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2/3/23 00:00

Yuyo colorado: planificar parece ser la clave

Su presencia en casi toda la superficie agrícola nacional y su prontuario de resistencias simples y múltiples, hacen de esta maleza una de las más temidas. La Red de Manejo de Plagas de Aapresid lideró una jornada para debatir estrategias de control.

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Presencia de Amaranthus sp. RG (Mapeo REM 2021)

En el Depto santafesino de San Justo, Yuyo Colorado es una de las especies que define el manejo de malezas. Por este motivo, el pasado 3 de febrero, la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) lideró junto a la Regional Aapresid Videla una jornada a campo donde se identificaron estrategias para hacerle frente en los cultivos de maíz y de soja.

Ante problemas complejos, no hay soluciones simples

Para problemas grandes, no existen soluciones sencillas. El manejo de Yuyo Colorado exige aplicar múltiples herramientas, tanto químicas como culturales.

“Es importante encadenar secuencias de diferentes principios activos y distintos modos de acción, siempre pensando de un modo amplio, sistémico y de mediano a largo plazo, donde los herbicidas son importantes, pero no la solución definitiva”, explicó en la recorrida el Ing. Agr. José Luis Zorzín (Grupo Más Hectáreas). 

En la  jornada se repasaron estaciones demostrativas con esquemas de manejo integrados de tratamientos químicos pre y post emergentes para soja y maíz, cruzados por diferentes manejos de Vicia villosa como cultivo de servicios (CS). Los tratamientos químicos incluyeron distintos sitios de acción (PPOs, ALS, EPSPS, etc)

En cuanto al manejo de la vicia como antecesor de ambos cultivos se plantearon varios escenarios de terminación como secado químico, siembra en verde, enrollado, entre otros. Sin embargo, el % de control alcanzado por los pre y post emergentes en interacción con el CS se analizaron únicamente con el tratamiento de vicia secada, dado que fue la parcela con mayor presión y mayor desarrollo, tanto de los cultivos como de malezas.

Los resultados

Los residuales aportaron sustancialmente al control de Amaranthus, con valores del orden del 80 al 90% respecto a los testigos absolutos. Cabe destacar que resultó vital la incorporación de los activos en el suelo gracias a una lluvia el día posterior a la aplicación. En esa línea, Zorzin remarcó que “es recomendable adaptar el momento de aplicación a un pronóstico de precipitaciones certero y próximo, a sabiendas de que quizás se estén resignando días de residualidad previos a la siembra, pero ganando en eficiencia”. 

Tanto en soja como en maíz el abanico de sitios de acción es amplio y permite planificar evitando repetir activos usados en barbechos cercanos. También existen residuales como flumioxazin, sulfentrazone, pyroxasulfone o s-metolacloro, que permiten dejar el “lote abierto” para destinarlo alternativamente a soja o maíz. Esta alternativa es muy valorada en estas últimas campañas donde el agua a la siembra fue escasa y, en ocasiones, se tuvo que adaptar la elección del cultivo a la fecha de siembra.

Las estrategias en postemergencia se apuntaron a controlar posibles escapes, destacando desde la Rem que su uso nunca debe ser la  única o principal opción, sino ubicarse como ayuda de herramientas como los cultivos de servicios, los preemergentes y la competencia del cultivo implantado, en situaciones de alta presión.

En la recorrida se vio que los postemergentes lograron controles muy satisfactorios, destacando que los principales condicionantes de su efectividad son: tamaño de la maleza, tipo de activo (de contacto o de acción sistémica) y calidad de aplicación, siendo este el talón de aquiles de muchos tratamientos.

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Tratamientos culturales 

Zorzín remarcó que “los cultivos de servicios vienen a aportar un gran número de beneficios al sistema, y los mismos deben ser considerados de forma integral. La ayuda al manejo de malezas es solo uno de ellos”.

Se recorrieron cuatro tratamientos en Vicia villosa implantada en mayo. La principal característica observada fue el buen desarrollo inicial que ésta generó sobre los cultivos de maíz y soja, en especial en parcelas donde fue secada o interrumpida con siembra en verde. El secado químico del CS fue el que posibilitó la mejor implantación de los cultivos posteriores, mayor habilidad competitiva, menor presencia de enfermedades en soja.

Se destinó una parcela a evaluar estrategias culturales usando laboreo. Este mostró una baja de más del 50% en el stand de plantas en soja, situación que hubiese ameritado una resiembra, y un menor desarrollo inicial en maíz. Esto fue consecuencia de la falta de cobertura, pérdida de estructura de suelo, enfermedades de suelo, entre otras cuestiones que impactaron en el almacenamiento de agua y temperatura; muy importantes y a custodiar en años secos.

Algunas conclusiones

El aporte de los cultivos de servicios no es solamente hacia el manejo de malezas. Sus beneficios redundan en un sistema de producción más estable, deben realizarse rotaciones pensadas y planificadas, con estrategias de sinergia con los cultivos de renta. 

La vicia aportó en disponibilidad de agua, disminución de la temperatura de suelo, mejor implantación de los cultivos y una mejor competencia con malezas, en las parcelas donde se priorizó la cobertura.

Las herramientas químicas funcionan, pero no debe cargarse todo el peso del éxito o del fracaso de un manejo de malezas.

Las estrategías deben pensarse en mediano a largo plazo, ideando una secuencia de cultivos acompañada por un encadenamiento de herbicidas con diferentes modos de acción, incluso solapando su efecto (overlapping).

Rotar e integrar herramientas retrasa la aparición de resistencia a herbicidas. Las medidas cortoplacistas basadas en la intervención sobre la estructura del suelo en pos del control de malezas target, trae más complicaciones que soluciones.

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