13/12/21, 00:00
Maíces sanos y rendidores
Claves de manejo para dar batalla a las enfermedades más problemáticas del maíz en el centro-sur del país: tizón, roya y mal de Río Cuarto.
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Agenda Aapresid, inició el mes con toda la actualidad de campana en materia sanitaria. En esta oportunidad se sumaron especialistas para hablar sobre manejo de enfermedades en maíz en diferentes regiones del país. En esta nota puntualizamos en la región centro-sur, pero se puede acceder al video completo desde la web.
Recomendaciones para roya y tizón
Las enfermedades “target” en maíz sontizón y roya, la primera con fuerte presencia en las provincias de Córdoba y Santa Fe y la segunda, en Buenos Aires. “Si bien todavía no hay resistencia registrada para estas enfermedades, sí se observan diferencias en la eficacia de los ingredientes activos de los fungicidas”, explicó Ricardo Paglione, consultor de proyectos fungicidas para BASF.
Para el manejo, en una primera instancia, es necesario considerar la susceptibilidad del híbrido a las enfermedades. En el caso de materiales susceptibles se recomienda iniciar los monitoreos semanales cuando la planta tiene 6 hojas (V6) y hasta V8-10. Paglione aconseja estar atentos a los pronósticos climáticos, principalmente ante condiciones de humedad y temperatura predisponentes para la aparición de los fitopatógenos.
A la hora de evaluar la necesidad de control químico, será crucial basar la decisión en umbrales de dano. Si bien su cálculo depende del rinde esperado, las variaciones de precio del maíz y los costos de aplicación; en general el umbral de tizón se establece en un promedio de 1 mancha de 1 cm por hoja y en roya, 4-5 pústulas pulverulentas por hoja, que se visualizan usando una “regla de los espacios''.
Ante aplicaciones de fungicidas, las respuestas en tizón se ven desde V8 hasta V15 y para roya, dado que suele aparecer más tarde en el ciclo del cultivo, desde V12-15 hasta panojamiento y R2.
Estrategias para escapar al mal de Río Cuarto
La enfermedad causada por el virus mal de Río Cuarto (MRCV) es una amenaza recurrente para la producción de maíz. Ésta es transmitida por la chicharrita Delphacodes kuscheli, que ataca principalmente desde Río Cuarto hacia el sur de la provincia de Córdoba, norte de La Pampa, sur y oeste de Buenos Aires, senaló María de la Paz Giménez Pesi, investigadora del INTA en el Instituto de Patología Vegetal (IPAVE) de Córdoba.
La especialista recomendó estar muy atentos a la aparición del vector en zonas de ganadería o si el lote está cercano a cultivos de cereales de invierno o cultivos de servicio, ya que “la avena pastoreada y otras gramíneas son un ambiente óptimo para el insecto”, indicó.
En anos donde se espere una elevada presión del insecto, como será la próxima campana según los modelos de pronóstico, se deberá planear la fecha de siembra de modo que la ventana de susceptibilidad -concentrada en los estadíos iniciales del cultivo-, no coincida con el pico poblacional de la chicharrita a fines de noviembre.
Para siembras tempranas, se deberá considerar que las plantas lleguen a esa fecha en un estadío suficientemente tolerante (V8 o mayor) y en caso de siembras tardías, realizarlas a partir de mediados de diciembre. Si sólo fuera posible sembrar alrededor de fines de noviembre, se deberán elegir cultivares tolerantes o bien recurrir a insecticidas en semilla o aplicados hasta V5-6, resaltó la especialista.
Por último, advirtió estar alertas ante el virus del mosaico estriado, el cual es transmitido por ácaros y ha sido observado en lotes de trigo en Buenos Aires. “El maíz es puente verde de esa enfermedad, aunque los síntomas son muy difíciles de ver”, por lo tanto es importante hacer un seguimiento de esta amenaza latente para la próxima campana de fina, concluyó.
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