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5/11/25, 00:00

Secado químico de Vicia villosa: técnicas para un cierre efectivo

Estrategias químicas para un secado de vicia efectivo, que asegure la continuidad de los beneficios del sistema y la eficacia de los herbicidas residuales del ciclo siguiente.

Ensayo de secado de Vicia

Los cultivos de servicios (CS) se integran cada vez más en los sistemas agrícolas para mejorar la salud del suelo, capturar carbono y, fundamentalmente, manejar malezas. En ese contexto, los herbicidas pueden cumplir un rol dual: tanto en la implantación libre de malezas como en el momento de su terminación.

Uno de los CS más adoptados es el de Vicia villosa, principalmente por el aporte de nitrógeno biológico a la rotación. Según la encuesta de REM de la campaña pasada, más del 40% de los productores que utilizan esta herramienta eligen la V. villosa como especie principal. A su vez, con condiciones propicias como la actual campaña, suele acumular abundante biomasa que le permite competir y crear condiciones de manejo de malezas casi insuperables.

El interrogante llega al momento de su secado: ¿cuándo?, ¿cómo? y ¿con qué se puede finalizar su ciclo para darle un paso correcto al cultivo de renta estival?. Una vicia mal secada puede anular parte del beneficio obtenido durante su crecimiento, comprometiendo tanto la implantación del cultivo siguiente como la eficacia de los tratamientos químicos posteriores. Por eso, esta acción no debe pensarse como un paso operativo aislado, sino como una práctica estratégica dentro del manejo del sistema.


¿Por qué la vicia es una leguminosa de secado complejo? 

A diferencia de las gramíneas, como pueden ser el centeno, triticale o avena de servicio, que se secan rápidamente con herbicidas sistémicos y temperaturas moderadas, la vicia es una leguminosa persistente con condiciones fisiológicas y morfológicas particulares. Su hábito trepador, al crecer sin soporte, forma un entramado denso al ras del suelo y una alta relación hoja/tallo que dificultan su control.

Incluso en condiciones ambientales difíciles, este cultivo puede mantener el metabolismo activo, reduciendo la eficacia principalmente de glifosato y otros sistémicos. Su canopeo entrelazado genera microclimas húmedos que limitan la penetración del caldo y su capacidad de rebrote obliga a lograr una muerte completa, dado que los nudos basales pueden regenerar tallos secundarios si el secado es incompleto o si se producen lluvias posteriores que hidratan los tejidos.


¿Qué muestran los ensayos?

La dificultad para lograr un control completo de V. villosa no es nueva. Ya a fines de los noventa, Yenish et al. (1997) documentaron que el glifosato solo no era suficiente para su terminación en siembra directa, y que la adición de un auxínico (2,4-D) mejoraba parcialmente la eficacia, aunque persistía variabilidad entre ambientes y años. Estos resultados tempranos anticiparon una problemática que hoy continúa vigente en sistemas de alta cobertura y condiciones templadas.

En un ensayo comparativo de estrategias químicas realizado por el equipo de Más Hectáreas en el sudeste cordobés para la terminación del cultivo de servicio V. villosa se evaluaron la eficacia (%) a 15, 30 y 45 días después de la aplicación (DDA). Se compararon tratamientos basados en glifosato solo, ALS, hormonales solos en combinación con glifosato y combinaciones ALS + hormonales, cubriendo un amplio espectro de modos de acción.

Este ensayo permitió visualizar claramente qué combinaciones logran superar las dificultades planteadas para el secado de vicia y en qué medida el tiempo posterior a la aplicación influye en la eficacia final (Fig. 1).

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Figura 1. Eficacia de control de V. villosa a los 15, 30 y 45 DDA, para diferentes tratamientos químicos. Fuente: Más Hectáreas.

 

Los resultados indican que el glifosato aplicado solo muestra una eficacia baja y lenta (35-50% a 45 días), con frecuentes rebrotes y muerte parcial, por lo que no resulta recomendable para la terminación de vicia. Los inhibidores de ALS, como diclosulam, mostraron un control intermedio (65-75% a 45 días), limitado por la absorción foliar y el vigor del cultivo, aunque mejoran su desempeño al combinarse con hormonales. La mezcla de diclosulam, halauxifem y glifosato logró sinergia moderada (85-90% a 45 días), aunque el control es más lento y variable según las condiciones ambientales. En cambio, los herbicidas hormonales (2,4-D, dicamba, clopyralid, fluroxipir y picloram) fueron los más consistentes, superando el 90-95% de control y generando un secado rápido y completo, induciendo en vicia un desbalance de crecimiento y colapso tisular que reduce el rebrote.

Por su parte, en Estados Unidos, Derek Whalen y equipo de la Universidad de Missouri, en 2019, evaluaron la eficacia de herbicidas para la terminación de V. villosa y la dispersión de la misma en los distintos tratamientos. Para esto se evaluó el porcentaje de control visual a los 28 días después de la aplicación (DDA) de diferentes tratamientos herbicidas sistémicos, de contacto y mixtos. 

En este caso, también se vio que los tratamientos que basaron su control en herbicidas hormonales (2,4-D y en menor medida dicamba en este caso) fueron los más estables, mostrando baja dispersión y máximos promedios (Fig. 2). Una mención particular es en el caso del glufosinato de amonio, que arrojó buenos controles sin diferencias significativas respecto a otros tratamientos más recomendables.

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Figura 2. Promedio y variabilidad en controles de V. villosa en 8 sitios-año para diferentes tratamientos químicos. Misma letra no presenta diferencias significativas (P<0,05). Fuente: Whalen et al. (2019).

Experiencias argentinas, de Oliva y equipo, en Montecristo, Cordoba, reafirman la posibilidad de uso de este desecante, aunque aclaran que el uso de adyuvantes recomendados para este activo, la suma de sulfato de amonio como complemento y la necesidad de condiciones ideales de aplicación con temperatura mayores a 15°C y con alta luminosidad, son imprescindibles. Bajo estas recomendaciones, han llegado a controles del 85% a los 15 días. El trabajo también concluyó que la mejora en la eficacia de los tratamientos con glufosinato de amonio puede contribuir a moderar dosis en el secado y su impacto ambiental y que la adición de 2,4-D y adyuvantes específicos es una alternativa sumamente interesante para evitar situaciones de doble golpe en el secado.

Estudios más recientes realizados por Kumar et al. (2023), en el Virginia Tech, USA, que incorporan análisis de eficiencia mediante teledetección, reafirman que los herbicidas hormonales continúan siendo la herramienta más consistente y predecible para la terminación de V. villosa, mientras que el glufosinato aparece como una alternativa válida pero secundaria, eficaz sólo bajo condiciones ambientales muy favorables y con una ejecución técnica precisa.

En conclusión, V. villosa, como la mayoría de las leguminosas, en muchas situaciones necesita al menos dos modos de acción complementarios para su terminación (Tabla 1): una base sistémica que asegure translocación y un herbicida de acción rápida que acelere el secado y reduzca el rebrote. Por otro lado, los ensayos demuestran la importancia del tiempo, ya que la eficacia aumenta notablemente entre los 15 y 45 días posteriores a la aplicación. La vicia responde de forma lenta, y las evaluaciones tempranas tienden a subestimar el control final.

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Tabla 1. Resumen comparativo de eficacia de herbicidas utilizados para el control de V. villosa, elaborado a partir de un compilado de información bibliográfica presentada en este informe.


El enlace con los preemergentes: preparar el terreno químico

El secado no termina cuando la vicia cambia de color. Su estado al momento de aplicar los preemergentes define la eficacia de todo el programa químico. Si quedan tejidos verdes o húmedos, el herbicida residual se deposita sobre la cobertura y no alcanza la superficie del suelo, reduciendo la dosis efectiva y generando fallas de control.

En cambio, cuando la cobertura está completamente seca, el herbicida residual preemergente se distribuye de manera homogénea sobre el suelo o el rastrojo inactivo, logrando una activación uniforme y mayor persistencia del control. Este punto es especialmente relevante en productos de baja movilidad, donde la uniformidad en la interfase suelo–herbicida determina la eficacia. 


Reflexión final: el secado como práctica de manejo sistémico

Secar una vicia no es simplemente interrumpir su ciclo, es cerrar con precisión una etapa biológica para abrir otra con solidez. En sistemas donde cada ventana de manejo cuenta, la calidad de la terminación de la cobertura condiciona el éxito de todo el esquema productivo. Una cobertura bien manejada no solo aporta nutrientes y estructura, sino también orden y previsibilidad al sistema. Cuando se seca en tiempo y forma, la vicia cumple su función como “puente biológico” entre campañas, protege el suelo, conserva humedad, mejora la estructura y, al mismo tiempo, deja el terreno listo para que los herbicidas y la sembradora actúen sin interferencias.

El secado químico, entonces, no es un fin en sí mismo, sino una decisión agronómica de alto impacto sistémico. Lograr precisión en ese punto, en la elección del momento, la mezcla y la técnica, significa sostener la eficiencia del sistema, garantizar la sustentabilidad del manejo y asegurar que cada cobertura cumpla su verdadero propósito, el de mejorar el suelo sin comprometer la productividad.

Bibliografía 

Kumar, V., Singh, A. y Jha, P. (2023). Cover crop termination options and application of remote sensing for evaluating termination efficiency. Agronomy Journal, 115(2), 512–526. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0284529 

Oliva, J. H. (2018). Secado químico de cultivos de cobertura. ¿Pueden agregar los adyuvantes?.

REM Aapresid (30 de junio de 2022). Herramientas de control preemergentes en vicia. Blog Aapresid. Disponible en: https://www.aapresid.org.ar/blog/herramientas-control-malezas-preemergencia-vicia

REM Aapresid (30 de abril de 2025). Cultivos de servicios vs. malezas: ¿Cuándo usar herbicidas? Blog Aapresid. Disponible en: https://www.aapresid.org.ar/blog/cultivos-servicios-vs-malezas-herbicidas

Whalen, D. M., Bish, M. D., Young, B. G., Conley, S. P., Reynolds, D. B., Norsworthy, J. K. y Bradley, K. W. (2019). Herbicide programs for termination of cover crops. Weed Technology, 34(1), 1–10. https://doi.org/10.1017/wet.2019.73 

Yenish, J. P., Doll, J. D. y Buhler, D. D. (1997). Cover crops for herbicide replacement in no-tillage corn. Weed Technology, 10(4), 815–821. https://doi.org/10.1017/S0890037X00040859 

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