18/6/25, 00:00
Trigos de 6.000 kg en el NOA
La “Chacra Aapresid Latitud 28” muestra avances en el desarrollo de esquemas de producción extensiva de alto rendimiento bajo riego.
Históricamente, el Noroeste Argentino “no figuraba en el radar” como una zona productora de cultivos invernales. La falta de lluvias durante esta estación limitaba los rendimientos del trigo en secano a 1500-2500 kg, a lo que se sumaban los elevados costos de flete.
Sin embargo, esta realidad está cambiando gracias a la incorporación de sistemas de riego por aspersión, la transferencia de conocimientos técnicos y la articulación entre empresas, universidades y Aapresid. Esta sinergia ha permitido que la región comience a mostrar un perfil productivo mucho más ambicioso.
El último taller de resultados puso en evidencia que, en el corazón de esta Chacra, el trigo está encontrando condiciones ideales para su desarrollo —buena radiación y temperaturas adecuadas—, logrando rendimientos que superan los 6000 kg/ha.
La Chacra Aapresid Latitud 28 nació en 2022 y reúne a siete empresas productoras bajo riego en una franja del NOA que se extiende desde Frías (Santiago del Estero) hasta El Quebrachal (Salta). Allí, especialistas del INTA, universidades y empresas trabajan en conjunto para generar información local que permita optimizar los sistemas productivos bajo riego.
Ciclos cortos y bien regados
Una de las búsquedas de la Chacra norteña es identificar las variedades de trigo que mejor se adaptan a la zona. Ensayos en Frías y Los Altos en 2024 mostraron que son los cultivares de ciclo corto los que mejor juegan, ya que adelantan la floración y el llenado de granos antes de la llegada de las altas temperaturas.
Las fechas de siembra también están en pleno ajuste, viéndose hasta ahora buenos resultados con implantaciones entre fines de mayo y principios de junio, aunque se siguen evaluando las ventajas en su adelanto.
El riego por aspersión en cultivos como trigo está en la frontera tecnológica, por lo que todo está por hacer. En el taller de mayo, la Chacra mostró avances en la caracterización de las demandas hídricas del cereal bajo riego. “Encontramos que el trigo demandó entre 300 y 330 mm durante el ciclo, con picos de consumo diario de hasta 6,5 mm entre fines de septiembre y octubre. Para no perder rendimiento, es clave mantener durante las etapas críticas al menos 80 mm de agua en el perfil del suelo, lo que obliga a planificar el riego con anticipación y precisión”, explicaron en el Taller.
FOTO 1. El riego en trigo exige anticipación y precisión, de manera de sostener un perfil con los 80 mm que el cultivo necesita en etapas críticas.
Nutrición nitrogenada: optimizar para potenciar resultados
Suplida la demanda de agua, la nutrición es la siguiente palanca para empujar los rindes. Para lograr entre 5.500 y 6.000 kg/ha en trigos antecedidos por soja se necesitan alrededor de 100 kg/ha de Nitrógeno (N) vía fertilización, no muy lejanos a las dosis actualmente utilizadas por los productores, pero todavía con algún margen de mejora.
El dato interesante que revelaron los ensayos es el rol que puede cumplir el N natural liberado por el suelo a lo largo del ciclo del cultivo, vía mineralización. En este sentido, la Chacra apuntará a cuantificar este aporte para sumar a la ecuación de fertilización.
Cultivos de servicios: aliados en planteos de maíz semilla
Cuando en la rotación aparece el maíz para semilla, cuidar la estructura y la salud del suelo es un desafío. Aquí es donde los cultivos de servicios invernales ganan protagonismo.
En 2024, se probaron varias especies y combinaciones buscando mejorar la cobertura, controlar malezas y generar biomasa. Con centeno se lograron biomasas de casi el doble que con vicia o carinata puras (esta última además consumió más agua), mientras que las consociaciones que incluyeron soja o crotalaria no toleraron bien las bajas temperaturas.
FOTO 2: Los cultivos de servicios emergen como aliados para recuperar suelos destinados a maíz semilla.
En cuanto a las malezas, aunque reaparecieron con fuerza en verano, la infestación fue menor en lotes con cultivos de servicios en comparación con los barbechos.
En la mayoría de los casos, los cultivos de servicios mejoraron las condiciones para el maíz semilla, tanto en la estructura del suelo como en la disponibilidad de agua y el control de malezas, reafirmando su papel estratégico en planteos bajo riego del NOA.
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