados de la campaña 22/23, el experto de la Red Gerardo Quintana (EEA INTA Las Breñas) hace un raconto de la experiencia generada y los desafíos por venir. 

La brecha del NEA: la más grande del país

Tras 16 años de trabajo, la Red ha construido una sólida base de datos que permite calcular la brecha de rendimiento en cada zona del NEA en variedades de distintos grupos de madurez (GM) V al VIII, pudiendo identificar los factores ambientales y de manejo que tienen mayor peso sobre el rendimiento. La brecha estimada promedia el 47%, una de las más altas del país. Esto resalta la necesidad de trabajar para achicarla.

Agua y estrés térmico: cara y seca del rendimiento

Analizando la oferta hídrica, encontraron que 650 mm de lluvias acumulados en promedio desde 30 días presiembra hasta inicio de la maduración (R7) lograron maximizar el rendimiento en la región. De aquí surge el primer dato interesante: teniendo en cuenta que, una vez sembrado el cultivo, el agua que reciba no depende de nosotros, la correcta elección de la fecha de siembra (FS) es clave para asegurar una buena acumulación de agua en los 30 días previos a la misma. 

Para maximizar la recarga en esa etapa, desde la Red recomiendan diversificar e intensificar la rotación de cultivos, generar más cobertura en los barbechos y más materia orgánica (MO) en el suelo. “En un suelo con mayor cobertura es mayor la cantidad de agua que podemos recolectar en esos 30 días”, asegura Quintana. Pero no solo eso, “vimos que a medida que aumentan los niveles de MO no sólo aumentan los techos de rendimiento, sino también los pisos” agrega

Otro factor determinante de los rindes es el estrés térmico. Desde la Red observaron que durante el período reproductivo, el rendimiento cae a razón de 24 kg/ha por cada período de 2 días con golpes de calor (temperaturas mayores a 35°C). Otro punto a favor de la correcta elección de la FS. 

¿Cuál es la mejor combinación de fecha de siembra y grupo de madurez?

En el campo no hay recetas, pero analizar 16 años de datos permiten aproximarnos a premisas generales a la hora de las decisiones. En términos generales, se concluyó que el rendimiento potencial para el NEA se alcanza sembrando entre el 10 y el 15 de diciembre, y a medida que atrasamos la siembra los rendimientos comienzan a decaer. 

Este decrecimiento se da a diferentes tasas, y es así que con FS del 10 de enero el rendimiento cae un 8% respecto del potencial; hacia el 25 de enero un 13%, y en siembras muy tardías de febrero, la pérdida puede alcanzar el 17%. Es decir, que desde una FS óptima a una ultra-tardía podemos tener hasta un 38% de pérdida de potencial de rendimiento.

Si a esto le sumamos la variable GM, resulta interesante que para el período 2014-2018 -con muy buenas precipitaciones de noviembre a abril- los GM largos (VII y VIII) sembrados tarde castigaban el rendimiento, mientras que los cortos (V y VI) en fechas tempranas se acercaban a los potenciales

En cuanto a la combinación de GM y FS, contrario a lo que se ve usualmente en la zona, en el período 2019-2023 las variedades largas expresaron buen potencial y fueron más estables, mientras que las cortas tuvieron mejor performance en ambientes inferiores a 2500 kg/ha. Esto coincidió con sequía y altas temperaturas en enero y febrero, asumiendo que los grupos V y VI sufrieron más el efecto de los estreses en la fase reproductiva mientras que los VII y VIII se escaparon de esas condiciones y pudieron expresarse mejor. En conclusión, cuando se retrasa la FS, conviene apostar a GM cortos ya que resultan más estables, y en lotes de buen contenido de MO son los que aprovechan mejor esa fertilidad, incrementando rendimientos respecto a los largos. 

La correcta elección de variedades cobra importancia en años malos: mientras en campañas con buenas temperaturas y disponibilidad hídrica, elegir bien la variedad puede significar un 7-9% de rinde extra, una  mala elección en campañas secas puede costar entre el 23-28% del rinde.

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