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26/3/22 00:00

Una solución a medida para cada suelo

Productores santiagueños apuestan a campañas protagonizadas por cultivos de renta invernales y cultivos de servicios estivales, para mejorar la capacidad productiva en suelos salino-sódicos.

Imagen: Cultivo de crotalaria.

Dicen que en las dificultades están las verdaderas oportunidades. Es así como surgió la Chacra Bandera, perteneciente al Sistema Chacras de Aapresid, a raíz de que un grupo de asesores y productores del sureste de Santiago del Estero se encontraron con el desafío de producir en ambientes muy diversos y con limitantes ambientales

Con una superficie de 200.000 ha alrededor de Bandera, en la Chacra pueden distinguirse seis ambientes con diferentes aptitudes productivas: desde lotes agrícolas, altamente productivos, a ambientes netamente ganaderos, pasando por aquellos de aptitud mixta. Es en este punto donde radica el mayor desafío, y resulta imperioso ajustar los criterios de manejo a cada ambiente para mejorar la capacidad productiva de los sistemas y acortar las brechas de rendimiento. 

Calor, sales y sodio, un combo estresante

Una de las condiciones ambientales que caracteriza a los veranos santiagueños es la elevada temperatura y esto, en ambientes salino-sódicos, genera mayor estrés hídrico para los cultivos. ¿Cuál es la relación? Las sales y el sodio tienen la capacidad de retener el agua del suelo -como cuando te dicen que “si comés mucha sal, podés retener líquido”- y la plantas no pueden extraerla. De esta manera, aunque el suelo tenga agua, ésta no puede ser aprovechada.

Ante esta problemática, los miembros de la Chacra evalúan la posibilidad de que, contrariamente a lo habitual, los cultivos de renta invernales sean los protagonistas de las rotaciones y realizar cultivos de servicios estivales, con el fin de eficientizar el aprovechamiento del agua y recuperar los suelos. 

Manos a la obra

Para profundizar en la temática, se planificó un ensayo comparativo de cultivos de verano en ambientes salino-sódicos en el establecimiento “Los Jorges”, coordinado entre los Ing. Agr. Omar Pagani y Jan Müller, y el aporte de la Ing. Agr. Emilse Vigliecca -Gerente Técnico de Desarrollo de la Chacra- y la Ing. Agr. Carola Díaz - cátedra de Manejo de Suelos de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNC) especialista en suelos salinos-.

Un dato no menor, y que explica el tipo de ambiente que caracteriza al establecimiento, es que colinda con el Río Salado, que, como su nombre lo indica, tiene una alta concentración de sales e influye en las napas de la zona.

 

Imagen: Ensayo de mijo perla (izq.) y combinación de sorgo y Grama Rhodes (der.). En el centro puede verse un manchón salino, donde prosperó la Grama Rhodes y en el caso del mijo perla, las plantas mostraron signos de toxicidad. 

El objetivo del ensayo es evaluar qué cultivos logran colonizar mejor los manchones salino-sódicos y el impacto sobre el cultivo sucesor -trigo-. Para ello, se combinó el uso de enmiendas químicas - yeso - con biorremediación - sorgo, Grama Rhodes, sorgo en combinación con Grama, crotalaria y mijo perla-. 

En cuanto al destino de los cultivos, se sembraron como cultivos de servicios pero no se descarta su opción de renta en función de cómo se desarrolle la campaña. En este sentido, si bien los servicios aportados serían menores, la cosecha aportaría viabilidad económica al sistema.

 

Imagen: Cultivo de sorgo (izq.) y crotalaria (der.).

 

Avance de resultados, ¡un éxito!

En una primera evaluación visual, todos los cultivos muestran buen comportamiento, destacándose algunas particularidades de cada ensayo. Tanto el sorgo como la crotalaria, generaron una excelente cobertura, con plantas de buen porte.

Imagen: La nodulación en crotalaria si bien resultó escasa, presenta actividad.

 Por su parte, la Grama Rhodes, si bien presentó un crecimiento inicial lento (adjudicado a fallas en la profundidad de siembra y a la escasez de precipitaciones), demostró luego una gran adaptación al ambiente, prosperando en los manchones salinos, donde el sorgo no logró implantarse. "En un ambiente como este, ver esa planta en ese manchón, ya es un éxito", comentaron los productores.

Imagen: Implantación de Grama Rhodes (y algunos especímenes de sorgo) en un manchón salino.

El mijo perla generó una cobertura total, aunque con plantas de menor porte en comparación con el sorgo. Además, mostró signos de toxicidad por salinidad y estrés hídrico -menor desarrollo, hojas acartuchadas y amarillentas- en áreas cercanas a los manchones salinos. El próximo paso, serán las mediciones de biomasa y agua en el perfil, seguidas de la evaluación del impacto en el trigo sucesor. 















 

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