30/1/23 00:00

Vicia para semilla en el sudoeste bonaerense.

La vicia desembarca en la localidad de Puan para mejorar un campo con historia triguera. Conversamos con Román Gutiérrez de Piso de Piedra S.A, socio de la Regional Bahía Blanca, acerca de las ventajas de incorporar esta leguminosa y su cosecha para semil

Las Vicias resultan ser cultivos de servicios altamente recomendables en zonas con alta productividad y en ambientes semiáridos como el sur de Buenos Aires.

En los últimos años la llegada de un nuevo material del INTA, la Vicia Ascasubi (que se destaca por la resistencia al frío, tolerancia a sequía y elevada producción de biomasa), marca ventajas competitivas para estas regiones y más aún, en años con varias Niñas consecutivas. 

En uno de sus campos con historia de monocultivo de trigo, los problemas de fertilidad y control de malezas se hicieron más frecuentes. Fue la oportunidad para el desembarco de la vicia hace 5 años atrás donde “de a poquito, con errores, con aciertos, con información, y de la mano de la Regional Bahía Blanca Ricardo Ochoa empezamos a aprender de todo un poco”, recuerda Román acerca de sus inicios. 

Los primeros aprendizajes estuvieron orientados a probar diferentes fechas de siembra (FS), manejar la inoculación, regular densidades, y controlar insectos. Pero ahora la ambición es mayor: la búsqueda de variedades que amplíen la ventana de siembra para potenciar rindes y producción de semillas.

¿Qué características buscan obtener en los nuevos materiales de vicia? 

La aparición de esta nueva variedad Ascasubi nos permite mayor adaptación a nuestros ambientes, haciendo un balance ideal entre dos roles contrapuestos: fijación de N y rinde. Lo ideal para la zona sería una Vicia que podamos sembrar muy temprano sin penalizar rendimiento, teniendo en cuenta que el adelanto en la FS favorece la fijación de nitrógeno (N) en detrimento del rinde. Hemos hecho siembras tardías en agosto con muy buenos rindes pero la fijación de N se vió perjudicada por estar el cultivo menos tiempo en el suelo. Sería superador que aparezca un material mucho más plástico para nuestras condiciones. 

¿Cuáles son las principales adversidades bióticas y abióticas donde hay que poner el foco? 

Uno de los factores más importantes en los que trabajamos es la inoculación, más aún en suelos donde nunca estuvo presente la vicia ni ninguna otra leguminosa. 

Respecto a malezas, hay algunos herbicidas selectivos, pero la mejor estrategia es lograr un buen manejo del cultivo para que la población de malezas disminuya en el tiempo. 

Respecto a los insectos, el monitoreo tiene que ser constante. Es muy importante observar en estadíos iniciales la presencia de pulgón e isocas, ya que el daño provocado por estas últimas puede llevar a pérdidas en tan solo 2 días. 

Servicios ecosistémicos + renta: “un ganar - ganar”

Las vicias resurgen en las rotaciones de la mano de la intensificación agrícola por su capacidad para fijar nitrógeno atmosférico (N), mejorar las condiciones físicas y biológicas del suelo, favorecer el balance de agua y reducir la alta dependencia al uso de herbicidas para el control de malezas. 

“Para nosotros la llegada de vicia a nuestra zona abrió las puertas a la incorporación de una tecnología de procesos más que de insumos, porque además de cumplir con el objetivo de la cosecha de semilla, sus beneficios se trasladan al cultivo siguiente, que por lo general es trigo. Le damos ese valor a ese N que nos deja en el suelo independizándonos del costo en fertilizante” señala Gutierrez acerca del balance de todos estos años. “Le estamos encontrando muchas más ventajas, estamos aprendiendo año tras año y tenemos mucho más por aprender”.