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9/9/22 00:00

Día Mundial de la Agricultura: ¿qué retos enfrenta el sector?

La efeméride invita a reflexionar acerca de los retos del sector para alimentar a la población creciente, de forma sustentable y en un escenario de cambio climático. ¿Cuáles son las tendencias y cómo nos adaptamos a lo que se viene?

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Foto: paisaje de integración agrícola-ganadera-forestal con cortinas rompe vientos en la Regional Aapresid Tandilia.

Cada 9 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Agricultura, para rendir homenaje a quienes cultivan, nutren y preservan la tierra. Es un buen momento para tomar conciencia de los desafíos del sector para alimentar a la población creciente, de forma sustentable en un contexto de cambio climático. En esa línea, el último Congreso Aapresid “A suelo abierto” dejó mucha tela para cortar. 

Adaptación y mitigación del cambio climático

Si bien el Agro es responsable de muchas de las emisiones GEI, también se ve afectado por los efectos del cambio climático. Esto nos deja ‘dos desafíos por el precio de uno’: reducir las emisiones para mitigar el cambio climático y generar estrategias para adaptarse a un clima que no hará más que seguir cambiando. 

En cuanto a lo primero, el secuestro de Carbono (C) a través de las plantas y su almacenamiento en los suelos ponen a la agricultura como aliado en la mitigación, compensando las emisiones incluso de sectores como el energético e industrial. Pero no da igual cualquier agricultura: esquemas bajo siembra directa, con nutrición balanceada, cultivos de servicios con leguminosas en integración ganadera con pasturas perennes, ofrecen un potencial de secuestro que puede llegar hasta un 80%. 

Otras estrategias de mitigación incluyen tecnologías de insumos como inhibidores de ureasa y de nitrificación y de procesos, como el manejo por ambientes, que permiten producir más por unidad de C emitida

La adaptación viene asistida por sistemas de riego o represas para afrontar sequía y sistemas de alerta temprana contra granizo, por ejemplo. Así también, salen al rescate las biotecnologías, con desarrollos como el trigo HB4 tolerante a sequía o cultivos resistentes a plagas. 

Nuevos enfoques para la agricultura y la ganadería

El campo que se viene es diverso, integrado y multifuncional, como la naturaleza. En este sentido, la ganadería integrada con la agricultura es una de las claves. “Volver a las vacas” aporta biodiversidad y arraigo al campo y mantiene la ‘bomba de secuestro de C’ funcionando todo el tiempo. Los sistemas pastoriles argentinos producen el 90% de su carne a pasto, lo que muestra su altísimo potencial de mitigación.

En agricultura, empieza a resonar el concepto de paisaje, lo que da cuenta que estamos entendiendo el ecosistema como un “todo”. Esto implica dejar atrás a los lotes homogéneos. La agricultura por ambientes, los paisajes multifuncionales y corredores biológicos, los cultivos de servicios y los cultivos intercalados son algunas de las herramientas. Otro desafío será la transición a modelos agroecológicos, donde hay cada vez hay más evidencia de que reducir el uso de insumos imitando a la naturaleza sin resignar rendimiento es posible a gran escala.

Otro reto es apuntar a sistemas que generen más valor local, como producciones a largo plazo que integren a la sociedad como parte de ese paisaje.

Plagas

Las enfermedades (en especial fúngicas), malezas e insectos vienen recargados. En los últimos años, la curva de biotipos resistentes se fue incrementando. En este panorama, el monitoreo y la prevención serán cimientos para un manejo integrado. 

Las tecnologías químicas seguirán siendo irremplazables, con prescripciones en base a umbrales y aplicadas en el momento adecuado usando dosis correctas. Pero ya no es posible pensar en controles únicamente químicos: rotaciones diversas e intensas, integración ganadera, así como tecnologías para la aplicación dirigida de herbicidas  serán complementos obligados. 

Tecnologías de insumos

El uso de fertilizantes químicos sigue siendo una de las principales estrategias para cerrar brechas de nutrientes y rinde sin comprometer el suelo y responder a las demandas de alimentos. Un reto a afrontar será el ajuste de la eficiencia por unidad de nutriente aplicado, midiendo su impacto a lo largo de todo el proceso. 

En la misma vereda, y a la hora del control de plagas, medir el riesgo e impacto ambiental de los fitosanitarios será otra de als variables a considerar en la toma de decisiones de elección y aplicación de productos. 

En otra línea, los bioinsumos se instalan como promesa, con un mercado que crece el 13,6% año a año. 

 

Agricultura digital

Otro de los retos del sector estará en “acercar la lupa” hacia niveles de heterogeneidad ambiental. Esto será fundamental para tomar decisiones ajustadas a cada cm, ahorrar insumos, producir más eficientemente y encontrar estabilidad en escenarios climáticos cambiantes.

La agricultura de precisión aplicada a la maquinaria o drones y las nuevas herramientas digitales serán algunas de las aliadas para esto. 

En otra línea, tecnologías digitales como el Blockchain y la Inteligencia Artificial, serán las herramientas más confiables a la hora de asegurar trazabilidad y origen sustentable de las materias primas.

Salud de suelo

Hoy más que nunca el contexto de cambio global hace urgente poner al cuidado del suelo en agenda agroalimentaria global. De los suelos vivos depende la sustentabilidad de nuestros agroecosistemas pero también de la Humanidad, como fuente de alimentos, fibras y energías. 

Para entender esto necesitamos, de una vez por todas, “mirar para abajo”: la micro, meso y macrofauna del suelo sostienen servicios ecosistémicos esenciales como el ciclado de nutrientes, la purificación del agua, el mantenimiento de la  estructura del suelo y el secuestro de carbono. Terminar de entender estas dinámicas para potenciarlas a través del manejo es uno de los retos más grandes del sector.

Trazabilidad y garantías de producción sustentable

La población y los mercados exigen cada vez más conocer cómo se producen los alimentos, fibras y energías que consumen. La trazabilidad y certificación de prácticas sustentables serán herramientas para comunicar y dar garantías de esto. Criterios como la no deforestación, el cuidado de los recursos y la huella de carbono son cada vez más requeridos en el mundo, a los que se irán sumando otros, como la dimensión social y el cuidado del suelo en la producción de materias primas.

Una mejor agricultura es tarea de todos

Los retos anteriores dejan claro cómo será el manejo agropecuario del futuro: COMPLEJO. En esa línea, ya no bastará con el aporte de agrónomos y veterinarios, sino que será fundamental integrar disciplinas y personas con distinta visión sobre los problemas. 

Por otro lado, los productores no podrán solos: será necesario tejer redes e integrar actores del sector público, privado, ONGs para desarrollar soluciones superadoras de manera conjunta. 

De la misma forma, la mitigación del cambio climático es una misión que involucra a toda la cadena: eslabones como el almacenamiento, transporte de larga distancia y agroindustrial son puntos críticos que se deben atacar en la búsqueda de reducir emisiones. 

En el último eslabón, los consumidores tienen una responsabilidad importante, ya que con sus decisiones de consumo, traccionan cambios en los sistemas de producción. Será clave potenciar cambios de hábitos hacia alimentos más sustentables, con mecanismos de comercialización más justos y con menor huella ambiental.

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