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23/6/25, 00:00

Soja y maíz 24/25: rindes récord por región y las claves para lograrlos

En una campaña marcada por la variabilidad climática, el manejo agronómico intensivo fue la clave que permitió alcanzar rindes destacados en soja y maíz, aún en zonas sin lluvias excepcionales.

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En una campaña gruesa que cerró sin pena ni gloria, siempre hay quienes se la rebuscan para sacarle jugo a los rindes. Productores referentes de las Regionales de Aapresid  revelan las claves para sobresalir con los rindes en soja y maíz, aun con clima en contra. El denominador común: esquema de trabajo basado en planificación, rotaciones intensivas y manejo nutricional estratégico.

Soja 

Arrancando por la provincia de Buenos Aires, Segundo Garciarena de la Regional Aapresid 25 de Mayo, rompió récords en soja gracias a su enfoque intensivo. En Cruz de Guerra, con antecedentes de dobles cultivos y genética actualizada, su lote más productivo alcanzó los 56 qq/ha. “Hace años que venimos intensificando. Ya sabíamos que ayuda en años secos. Este año vimos que también permite alcanzar techos”, explicó. El manejo incluyó aplicación estratégica de fósforo, manejo por ambientes, y variedades adaptadas.

Yendo al centro de la provincia de Córdoba, en Tancacha, Maximiliano Verra, de la Regional Aapresid Rio III tocó los 54 qq/ha con una soja sembrada a principios de noviembre sobre rastrojo de maíz tardío, un récord productivo para la zona. “La clave estuvo en una primavera con lluvias inusuales, que nos permitió adelantar la siembra y arrancar con el perfil cargado”, explicó. A esto se sumó una apuesta fuerte a la fertilización junto a la semilla y uso de bioestimulantes: “Buscamos un arranque vigoroso. En años secos, el sistema radicular bien desarrollado marca la diferencia”.

Al sur de la provincia, Francisco Rubio de la Regional Aapresid Justiniano Posse, subrayó el impacto de la fecha de siembra. En Ordóñez, un lote de excelente calidad sembrado a mediados de noviembre rindió 52 qq/ha. “No es un récord, pero está claramente por encima del promedio para este año. Los lotes sembrados antes, con igual manejo, rindieron hasta 15 quintales menos”, señaló. El lote, sin fertilización este año por buen nivel de fósforo, fue manejado con monitoreo de plagas, rotación con maíz y densidad óptima. “Lo importante es sostener la productividad, aún en campo alquilado”, concluyó.

En el centro de Santa Fe, Adalberto Peretti  de Regional Aapresid Villa Trinidad logró rindes de hasta 42 qq/ha, pese a una fuerte restricción hídrica. “La diferencia la marcó la siembra directa. En lotes que venían de dos o tres años sin labranza, se acumuló mejor humedad”, explicó. 

En una zona donde las lluvias llegan cada vez más tarde, adaptaron la estrategia: “Los lotes que más rindieron salieron de maíz y se sembraron el 14 de diciembre, con la intención de alinear el periodo crítico con las lluvias de febrero”. Para ahorrar insumos, aplicaron herbicidas según mapas de malezas. “Buscamos siembras prudentes, que aseguren estabilidad más que picos”, remarcó.

Desde la Estancia Santa Marta, ubicada entre Balcarce y Lobería, Gonzalo Varela (Cía. de Tierras Sud Argentino) del Nodo Sur de Aapresid reportó rindes en soja de primera que promediaron los 37 qq/ha y picos que superaron los 40 qq/ha. “Antecesor cebada seguida de verdeo de raigrás,  manejo del pastoreo y el uso de imágenes satelitales para la toma de decisiones fueron claves. Pero también ayudó el clima: tras un arranque seco, las lluvias de noviembre y diciembre recargaron el perfil, y marzo nos dio un empujón con agua y sin heladas”, explicó. 

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En el Nodo sur de Aapresid, Estancia Sta. Marta rozó los 40 qq en soja gracias a rotaciones con gramíneas y el uso de imágenes satelitales.

Respecto de la media histórica de la estancia, que hasta 2021 rondaba los 27 qq/ha, el salto en productividad refleja una estrategia agronómica consolidada, que en esta campaña posicionó los rindes por encima del promedio zonal (35 qq/ha). 


Maíz

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En maíz,
también fue Rubio, de la Regional de Justiniano Posse quien destacó con rindes de hasta 128 qq/ha, muy por encima del promedio general de 105 qq/ha. Estos maíces, sembrados el 10 de septiembre, lograron escapar al estrés hídrico de enero. “No tuvimos lluvias extra, pero sí un buen perfil inicial. El maíz llenó antes del déficit”, explicó. 

El manejo incluyó fertilización variable (120 a 180 kg/ha de urea) y un stand promedio de 80.000 plantas/ha. “No fue un rinde récord, pero para el año fue excelente. Nos salvó haber podido sembrar temprano”, agregó.

Desde la Regional Aapresid Venado Tuerto, Marcos Guazzaroni subrayó cómo el manejo agronómico separó a los lotes destacados del resto. “Un 20% de los lotes superaron la media zonal, con valores cercanos a los 140 qq/ ha. 

En todos, el patrón común fue manejo intensificado, fertilización balanceada y napa freática como plus hídrico”, señaló. En el sur de Santa Fe, donde los arrendamientos son altos, mantuvieron el mismo estándar de fertilización en campo propio y alquilado. “Con los márgenes actuales, dejamos de pensar financieramente. Hoy es eficiencia productiva o nada”, afirmó. Todos los lotes con buenos rindes compartieron una rotación sistemática trigo/soja-maíz. “Ese manejo ordena la física y la química del suelo. No es de un año para otro: se construye en el tiempo”, cerró.

Más allá del clima, la campaña confirmó una vez más que los buenos rindes no son cuestión de suerte. Son el resultado de una estrategia pensada, sostenida y adaptada a cada zona. En un escenario cada vez más desafiante, el manejo agronómico es la herramienta más sólida para garantizar estabilidad y eficiencia.

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