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13/6/25, 00:00

Biológicos en trigo: primeras pistas para decidir con evidencia

La Red de Biológicos de Aapresid compartió sus primeros resultados a campo y empieza a construir evidencia concreta. ¿Qué tener en cuenta al elegir y aplicar un bioestimulante? La experiencia técnica tiene la palabra.

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Con la campaña de trigo a la vuelta de la esquina, se abre nuevamente una oportunidad para el testeo de insumos biológicos, tanto de aplicaciones de semilla como foliares. Sin embargo, como viene ocurriendo con esta nueva tecnología, la toma de decisiones se complica: ¿Por qué tipo de insumo optar? ¿Qué resultados o efectos esperar? ¿Cómo aplicarlo correctamente? Son algunos de los interrogantes. 

Wenceslao Tejerina, referente Técnico de la Red de Biológicos de Aapresid explica que lo primero es establecer una  diferenciación clave: “una cosa es el biocontrol, que tiene una lógica parecida a la de un químico. Otra son los bioestimulantes, que hay que pensarlos en función del problema que queremos resolver en el lote”.

Así, la elección del biológico debe partir de una necesidad concreta. “Si tengo un ambiente con pobre desarrollo radicular, uso un producto que lo mejore. Si quiero reducir la dosis de fertilizante nitrogenado, puedo incorporar un fijador libre de nitrógeno. Si preveo estrés, elijo un mitigador. Lo que no sirve es aplicar por aplicar”, resume.

Y amplía: “En cultivos de fina, algunos grupos funcionales tienen un valor especial: los fijadores de nitrógeno, que permiten reducir el uso de fertilizantes químicos; los solubilizadores de fósforo, que complementan la nutrición del cultivo; y los mitigadores de estrés, que son muy útiles en años climáticamente variables”.

La buena aplicación

El paso siguiente es aplicar bien. Y ahí, la logística importa mucho. Especialmente si se trata de productos con microorganismos vivos: “Requieren cadena de frío, no pueden quedar al sol, tienen tiempos específicos desde el tratamiento hasta la siembra, y deben aplicarse en momentos del día donde no haya altas temperaturas ni radiación”, advierte. Además, hay que revisar compatibilidades: “Muchas veces compartimos tanque con productos químicos. No todos los biológicos son compatibles”.

En resumen, es clave conocer y seguir al pie de la letra la recomendación de uso que brinda la empresa que comercializa el producto, para asegurar una aplicación eficaz y evitar pérdidas de eficiencia.

Finalmente, en el caso de los bioinsumos foliares, el momento fenológico también cuenta. “El producto tiene que aplicarse cuando va a hacer su efecto. Si quiero prevenir fitotoxicidad de una mezcla herbicida, tengo que poner el biológico en ese mismo momento, no después”, cierra.

¿Cómo respondieron los biológicos para trigo en 2024?

En 2024, Red de Biológicos de Aapresid testeó tratamientos biológicos en trigo aplicados en la semilla o vía foliar. 

Los resultados, publicados en el  Informe de la Red, fueron variados, observándose respuestas en sitios puntuales, como Arroyo Venado, donde se vieron aumentos promedio del 10% en el rinde en trigo tratados con PGPR (rizobacterias promotoras del crecimiento) en semilla, o en Bahía Blanca, donde los tratamientos foliares con biocontroladores y PGPR mostraron subas del 5,4% y 8,2% en el rinde.

Sobre esto, los técnicos de la Red explican que “los tratamientos se realizan en condiciones de campo y manteniendo el resto del paquete tecnológico aplicado por cada productor. Esto puede generar resultados diversos y no siempre predecibles, pero que reflejan cada realidad productiva. A esto se suma que los biológicos tienen efectos menos uniformes que los de la fertilización química y muestran respuestas que dependen del lugar, el clima o el tratamiento

“Sin embargo, cada campaña aporta datos valiosos que permiten comprender cómo funcionan estos insumos en la práctica, brindando a los productores conocimientos clave para optimizar su uso en sus propios sistemas productivos”, concluyen desde la Red.

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